Bueno, pues justo antes de que comience el ataque frontal a la carnepuerco y periféricos, dejo aqui mis mejores deseos para absolutamente todos: amigos, adversarios y pesadillas.
Y si este es El Año, enhorabuena. Y si no lo es, pues a disfrutar la expectativa.
Porque lo sí es seguro es que nos queda menos. A todo y todos.
Felicidades entonces, y a darle a los pedales
lunes, 30 de diciembre de 2013
lunes, 23 de diciembre de 2013
Revelación de lunes lloviznoso y no tan frio
Patria y familia tienen el mismo inconveniente: uno no la escoge
viernes, 20 de diciembre de 2013
Reportando e interpretando, desde la reunión del Consejo de Ministros, el Havanero en NY
“Para el año 2013 se estima un crecimiento del Producto Interno Bruto a precios constantes de 2.7%, inferior al 3.6% previsto, debido fundamentalmente al incumplimiento de los ingresos en moneda libremente convertible”
Mayami, Cuba te espera
“Acerca del tema de los impuestos Raúl opinó que es un asunto desconocido aún para muchos cubanos, principalmente los nacidos después del triunfo de la Revolución. -La toma de conciencia sobre su importancia es un proceso largo que debe comenzar en las escuelas-, comentó”
¿Niñito cubano, qué piensas hacer?/ Pagar más impuestos, aunque no se qué es
“(...) actualmente se trabaja en la propuesta de conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, y en las bases del Programa de Desarrollo Económico-Social del país a largo plazo”
Propuesta, de conceptualización, y a largo plazo. O sea, 55 años mas de pajas mentales...
“(...) Entre otras medidas, señaló la implementación de la política de cocción de alimentos”
A ver si comenzamos a hervir el agua, compañeros....
“(...) se encuentra en estudio la estrategia para atender la situación de la dinámica demográfica, causada por la baja fecundidad”
Y a ver si también nos ponemos a templar, compañeros...
Mayami, Cuba te espera
“Acerca del tema de los impuestos Raúl opinó que es un asunto desconocido aún para muchos cubanos, principalmente los nacidos después del triunfo de la Revolución. -La toma de conciencia sobre su importancia es un proceso largo que debe comenzar en las escuelas-, comentó”
¿Niñito cubano, qué piensas hacer?/ Pagar más impuestos, aunque no se qué es
“(...) actualmente se trabaja en la propuesta de conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, y en las bases del Programa de Desarrollo Económico-Social del país a largo plazo”
Propuesta, de conceptualización, y a largo plazo. O sea, 55 años mas de pajas mentales...
“(...) Entre otras medidas, señaló la implementación de la política de cocción de alimentos”
A ver si comenzamos a hervir el agua, compañeros....
“(...) se encuentra en estudio la estrategia para atender la situación de la dinámica demográfica, causada por la baja fecundidad”
Y a ver si también nos ponemos a templar, compañeros...
Orbitando
14 años lleva ya este
siglo. Es decir, poniéndolo en perspectiva, los muchachos que
nacieron con el siglo, en el 2000, están ya a punto de entrar en el
preuniversitario.
El gobierno cubano, que en
este período se ha vuelto inexplicablemente generoso, lleva 55 años
ahí.
Es decir, poniéndolo en perspectiva, en 55 años Mercurio le
ha dado la vuelta 228 veces al sol, Marte unas 30 veces, Jupiter 5
veces y Neptuno, que parece ser de los que compite en esta escala de
tiempos cósmicos con la duración de los gobiernos en Cuba, sólo
lleva recorrido un tercio de su órbita.
Por otra parte, los ciudadanos cubanos que hoy
tienen 60 años, tenían 5 años cuando comenzó el desastre. Y según el censo, hay un 65% de personas menores a 65 años en Cuba.
O sea, que es posible
afirmar que aproximadamente el 70% de la población cubana lo único
que ha conocido, en su única oportunidad sobre esta Tierra, es la
porquería de país que los Castros crearon.
Y que el 100% no entiende
el planeta en que vive, simplemente por que no lo conoce.
Sin embargo, insisto, el
gobierno cubano, lento, ineficiente, inepto, torpe, pero generoso, en lo que va de este siglo increíble, ha permitido poseer celulares, viajar al
extranjero, comprar un auto, y vender pan con croqueta.
Vamos, que el siglo XXI ha sido un tiempo de gloria para la nación cubana.
Mientras tanto, pues yo
sigo observando la órbita de Neptuno.
jueves, 19 de diciembre de 2013
Capitalismo 101
Nos mandan a pedir de la
escuela una cantidad que debía estar entre 1 y 6 dólares como
máximo.
Y con esa cantidad mi hijo
tuvo que seleccionar y adquirir dos regalos, uno para mamá, y uno
para papá.
El objetivo: la
importancia de aprender a manejar presupuestos...
Love this school.
Dos ideas de Jueves
Primera idea: este
asunto de inventar cosas que no funcionan se parece a tratar de hacer
diques con barro. Un salidero, por aquí, otro por allá, y en breve
el agua derriba el dique, y sigue su curso natural.
Algo parecido le
sucede al gobierno cubano en su afán de hacer las cosas a medias. Y
esto de la compraventa de carros es un ejemplo digno de observarse.
Dice la Voz de Saurón que se van a implementar nuevas normas para vender o comprar
carros, porque las anteriores no funcionaron, que surgió la
especulación y, ¡ay!, el enriquecimiento. Y que lo de las famosas
cartas de autorización para comprar carros es obsoleto e inoperante.
No se dice nada, sin
embargo, de concesionarias de autos vendiendo en un mercado ávido,
fuera, por fin, del control estatal.
No se dice nada de
la necesidad masiva de piezas de respuesto, llantas, infraestructura,
parqueos, reparación de las calles que no destruyan los carros a
golpe de baches, de vías capaces de desahogar un tráfico que cada
vez va a ser mayor.
Ni de la necesidad
de una señalización visible y funcional en calles y carreteras, de
un código de tránsito y regulaciones inteligentes que revise, por
ejemplo, ese omnipresente límite de velocidad de 40 km/h, que hace
que el tráfico no fluya, y que destruye los motores de los carros,
que no están diseñados para andar constantemente a velocidades tan
bajas y que, ademas, provoca un mayor consumo de combustible y mayor contaminación ambiental.
Que maravilla sería
que autorizaran, por ejemplo, un importador de piezas de respuesto
“por cuenta propia”. O que, simplemente, el cubano que pueda,
pues que importe su carro, ya que no hay agencias de venta.
No sé, en fin, que
nuevo dique de barro van a construir. Ni porqué siguen en esa bobería.
La segunda idea, es
que el diseño de la página web de Granma debe estar, junto con el
del periódico Pravda, entre los mas feos del planeta.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
El problema
El problema fundamental
de los que agitan las banderas de
“¡Capitalismo nunca
más!”, “¡Ni un paso atrás!”, “¡Nunca retrocederemos!”, no es
que sus computadores, su internet, sus carros, su electricidad, su
refrigerador, su televisor, las películas que ven, sus teléfonos
celulares, y los tradicionales, los aviones en los que viajan a los congresos de “El
pueblo unido jamás será vencido”, el dinero con que pagan por la
pacotilla, el queso crema, y en general todas las cosas que les hacen
la vida más agradable y pasable, y que les permiten, en última
instancia, seguir agitando sus banderitas, se las deben al
capitalismo.
Nada de eso es el problema entonces.
El problema que tienen es cómo piensan sobrevivir sin el
capitalismo.
Lo diverso no quita lo verraco
En el mercadito
cerca de mi trabajo hay leche entera, con 2% de grasa, con 1% de
grasa, sin grasa, deslactosada, orgánica, saborizada, de soya, y en
presentaciones de un galón, medio galón, un litro y 250 mL, y de
varias marcas. Todo un inmenso estante refrigerado, que ocupa una
pared completa, repleto de leche.
Y por supuesto yo, que nunca miro fechas de vencimiento, compré la que vencía hoy, la
calenté, y se cortó.
MMXIII
Mi ciclo es de 11 años,
cosa que tengo sabida.
Cada 11 años me ha
sucedido algo vitalmente trascendental, y este es el año 2013, año 5 del
presente ciclo, así que nada todavía.
Pero es, fue, mi año
5 en los Estados Unidos de América. Y, siguiendo la tradición de
hacer el cierre y cambio de turno, a la usanza de aquel Coppelia,
repleto, a las seis de la tarde, he aquí mi año 2013:
- Mi niña grande terminó la universidad, primus inter pares.
- Mi niña chica, imparable e impetuosa, va por camino similar.
- Mi niño pequeño... ¡ya está en preescolar!
- Mi esposa por fin pudo comenzar a trabajar, y va exitosa, y contenta.
Y yo, pues con las
piedras que todos llevamos colgando del cuello, algunas grandes,
algunas pequeñas; unas temporales, otras de por vida. Pero, como
diría Galileo, moviéndome.
Y el día que ya no
lo haga, pues ya no habrá nada sobre qué escribir.
martes, 17 de diciembre de 2013
De cómo criticar y no perecer en la lucha
Simple:
Seleccione para su crítica
apasionada y demoledora un tema de moda, pero que no tenga que ver
con disentir políticamente, quejas por la represión, o un reclamo
de democracia. O sea:
- El INDER, pues el deporte es las más importante de las cosas sin importancia.
- La clausura de las salas 3D, porque la diversión es un derecho del pueblo.
- La prohibición de las congas en los estadios, porque ello va en contra de la cultura nacional.
- Y hablando de cultura nacional, la cultura nacional, pues es sabido que los artistas son mirados de reojo por Saurón.
- La corrupción de empleadillos y mandos medios (ojo, sólo llegar hasta ahí: tin más arriba, y te incineras).
- Cualquier otra cosa, siempre que no sea fundamental ni imprescindible de resolver.
Y recuerde: la crítica, como el movimiento de la cintura, con cordura, que no hay que darle armas al enemigo.
Mi trabajo es Usted
En Octubre le compramos al chama, como
es tradicional, un par de tenis de marca Skechers para la escuela, que costaron unos 60 dólares.
Hace un par de
semanas comenzó a
despegarse el borde de uno de los tenis y, por
instancias de una amiga avezada en el comercio, el domingo decidimos
regresar a la tienda.
Entramos, y un
dependiente nos pregunta en qué nos puede ayudar. Le mostré el
zapato averiado, mire, es que se está despegando, le digo apenado.Y me
respondió:
“No problem
¿Quiere el mismo modelo?”
Y yo que, esteee,
si.
Y regresa y me dice
que ya no había el número en ese modelo, pero...
“Escoja el que
guste”
Y entonces escogimos
unos diferentes. Y nos fuimos felices a la casa, con tenis nuevos.
Y sin pagar un
centavo.
Viva Skechers, y
viva el capitalismo.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Arroz, mango y dogma
Pero, desyerbando de la obsesión
del autor con la palabra contrarrevolución, de las
comillas en “disidencia”, de “la calle es de nojotro”, de la
neurosis con el financiamiento de la disidencia, y otros demonios,
hay un par de ideas interesantes, como, por ejemplo, aceptar que el
debate debe ser inclusivo.
Es interesante, sin
embargo, leer como alguien no alcanza, por estar empapado en dogmas,
a percatarse de que hace décadas que la revolución dejó de
revolucionar, que se detuvo definitivamente, y que se estancó de manera
tal que involucionó a lo que es hoy. No ve , entonces, que ya no hay revolución, sino sólo castrismo, o como quiera llamársele.
Y que, por tanto, los
“verdaderos revolucionarios”, frase y comillas que uso para
ponerme a tono, somos los que queremos el desmantelamiento de la cosa
estática.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Surrealismo
Un hombre pregunta.
Esbirros lo rodean. Uno
lleva pistola al cinto. Otro lleva una macana.
Una anciana, frágil, madre.
Niños que miran curiosos.
Adolescentes que bailan, y
desfilan en círculos, y ondean una bandera, extraña y venezolana.
Música estridente,
alaridos, consignas. Vivas a los muertos.
Los esbirros agarran al
hombre, lo cargan, y lo llevan en peso hacia algún lugar que el
asesino de la pistola señala.
Los niños miran.
Los adolescentes bailan.
La bandera, extraña y venezolana, va en la turba. El cantante sigue
gritando.
Una mujer se sienta, en
medio de la calle, medita, y espanta a los espectros.
La madre
La mujer habla por el teléfono
atropelladamente, se ve inquieta, discute, argumenta.
Por momentos su voz se alza, pero regresa de
inmediato a ser casi un susurro.
Termina la llamada
con brusquedad, y me mira con ojos tristes.
“Mi hijo, que
quiere irse a Kiev a unirse a las protestas... 6 horas en tren y 40
dólares, eso es mucho dinero allá en Ucrania... Y las protestas se
acabarán en algún momento, y Ucrania seguirá a los rusos o a
Europa, pero si mi hijo muere ya no habrá remedio, y ellos golpean,
yo lo sé, golpean...”
..................
Ayer, vi a esta madre, que es todas las madres del mundo, a las que sólo les importan que sus hijos estén bien y sean felices.
Hoy, mi vieja cumpliría años, y yo la extraño.
Valor, dignidad, civismo. Bravo por Antonio Rodiles, Ailer Gonzalez Mena y Estado de SATS
Un pedazo asqueroso de la historia del desastre nacional. Mierda de gente, mierda de país
Aqui el video. Y aqui este otro.
Aqui el video. Y aqui este otro.
jueves, 12 de diciembre de 2013
Cognadas
Project, en EEUU: Lugar desastroso para personas que viven del Welfare
Proyecto, en Cuba: Eufemismo para nombrar el desastre
Proyecto, en Cuba: Eufemismo para nombrar el desastre
Dilema fácil de jueves, con un frio del cará
¿La Cuba de un, dos, tres, muchos Elian, o la Cuba de un, dos, tres, muchos Boris Larramendi?
Cuban of The Bronx
“Ayer fui a
visitar a una hermana de un hermano que vive en el Bronx, y que está
casada con un cubano...”
“Mmmm...”
“Pues dice ese
cubano que en Cuba nadie paga renta, que los plátanos son baratos, y
que aquí todo es muy caro...”
“Mmmm...”
“Y lleva cuatro
años sin trabajar, porque dice que no encuentra trabajo, aquí, en
Nueva York... Y lleva quince años en los Estados Unidos...”
“Mmmm... Creo que se debe regresar a Cuba”
“Dice que no tiene
papeles...”
“Mmmm...”
El silencio de los carneros
Sin temor a equivocarme,
digo que lo más relevante que sucedió en Cuba en los últimos dos
días fue la ola de represión a disidentes, paradójicamente, por
las celebraciones y protestas por el Día de los Derechos Humanos.
Y, fuera de los
participantes en las razzias, y algún transeúnte casual, los
cubanos de adentro no se enteraron.
Y no se enteraron, porque
tanto periodistas, cubanos o acreditados, como todos los medios de comunicación cubanos,
permanecieron en vergonzoso silencio, observando lo que ocurría,
pero mirando hacia otro lado.
La recomendación obvia
entonces a Rodiles y la gente de SATS es que, si quieren que los que
pueden escribir en blogs y medios den señales de vida, pues que
ponga en un casa una sala 3D para que se la clausuren, o que haga una
conga desde el Acuario al Tritón, para que se la prohíban.
Va, y entonces alguien
dice algo.
Revelación de jueves invernal
Si uno va manejando, y
aprieta la palanquita que rocía con líquido limpiador el parabrisas
del carro, líquido que se supone es una solución anticongelante de etilenglicol, y el líquido se congela, entonces hay dos
variantes:
a) Hasunfriodelcarajo
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Miércoles de historia
“...Yo he estado
to Australia, New Zeland, American Samoa, Hawai, the Mediterranean,
the Greek Islands, Newfoundland in Canada, fucking coldest place I´ve
been to.... I´ve even been to the Caribbean, we picked up there
astronaut Scott Carpenter, and we were in the blockade, en el 61 and
62, con el “Intrepid”, el que ahora está anclado en
Manhattan...”
Y me enseña el
libro conmemorativo del “Intrepid”, donde aparece él, tan jóven,
tan irreconocible, pero mantiene el libro fuera de mi alcance, lo
aparta de mis manos, celoso, y yo me quedo con ganas de hojear esos
tiempos en que yo todavía no andaba en esta Tierra.
“Detuvimos muchos
barcos rusos... y a uno venezolano, que secuestraron unos comunistas.
And Gitmo, that´s an ugly place, let me tell you...”
Oh, sí, Guantánamo
es feo como carajo, sólo atiné a decirle a mi jefe, que me
sorprendió esta mañana con ese ataque de locuacidad...
martes, 10 de diciembre de 2013
lunes, 9 de diciembre de 2013
Cuasi-milagros de Navidad
Hace unos días escribí esto, un
imposible, pensé yo, una suerte de carta a
Santa Claus:
"Yo pienso que, ya que el gobierno
cubano no tiene banco que le de servicios a sus operaciones
financieras en EEUU, y siendo que el gobierno cubano se preocupa por
el bienestar y tranquilidad de sus ciudadanos dentro y fuera de Cuba,
pues que haga entonces gratuitamente los trámites consulares
mientras consigue otro banco.
Porque lo principal es que los
ciudadanos reciban lo que necesitan, ¿o no? "
Y ahí está: el gobierno
cubano ha reiniciado el trámite de documentos de quiénes necesitan
viajar a Cuba, y eso a pesar de no tener aún un banco donde guardar
el dinero. No son gratis los
trámites, vamos, que los milagros
navideños no dan para tanto, pero tengo que decir un par de ideas
aquí:
Primero, tener o no
tener un banco, ya no parece ser un gran problema para el gobierno
cubano y su proceso de tramitación de los documentos de los que
vivimos acá en el monstruo. Ergo, crisis superada. Al carajo los
bancos.
Segundo, ya que mi
sugerencia se tomó en cuenta, al menos en parte, pues puede ser que
algún mecanismo de consulta esté funcionando, y que yo le haya
resuelto el problema al GdC, así que aprovecho y dejo otra
sugerencia por escrito, con la esperanza de que al menos una parte se
haga efectiva:
Dimitan en pleno,
convoquen a elecciones libres, honren la libertad de expresión y
prensa, establezcan la economía de mercado, traigan de regreso el
dinero que tienen regado por bancos en todo el mundo, y reconstruyan
La Habana.
Y Feliz Navidad.
Es del carajo...
Se muere Mandela, y todo el mundo
tiene algo que decir.
Unos, se desgañitan
recordando que era amigo de Fidel.
Otros, machacan que
Mandela santificó la aventura cubana en
Angola como algo positivo en contra del apartheid.
Hoy, Fidel es un
anciano enterrando a su época, después de haber destrozado su país.
Mandela está
muerto.
Angola sigue siendo
un país subdesarrollado, ahora con capitalismo rampante.
Sudáfrica es un
país con una sociedad crispada, repleto de violencia y corrupción, al borde del desastre.
O sea, yo no
entiendo de que carajo se ufanan algunas personas...
Nevando
Nieve, y el viento que
sopla del norte arremolina la nevada, enloquecida en la luz
amarillenta de las farolas.
Hay tanta soledad en la
playa que dan deseos de quedarse aquí, como si fuera la madrugada de otros tiempos.
Esta noche el Atlántico
Norte se ve casi elegante, de gris y blanco. Saboreo el aire helado,
recién llegado a esta, la costa final, y miro al Sur, tratando en
vano de imaginar, allá abajo, la noche habanera, de calor terrible y
humedad espesa.
Regreso entonces al norte,
empujando al viento que se empeña en seguir su tonto viaje al agua
negra y helada.
Regreso, hasta la próxima
vez.
Todos los nombres
Lo siento, Saramago
Fidel, extraoficialmente, para sus
simpatizantes de dentro y fuera.
Castro, oficialmente, afuera.
Hijo de puta, rotundamente, afuera y
adentro.
El caballo, el tipo, el
bestia, el Comandante, el que más mea.
Mancha e´plátano,
barbatruco, Fifeta, el Loco.
Gesto, que se hace con los
dedos como si se acariciara una barba invisible.
Gesto, que se hace
con los dedos como si se siguiera el contorno de un gorro festivo.
El comandante el Jefe, el
arquitecto en jefe, el médico en jefe, el agricultor en jefe, el
albañíl en jefe, el político en jefe, el hablador en jefe, el
periodista en jefe, el constructor en jefe, el general en jefe, el
campesino en jefe, el militar en jefe, el oráculo en jefe, el tirano
en jefe, el infalible en jefe, el guerrillero en jefe, el libertador
en jefe, el economista en jefe, el inversionista en jefe, el
biotecnólogo en jefe, el gracioso en jefe, el científico en jefe,
el presidente en jefe, el destructor en jefe, el martiano en jefe, el
mesiánico en jefe, el guerrero en jefe, el todopoderoso en jefe, el
apocalíptico en jefe, el jefe en jefe, el viejo en jefe, la momia en
jefe, el loco de mierda en jefe.
La sombra, el detritus, la
triste inercia de un dictador.
La intelectualidá es lo más sublime para el alma divertir
Inmediatamente
después que la escritora cubana Wendy Guerra dijo - no dijo que sólo
los que viven en Cuba pueden escribir sobre la realidad cubana, o algo así, la
intelectualidá cubana extramuros comenzó a subir por las paredes.
Por ahí se pueden
entonces leer textos y numerosos posts en Féisbu, Tuiter y blogs, de todo, desde frases sueltas, más o menos ingeniosas, hasta
francas perretas.
Yo no he tenido la
oportunidad de leer nada que haya escrito WG. No sé entonces si es
tan mala, como dicen sus enemigos (porque, por lo que se lee, ya
pasaron de adversarios), o si es tan buena como para que la editorial
Anagrama le publique libros.
No acabo de entender tampoco tanta inquietud. Si alguien dice que yo no puedo opinar, escribir, callar o
llorar sobre Cuba, por la razón que sea, eso me resbala sin
fricción. Es sólo otra opinión, y ya.
Pero ese soy yo.
La intelectualidá
extramuros, sin embargo, es divertida, cosa que se agradece, por
demás. Y ñoña. Y para decir que un escritor es malo, o para pretender que lo quieren ignorar, escriben
tanto sobre él, o ella, como si fuera bueno.
En fin, que WG
parece ser una gran animadora del sopor estival que se enseñorea en
páginas y tomos. Que siga, entonces, el brete, questá bueno cantidá...
viernes, 6 de diciembre de 2013
Duda de viernes
¿Por qué siempre se
espera a que la persona se muera para decir maravillas acerca de
ella?
Culturales
El ex-director de la Escuela
Internacional de Cine de La Habana dice que lo calumniaron y lo
obligaron a renunciar.
Wendy Guerra dice que malanga
pa tol mundo.
Medio mundillo intel
cubano dice: ¡Ohhhh!
El otro medio
mundillo dice: ¡Ahhhh!
Wendy Guerra dice
que no, que no era malanga, que era boniato.
Medio mundillo intel
cubano dice ¡Ummh!
El otro medio
mundillo dice, otra vez, ¡Ahhhh!
Y en eso se muere
Mandela.
Noticias del día
En las tops news de
US Google hoy:
La primera noticia de hoy, que Obama
quizás atienda el funeral de Mandela.
La segunda, que las tropas
francesas invaden la República Centroafricana para detener otro
conflicto étnico en África.
La quinta, que AlQaeda
asaltó el Ministerio de Defensa Yemení, 52 muertos.
Y que el Papa necesita una
comisión que lo asesore en el tema del abuso sexual de los curas.
En las noticias de Google
Cuba:
La tercera, abanderan delegación de Las Tunas a Congreso de Pedagogos
Y ese es Google. No quiero ni imaginar el Granma y NTV de hoy...
jueves, 5 de diciembre de 2013
Traumas
“Mi padre se niega
a comprar el pan de molde, ese que dura una semana. A cambio, él va
todos los días al supermercado, y compra pan fresco. Todos los días.
Y tiene en el refrigerador tres o cuatro tipos de mantequilla (…)
Eso es lo que él
disfruta, dice que para olvidar que toda la vida estuvo haciendo
colas de siete horas para comprar comida, allá en Ucrania...”
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Ecos
De la extraña nostalgia,
que me hizo comprar un pan con jamón en un puestecito frente al
Hospital Almejeiras, y me pasé el tiempo restante de mi visita con
cólicos y diarreas.
De esos lugares, en la
Habana Vieja, que hacen que el resto de La Habana duela mas...
De la infame y pretenciosa cafetería
que está en la plaza de San Francisco de Asis, y que se llama Café
Mercurio. Parados en la puerta 10 minutos, sin que nadie se
dignara siquiera a mirar en nuestra dirección. Por puro aburrimiento
miro la carta, y leo una oferta mediocre con precios de Nueva York.
Salimos corriendo, de regreso a la tarde lluviosa.
De la increíble pizzería
del Hotel Kohly, que es probablemente el negocio más consistente de
La Habana.
De lo que se siente al
rentar un carro en Cuba. Da la sensación de estar, de nuevo,
“resolviendo”.
De la mirada ávida que te
sigue cuando vas en un carro. Y de la bendita indiferencia, cuando
vas a pie.
Del asombro por el
absurdo: Iphones en La Habana...
De inmenso barracón
donde se apiñan los vendedores de los cuadros más kitsch y cheos
que ojos humanos hayan visto.
Del paseo a lo largo
del canal de entrada a la bahía, donde, si le das la espalda a la
ciudad, regresa la paz.
De la nueva
amabilidad. “Gracias” y “por favor” rehabitan La Habana.
De la risa de mis
niñas, de sus ojos oscuros e inteligentes.
Del aeropuerto de
mierda, y todo otra vez.
Revelación de miércoles, dia atravesado, y con Changó y Santa Bárbara cogidos de la mano
Sigan sin comprar libros, que en estos tiempos de hiperconectividad, basta con que se vaya la
corriente y nos vamos directo a la Edad Media...
martes, 3 de diciembre de 2013
¡Qué (le) devuelvan a Elian (el cerebro)!
Esto, inevitablemente, me recuerda a un amigo que, después de una visita que hizo a Corea del Norte, decía que los Norcoreanos, cuando se vienen, gritan: ¡Gracias Kim Il Sung!
En fin, Elian:
"Fidel Castro para mí es un padre. No profeso ninguna religión, pero de hacerlo, mi dios sería Fidel Castro (...) Fidel Castro lo es todo para Cuba, lo es todo para el mundo"
En fin, Elian:
"Fidel Castro para mí es un padre. No profeso ninguna religión, pero de hacerlo, mi dios sería Fidel Castro (...) Fidel Castro lo es todo para Cuba, lo es todo para el mundo"
Síntomas de Navidad
Como toda mi generación,
yo llegué tarde a la Navidad.
El único recuerdo
que conservo de mi niñez, y que tenga que ver con la Navidad, es
acerca de una desgastada caja de cartón, roja y decorada con
estilizados copos de nieve, que mi madre conservaba entre sus cosas.
En la caja había
unas bolas de cristal para el arbolito, que habían sobrevivido todos
esos años de proscripción cuidadosamente envueltas en amarillentas
motas de algodón. Y yo, con el martilleo de mi dedo de niño
curioso, comprobé que todas aquellas bolas eran, además de bonitas,
muy frágiles. “Mira esto, se rompieron todas las bolas...”, dijo
mi mamá un día que abrió la caja roja, quién sabe si por rutina,
o por pura nostalgia. Y echó la caja a la basura, con lo cuál se
desvaneció definitivamente el único y tenue hilo que me conectaba
con la Navidad.
Pasó el tiempo y
pasó un avión por el Estrecho de Yucatán y el 24 de diciembre me
tomó por asalto en México. “Oye, la Navidad es obviamente para
gente rica...”, le dije asombrado, desde mi perspectiva cubana, a
un amigo mexicano, que asintió con sonrisa triste. No estaba yo
preparado para aquella histeria de compras, para toda la invasión de
adornos, alegorías, comerciales, para la absurdamente opípara
oferta de carnes, turrones, frutas y bebidas. Y tampoco estaba
preparado, por supuesto, para los villancicos.
Los villancicos son,
indiscutiblemente, el sonido de la Navidad. Son, además, melosos,
tibios, arrulladores y empalagosos. Los villancicos son un gusto
adquirido, como el queso azul, o la literatura barroca. No es cosa
que pase fácil. Y pueden ser, ciertamente, muy raros, como aquel que
dice:
Pero mira cómo
beben los peces en el río
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer
Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
Los peces en el río por ver a Dios nacer
Eso es algo que
parece producto de intoxicación con mescalina. Es como decir “Pero
mira como respiran las vacas en el potrero, mira, es azul, y
rosado...” Pero las personas que tuvieron Navidades toda su vida se
enternecen con eso, porque crecieron imaginando pececitos que bebían
agua y miraban, tiernos y morbosos, a María pariendo. En el
desierto. Donde el agua más cercana sería el Mar Muerto, donde no
hay peces.
La alternativa
anglosajona de los villancicos no es mucho mejor, la verdad. El
Jingle Bell Rock, y Nat King Cole, Broadway en pleno, y todas las
divas de R&B desgañitándose
en canciones rebosantes de campanitas y azúcar. Y, por supuesto,
Feliciano deseando Feliz Navidad aiuanauichuamerricrisma.
Pero yo todavía no
sabía nada de eso en aquella Navidad cuando vi, asombrado, desde la
altura del Periférico, aquel inmenso y familiar parqueo, donde
siempre había muchos espacios disponibles, pero que hoy estaba
totalmente repleto de autos y de personas que caminaban de un lado a
otro, nerviosas, cargadas de paquetes.
Y mucho menos podía
imaginar que allí, dentro de aquella megatienda, en medio de aquella
orgía católico-capitalista, me esperaría el tan bien conocido
espectro del racionamiento cubano. Estaba allí, parado junto al
cartel que decía “ Sólo dos baguettes por persona”, o sentado
en la tarima vacía, donde no quedaba ni una triste naranja. O en la
voz amable y cansada de la empleada que me dijo, “Se acabaron,
señor, lo siento...” Porque en Navidad sucede lo impensable: las
cosas, efectivamente, pueden acabarse. Sólo por unas horas, es
cierto, pero se acaban.
Los mexicanos son
buenos para el tequila, y para la buena comida. Y para conquistar a
las mujeres. Saben de eso, del efecto devastador de mariachis,
serenatas, regalos, flores y amabilidad absoluta. Uno aprende cosas
con los mexicanos. Pero, sobre todo, son buenos para el melodrama;
son matadores que van directo al punto blando.
Y eso es lo que me
esperaba a la salida de la tienda: los niños de hospicio, de todas
las edades, vestidos en ropas baratas y opacas, organizados en el
coro más triste del mundo, cantando villancicos, por supuesto. Y uno
de ellos, de cuatro o cinco años de edad, con un gorro de lana
demasiado grande, y que me mostró un caldero donde debía yo
depositar algo de dinero, pero resulta que entonces uno quiere dejar
allí todo lo que tiene, el dinero, y lo que compró, y salir
corriendo y esconderse a llorar en otro lugar donde no tenga que ver
las sonrisas navideñas de niños abandonados. Pinches mexicanos.
Después de algo
así, los del Ejército de Salvación que tañen campanitas a la
salida de los supermercados aquí en EEUU parecen cheerleaders.
Y ayer, en la cola
para pagar mi compra, la señora que me precedía me regaló un pie
de manzana, "Pero...”, intenté decir que, muchas gracias, pero...
“Tómelo, señor, están al dos por uno, y a mí con uno me es más
que suficiente...”, me dijo. “Pero...”, intenté de nuevo,
pero... “Mire, tómelo, ¡y Feliz Navidad!”, remató sonriente, y
ya no pude decirle que a mi no me gusta el pie de manzana.
Así es la Navidad.
Saca a flote, aunque sea sólo por unos días, lo mejor de la gente.
Breve época de amabilidad, generosidad y solidaridad humana. Y
recogimiento, intimidad familiar, amor y paz.
Pero, como toda mi
generación, yo llegué tarde a la Navidad.
Y aparte de la
monserga de armar el arbolito, y el montón de dinero invertido en
regalos que quién sabe si gusten o no, la Navidad es para mí una
extraña nostalgia por algo que nunca he sabido que es.
viernes, 29 de noviembre de 2013
¿Relatividad?
Jalogüin dura desde finales de septiembre hasta principios de octubre.
Thankgiving de principios de octubre a principios de diciembre.
El Black Friday se extiende a tres dias antes y tres dias despues.
Navidad va desde principios de diciembre hasta el año nuevo.
Y la jornada va de Camilo a Che.
Thankgiving de principios de octubre a principios de diciembre.
El Black Friday se extiende a tres dias antes y tres dias despues.
Navidad va desde principios de diciembre hasta el año nuevo.
Y la jornada va de Camilo a Che.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Revelación de miércoles de mucho viento, lluvia y, como si fuera poca felicidad, último día de trabajo de esta semana
Si los que saben escribir y Yoani Sánchez intercambiaran talento y coraje, todo el mundo saldría ganando.
martes, 26 de noviembre de 2013
Padres, hijos, y nietos, y biznietos...
Leía este
texto sobre el nepotismo en la TV cubana, en este 2013 que ya se está
acabando, donde la autora se cuestiona ese fenómeno en la televisión cubana, e ingenuamente se pregunta hasta cuando.
Y yo no puedo menos
que recordar a los Veloz, los cuales agotaron los diminutivos en sus
4 ó 5 generaciones, desde Palmas y Cañas, hasta... Palmas y Cañas.
O la canción tema
de aquel famoso programa de Hilda Rabilero, “Contacto”, que creo
cantaba su hijo o algo así.
O la hermana de
Paulo FG moviéndose en el escenario, como esos muñecos inflables
que se usan para los anuncios en los car wash.
O de Dunia, una
gordita que cantaba canciones infantiles, y que daba ganas de darle
un cocotazo para que se espabilara y terminara con el sonsonete.
O los hijos y nietos
de los Castros, posicionados y apoderados en, y de Cuba.
Nada, que si un
amigo es un central, un familiar es una central... nuclear.
Pa que Shazam vea que nohotro no
Ayer Shazam, esa aplicación
que busca, idenfica y trata de venderle a uno canciones, ha
tenido uno de sus mejores momentos.
Resulta que iba yo
manejando de regreso a casa y sintonizo una estación donde a esa
hora es posible escuchar buen jazz y, bam, coge lo tuyo, nada menos
que Van Van, en una estación de radio en NY, y entonces fue que se
me ocurrió poner a Shazam a escuchar y...
Formell, parece que, después de todo, elloh sí...
lunes, 25 de noviembre de 2013
Revelación de lunes, que amanece a -4 grados con sensación de -11
Los servicios de
salud en Cuba: te dicen que es un derecho, pero te hacen sentir que
te están haciendo un favor. Y te lo echan en cara de por vida.
Los servicios de
salud en EEUU: eres un cliente donde debías ser un paciente.
viernes, 22 de noviembre de 2013
La que no sabe morirse
“No se va a morir así
como así, ¿sabes?”, me dice, con sonrisa y ojos tristes, azules.
“¿Sí te dijo que
estuvo en Auschwitz? Tres años sobrevivió, allí, donde la
expectativa de vida eran, cuando mas, tres meses...” Y vuelve a
sonreir, con orgullo, un poco de brillo en los ojos esta vez.
“Ella tuvo una
buena vida, a pesar de todo. Mi madre, además, es la judía más dura que ha dado Polonia, nunca le sacó el cuerpo a las cosas difíciles. Y siempre ganó todas sus peleas. Pero, ¿sabes lo que más lamento? Que no sabe que está en su última pelea, no importa que la tenga perdida; le gustaría saber que la está peleando, eso que ni que... Dementia is a bitch”
PD: La señora falleció el pasado domingo 24. Hoy mi esposa me llamó, se encontró con la hija, que la saludó con un beso. "Se notaba que necesitaba un abrazo", me dijo mi esposa.
Que en paz descanse.
PD: La señora falleció el pasado domingo 24. Hoy mi esposa me llamó, se encontró con la hija, que la saludó con un beso. "Se notaba que necesitaba un abrazo", me dijo mi esposa.
Que en paz descanse.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Pregunta
Ni por un segundo relaja el entrecejo. Ni cesa de gesticular con vehemencia.
Ni deja de decir, “Tú
estás equivocado...”, “Es que tú no entiendes...”,
“Nosotros...Ustedes...”
Lo escucho, sin embargo, con atención. Es un tipo listo, aunque eso no cambie nada. Sobre todo, porque no
logra responder mi pregunta, la pregunta que le repito pacientemente al terminar
cada curva, al fnal de cada declaración de principios, en la pausa
entre los discursos enlatados.
“Pero, dime, por
favor: ¿qué es lo que defiendes?”
Revelación de jueves
El problema de las malas causas no está en que las apoyen hombres malos.
Está en que las apoyen hombres buenos.
Está en que las apoyen hombres buenos.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Mesiánico, apocalíptico e hijo de puta
Fidel Castro tenía el gatillo alegre.
Quería que corriera la sangre, ajena sobre todo. Quería, como todos los dictadores, tener un enemigo grande, y mientras más grande, mejor.
Quería jugar a ser David, y meterle una pedrada en la frente al otro; meterle dos o seis misiles nucleares al
territorio de los Estados Unidos, matar uno, dos, tres millones de americanos. Eso, muertos, muchos americanos muertos.
Y que comenzara con ello una guerra nuclear global. Y si Cuba se convertía en un desierto contaminado, y todos los cubanos desaparecían del planeta, vaporizados a golpe de ojivas nucleares, ¿qué importa? No iba a quedar nadie para contar la historia que lo absolvería.
Pero, cuando 50 años después el periodista Jeffrey Goldberg en esta entrevista le dice:
“At a certain point it seemed logical for you to recommend that the Soviets bomb the U.S. Does what you recommended still seem logical now?"
Él, sabio anciano en camisita a cuadros, responde:
"After I've seen what I've seen, and knowing what I know now, it wasn't worth it all.”
Qué clase de demente, neurótico, maniático hijo de puta.
Debería vivir para siempre para que viera todo lo que viene, y se retorciera en la impotencia y la rabia de los olvidados.
Quería que corriera la sangre, ajena sobre todo. Quería, como todos los dictadores, tener un enemigo grande, y mientras más grande, mejor.
Quería jugar a ser David, y meterle una pedrada en la frente al otro; meterle dos o seis misiles nucleares al
territorio de los Estados Unidos, matar uno, dos, tres millones de americanos. Eso, muertos, muchos americanos muertos.
Y que comenzara con ello una guerra nuclear global. Y si Cuba se convertía en un desierto contaminado, y todos los cubanos desaparecían del planeta, vaporizados a golpe de ojivas nucleares, ¿qué importa? No iba a quedar nadie para contar la historia que lo absolvería.
Pero, cuando 50 años después el periodista Jeffrey Goldberg en esta entrevista le dice:
“At a certain point it seemed logical for you to recommend that the Soviets bomb the U.S. Does what you recommended still seem logical now?"
Él, sabio anciano en camisita a cuadros, responde:
"After I've seen what I've seen, and knowing what I know now, it wasn't worth it all.”
Qué clase de demente, neurótico, maniático hijo de puta.
Debería vivir para siempre para que viera todo lo que viene, y se retorciera en la impotencia y la rabia de los olvidados.
Los atoros de la nostalgia
“¡Ay, esa es mi Cuba!”
Buena Vista Social Club,
por supuesto. Y la trova, en pleno. En casos críticos, Alfredito
Rodríguez y Annia Linares.
“El ajo no sabe igual”
Y además, es más grande.
De hecho aquí un diente de ajo alcanza el tamaño de una ciruela.
Pero el sabor de aquellos ajos, del tamaño de una semilla de naranja,
a los que había que dedicarles 30 minutos pelándolos para poder
hacer un sofrito, ah, ese sí era sabor...
“La carnepuehco es
desabrida”
Así es. El puerco cuando
se cría con sancocho, enriquecido con zeolita en polvo y cabezas de
pescado, adquiere un sabor peculiar, a berrenchín...
“Ay, caminar la Habana,
que maravilla, el Malecón, el atardecer...”
Las adicciones son
ciertamente enigmáticas. Ir sorteando mierda de perro, respirando
humo de diesel mal quemado, y sudar como un galeote, por ejemplo.
“¡¡¡Loh cubanoh jí
que sabennn divehtihse!!!”
Es cierto. La cubanía. Se
aprende desde pequeño que el sumum de la diversión es ron, cerveza,
gritería, dominó, y después, irse a templar. Yo no soy tomador
pero, aun así, no tengo mucho que objetar.
“Es que allá es todo es
tan diferente...”
Cada vez que escucho algo
así, pienso que Perogrullo debió ser cubano. O santiaguero...
“¡¡¡Eh que el cubano
eh de pinga, siempre a la viva!!!...”
Si, por eso es que Cuba es
un paraíso de bienestar y civilidad, paradigma del éxito y la
brillantez, con sucursales en Mayami, Uropa y el planeta Tierra.
“Pohque nojotro si
que...”
Y entonces tiemblo, porque
una nueva leyenda está por nacer...
“A mi familia le
quitaron...”
El nuevo reto de
historiadores, geógrafos y geólogos está en identificar como Cuba
perdió el segundo piso, donde seguramente estaban todas las
haciendas, inmuebles y propiedades de todos los cubanos conocidos.
“Eh nivel de la
educación en Cuba y loh profesionaleh cubano...”
“Yo voy a regresar,
yonoaguantoehtoaqui...”
Así es, es muy difícil.
Esto de tener que pagar por la casa, la gasolina, por seguros,
celulares, televisión por cable, Internet, la comida, mi laptop, mi
ipad, las cuentas en los restaurantes, los viajes a Cuba, la
pacotilla, la electricidad, el gas, un crucero de cuando en vez,
dieta macrobiótica, barbecue los domingos, y los sábados también,
la mensualidad del carro mío, y el de la esposa, y los juguetes de
los chamas, y encima de todo eso, trabajar, y ganar el dinero para
poder asumir todas esos terribles gastos, que nadie te regale nada,
eso es, sencillamente, insoportable.
“¡¡¡El sol, el sol,
la humedá, que rico!!!”
Bueno, cada loco con su
tema, pero todo tiene un límite, digo yo...
martes, 19 de noviembre de 2013
Queens state of mind
Entro a la carnicería más pequeña del mundo.
El espacio para los
clientes es una estrecha franja, de apenas 6 metros de largo por 2 de
ancho. Justo al lado de la puerta, que se abre directamente a la
acera, hay tres hombres y una mujer. Estimo que todos están por
encima de los 6 pies de estatura, buen indicio, que habla acerca de
los beneficios de la carne de cerdo. Conversan en voz demasiado alta,
en algo que puede ser croata, o algún otro dialecto eslavo. De vez
en vez, una palabra salpica, y la entiendo.
Uno de ellos me mira y me
dice, en esa bendita lengua cargada de acentos y entonaciones
exóticas, donde las palabras se dicen como se leen, sin el tedioso
tono nasal ni los confusos blendings, y que es el inglés de los que
no hablan inglés, y que tan bien se entiende, me dice, adelante,
sigue, y cuando griten, tú gritas, y entonces te atienden, así es
aquí, y todos ríen con desenfado de pueblo pequeño.
Adelante entonces, adonde
otras seis o siete personas esperan su turno. Aquí no cabe más
nadie, pienso, y entran entonces dos personas más. Ahora todos estamos muy
cerca unos de otros, a una distancia no americana, sólo que aquí no
hay americanos. Me coloco justo detrás de una muchacha diminuta que
habla por teléfono, en rumano, y a un lado de una mujer a la que
acompañan dos niños. Uno de ellos llora de manera intermitente, y
la señora le dice ¿Chto, Chto?, pero no suena a ruso. Aquí no hay rusos, que andan por Brighton Beach, al suroeste, justo al lado de Coney Island.
A mis espaldas, unos
estantes que cubren toda la pared y donde hay pan fresco, sazones, patés, salsas, y otros que no
logro identificar.
A mi otro lado se coloca
otra señora, de baja estatura, pelo negro, y con ese tipo de facciones que
yo sé que no voy a reconocer si la veo de nuevo. Aprieta contra su
pecho una bolsa con una hogaza de pan, y en la otra mano sostiene un
frasco con lo que parece ser harina de maíz. Me observa, lenta y
cuidadosamente, con desfachatada curiosidad, de abajo hacia arriba, tratando de ubicarme, quizás,
en este barrio multiétnico. Cuando su mirada llega por fin a mi cara
le digo, “Hello...” , y ella, sin responder, cambia la vista y
mira al mostrador.
El inmenso mostrador es el
límite y la meta. Está cubierto, lleno y rodeado por carne de cerdo
y cordero, en todas las variaciones de jamones, embutidos y ahumados.
Hay salamis, salchichones, tocinos, salchichas, klobasa, kalbasá, o
kielbasa, y como sea que lo pronuncian los húngaros, en su delicioso
lenguaje repleto de vocales impronunciables. Las carnes están sobre
el mostrador, en el mostrador, en las vitrinas, colgadas del techo,
apiladas, mostradas en un exquisito alarde de abundancia y variedad
casi obsceno. Nombres exóticos, que van desde el búlgaro hasta el
albanés.
Unos platos, colocados justo
en el borde del mostrador, como ofrenda a los clientes, con una muestra de algunas de esas cosas
repletas de grasa, ajo, pimentones, sal y nitritos, sabores y texturas que hacen
que las omnipresentes salchichas italianas de Nueva York parezcan
envoltorios de aserrín con sabor a hinojo.
Es el colesterol en su expresión mas
deliciosa, la apoteosis de lo tóxico y, si uno se va a joder, al
menos debe hacerlo con clase, me digo mientras tomo una delicada
lasca de un tocino que se llama tocino de Istra, según me dice uno
de los ágiles y amables carniceros, pero también we have tarska,
slanina, pancetta,
rolled bacon of
the garlic and paprika
varieties, paprika
bacon, chicken
bacon, and garlic bacon, mangalitsa style, hace un gesto de chuparse
los dedos, y sonríe.
Salgo con dos
klobasas húngaras, libra y media tocino “for cooking”, una libra
de tocino curado con ajo y paprika, para comer crudo, dos libras de
salchichón “neparovaná”, y un cartuchito con chicharrones, para
el camino.
Y comiendo, por supuesto, chicharrones.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Ah, nuestros expertos...
“El día que cedan (el
gobierno cubano), saben que se los comen vivos (los
Estados Unidos) y sin tan siquiera echarles una pizca de sal”
Esa frase, que dicha
en primera persona del plural pudiera ser una de las clásicas de los
dinosaurios, viene a ser una suerte de resumen de la comedera de
mierda nacional de los últimos 50 años.
Y yo, por pura inercia,
pregunto:
¿De veras este hombre cree que
los EEUU necesitan otro país tercermundista generador de emigrantes
pobres y desesperados?
¿De veras él no ha
pensado en qué tal le asentarían a la derruida economía cubana
inversionistas y mercado estadounidenses?
¿De verdad este hombre
todavía cree que estamos en la época de la “fruta madura”?
¿O, para el caso, de
verdad él cree que Cuba es una fruta madura, o una fruta, o algo que
los EEUU necesiten para seguir siendo el país más poderoso y rico
del planeta?
Y entonces, después de
ver la histórica dependencia de alguien, de la URSS y sus satélites,
de Venezuela, y con un estancamiento crónico, pregunto:
¿Quién, entonces, necesita comer, con sal o desabrido?
Debe estar jodiendo
nuestro experto, sin lugar a dudas.
jueves, 14 de noviembre de 2013
Hoy, como ayer, yo me sigo frustrando, mi bien...
Es frustrante, entonces, entre otros:
Ese vino cubano, que
parece debe ser agrio para ser nuestro.
El agudo despiste de
algunos opositores.
El miedo, ese viejo amigo.
La prensa cubana que,
cuando por fin decida hablar, probablemente sea tan a destiempo que
ya no va a tener importancia.
Que haya regetón.
Que haya sol siempre.
Y, por supuesto, las
ingenierías.
Los ingenieros fueron
héroes indiscutibles y conocidos desde que Julio Verne los colocó
en el centro de sus historias. Antes de eso, eran sólo artesanos.
La sola mención de la
palabra ingeniería, que viene de ingenio, y no azucarero, sino
humano, sugiere tecnología, avance, progreso, modernidad, cosas
buenas. Y allende en Cuba tenía, además, tremendo swing ser
ingeniero; sabido es, por demás, que las facultades de ingeniería
tienen un queseyó de lo cual las demas carecen. Es más, las jevitas
ingenieras son sexys. Y tan rotundo suena ingeniero como aguado
licenciado. Es un hecho, todo eso se sabía ya entonces.
Ya entonces, cuando,
además de estudiar ingeniería, esto fuera en el extranjero, era
doble swing. “¡Es que estudió en la Unión Soviética!”, y ya
estaba todo dicho. Capicúa. Jonrón con bases llenas. El guajirito
hablando ruso, cará. Pero no es el caso de Tamayo: yo creo que
Tamayo ni es ingeniero ni habla ruso. Ni nunca tuvo swing.
Y así, de pronto, en
medio de la marea de progreso y desenvolvimiento que proporcionaba la
ayuda solidaria y desinteresada de bolos y satélites, un amigo se
fue a ultramar nada menos que a estudiar Ingeniería en Explotación
del Metro. El Metro, porque en La´bana, si alguien aun no lo sabe,
iba a haber un Metro.
A su regreso, pues
encontró unas enigmáticas oficinas, que había de ellas varias
sucursales, y que se llamaban, creo, Oficina del Metro de La Habana,
y que tenían hasta logotipo, una M probablemente.
No sé adonde fue a parar
toda esa generación de ingenieros hiperespecializados en explotación
del transporte metropolitano. Pero, por azar de los tiempos les tocó
vivir aquella época de frenesí en la construcción de túneles
populares (no existen túneles impopulares en Cuba), cuando era
inminente, como lo ha sido siempre, que el Imperio hiciera llover
misiles y bombas sobre la patria entera embravecida y, bueno, eso,
túneles.
Probablemente entonces les
tocó dar su opinión sobre como cablear esos refugios, donde poner
una toma de aire, o dar pico y pala como unos dementes.
Después, pues llegaron
las imágenes de los bombardeos en Iraq, donde se apreciaba como el
enemigo honorario colocaba misiles con absoluta precisión en los
portones y respiraderos en refugios y túneles en Bagdad. Entonces
como que la idea de quedar sepultado en un túnel, aunque fuera
popular y estuviera en mi amada Habana, perdió popularidad, estos se
convirtieron en impopulares, y se olvidaron.
En fin, frustración sobre
frustración.
En las ingenierías, como
en todo en esta nuestra vida, hay élites. Hay superingenierías.
Solamente los nombres tumban de culo a cualquiera. Ingeniería
Nuclear con Especialidad en Tratamiento de Elementos Pesados, por
ejemplo.
Para escribir una frase de
tamaña longitud, y que sea legible, se requiere un diploma que sea
al menos tres veces mas ancho que alto. Pero bolos et al resolvieron
el problema de esos títulos que presumen letras góticas en formato
A3: lograron acomodar toda la información en un librito, apenas mas
grande que un pasaporte, y que es el título de los ingenieros que
estudiaron allende en el frío. Cosa que se agradece, además, porque
cirílico, mas gótico, suena medieval. Y probablemente
ininteligible.
O, como pudiera haber
dicho alguien, todos los títulos del mundo caben en una hojita de un
librito.
Los que estudiaron
ingenierías con especialización en asuntos nucleares venían de
lugares selectos. El preuniversitario de Ciencias Exactas, por
ejemplo, donde vestían un uniforme azul de becados, pero con un
logotipo rojo que se colocaba en la manga de la camisa y que tenía,
claro, un átomo con tres o cuatro electrones en órbita.
Este pre de Ciencias Exactas quedaba por Siboney, entre la Novia del Mediodía y la Muñeca, en La Coronela, no era la Lenin, que por entonces sólo se apellidaba Vocacional, y no
llegaba a ese grado de excelencia.
Los que allí estudiaban, además de
ser muy inteligentes, con un extra en su preparación académica,
tenían que someterse a tests de aptitud y personalidad, y
tenían, además, que mostrar, al menos mostrar, ya se sabe,
fidelidad al modo de ser.
Eran, de acuerdo a todo y
todos, la creme de la creme de los jóvenes cubanos. O al menos esa
era la idea.
Sus destinos no eran menos
exclusivos. Facultades de ingeniería nuclear, cátedras de acceso
restringido, que ni en los libros aparecían, a veces en ciudades con
estaciones de ferrocarril por las que los trenes pasaban de largo sin
detenerse. Pero, en cualquier caso, siempre bajo la pupìla atenta de los
funcionarios de la respectiva embajada cubana. Y no les dejaban pasar
una. Había que informar acerca de todo y todos, sobre todo de los
extranjeros que procuraban su amistad, con número de pasaporte
incluido. Verdad de Dios.
Tan rígido, tan estúpido,
tan de la guerra fría, y de la ridícula isla era todo, que hubo
quién fue expulsado, “regresado a Cuba”, se decía, tan solo por
haberse templado a una latinoamericana. Así de grave era el asunto.
Los ingenieros nucleares regresaron a Cuba, los que
lo hicieron, más o menos en la misma época que los ingenieros en
Metro. Y allá los esperaba algo que se llamaba Programa Nuclear
Cubano, y Juraguá, afortunadamente, en caminos de no terminarse de
construir jamás. Y, por supuesto, Fidel Castro Diaz-Balart.
Y así, entre lugares de consolación, como el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear (CEADEN), y la migración, la élite de mi generación, sus mejores, fue encontrando lugar para sus frustraciones.
Metros que no
fueron, centrales nucleares que no se terminaron.
Una economía ficticia e inoperante.
Una nación
dividida, un gobierno inepto.
Gobierno que creó un país que nunca
llegó, ni ha llegado, a ser nada por sí mismo, que siempre ha
dependido de otro que lo sostenga y le permita existir.
Frustración sobre
frustración, lo que parece ser, en cualquier época, los ladrillos de la
nación cubana contemporánea.
martes, 12 de noviembre de 2013
The Cool Communist
O mejor, llamémosle
el cécé, el CC, vamos, sucintamente.
Yo conocí un montón
de CC. Eran fáciles de reconocer. Primero, por el aspecto.
El CC vestía
invariablemente camisita de cuadros. Y, en casos extremos, una
chaquetica de cuero negro. En el trópico.
Eran algo común las
salas de reuniones, en donde las ventanas estaban tapiadas, para
evitar que el aire acondicionado de 18 grados centígrados se
contaminara con el aliento de dragón del mediodía cubano. Dichas
ventanas, por demás, ni siquiera se veían: estaban ocultas por
espesas cortinas polvorientas, para impedir que la luz de espanto de
ese nuestro sol nuclear, huérfano de nubes, diluyera el suave tono
de las lámparas fluorescentes.
En algun momento
pensé que ese ambiente estaba creado ex-profeso para propiciar el
poder de concentración de nuestros líderes, el pensamiento creador,
pero, visto el desastre, el único resultado notable han sido esas
caras con ese color cetrino, malsano, que adquiere el rostro de los
blancos iberoamericanos puestos a la sombra.
Entonces uno
comenzaba a relajarse, a disfrutar de aquel aire bendito en aquella
sala protegida de todo mal cuando, intempestivamente, el CC hacía su
entrada. Invariablemente, el rostro era el de un hombre ocupado,
ceñudo, que hacía un gesto apenas insinuado de saludo general, a lo
alfombra roja, y que vestía, por supuesto, la chaquetica de cuero
negro.
Yo creía saber de
donde salían las chaqueticas.
Lo supe cuando,
antes de irme a estudiar al extranjero, recibí una autorización
especial, junto con todos los demás estudiantes, para ir a comprar a
una mítica tienda en Centro Habana donde, siguiendo una breve lista,
se podía comprar ropa de salir, no que fuera uno a parecer un
indigente cuando hiciera escala en Barajas, en nuestro camino al
Segundo Mundo.
Entonces, pues a
comprar algun pulóver, un par de calzoncillos, medias, una maleta de
viaje, un traje y zapatos. Y allí estaba también la chaquetica.
Pero tuve la mala suerte de que la talla disponible en ese momento
fuera adecuada solamente para la complexión y estatura de un niño
de sexto grado, o de un hobbit, tipo el Comandante Guillermo García
(aunque este parezca mas troll que hobbit).
Por ese fatídico
azar de las tallas perdí entonces la oportunidad de parecer un CC, y
todo lo que pude comprar fue un espantoso traje del color de los
frijoles colorados hechos puré.
Por cierto, esa
tradición de la ropa de salir es un elemento folclórico bien
arraigado en nuestra cultura. Mi madre y mis hermanas, por ejemplo,
siempre tenían un bloomer nuevo listo para el momento de visitar al
médico.
El olor de los CC
también era peculiar. Olían a algo donde estaban mezclados vapores
de gasolina, sudor agrio, y vestigios de alguna colonia o
desodorante de tufo barato.
Un ex-colega,
ex-sindicatero, ex-sindicaloso, y ciertamente muy escandaloso, más
recientemente radicado en Miami, tuvo la oportunidad de estar lo
suficientemente cerca del mesiánico en jefe como para después
contarle a quién quisiera, y quién no quisiera escucharlo, que este
olía a talco Bebito. Pero eso no debe sorprender a nadie: el mésia no
es cool, nunca lo fue, y ahora mucho menos, cuando seguro que debe
oler a alcanfor e impotencia.
El CC entonces se
mueve apresuradamante y se sienta a la mesa donde quizás ya hay
sentadas dos o tres personas. Le palmea el hombro a alguien, se quita
el reloj, lo manipula breve y habilmente, y lo coloca sobre la mesa,
la esfera ahora recostada a la manilla como si fuera un minúsculo
despertador, dejando claro que su tiempo es precioso y preciado, que
otra reunión aguarda y que, entonces, compañeros, vamos a comenzar.
Pero hay un elemento
que, si alguien no está mirando en su dirección, u oliendo el vaho
de un CC, aun permite que este sea identificado fácilmente: la
fraseología.
“Mira, cuadro...”
“Déjenme dejar
claro aquí la posición de nuestro gobierno...”
“La tibieza,
compañeros, la tibieza...”
“Estos no son
tiempos de...”
“Este no es el
marco adecuado para...”
“Este no es el
momento para...”
“...las más alta
instancia del Partido y el gobierno...”
“nuestra patria,
compañeros...”
“la revolución
demanda, compañeros...”
“el sacrificio
necesario y la entrega, compañeros...”
“Nuestros cuadros
y dirigentes, compañeros...”
“Nuestro
comandante en jefe...”
“¡¡¡Compaaaañeeeros!!!”
Y sigue un puñetazo
en la mesa, que hace que el cuidadosamente colocado reloj se
desmorone.
Pero los CC también
son capaces de mostrar sosiego y cordura. Para eso hay palabras o
frases altamente especializadas, que deben destacar, además, el alto
grado de información, refinamiento y la agudeza de ingenio de un CC.
Decir dazibao, por
ejemplo, para referirse a un documento largo y espeso.
O ukase, como la
orden que hayan recibido.
O globalización, o
FMI, o el Imperio, o Mossad, o Rolex Oyster, o inmadurez política.
Y todo eso, dicho
entonces con un esbozo de sonrisa oblicua, condescendiente, dando por
sentado que uno no tiene idea de lo que está escuchando porque,
vamos, eso es cosa de élites. Os digo, los CC son gente muy
peculiar.
Si alguien ha tenido
la oportunidad de visitar la oficina de un CC, sabe que una foto de
Fidel, o de otro comandante favorito, va a estar allí, formando
justamente una línea de tres puntos con el ocupante de la oficina y
el visitante.
En casos
afortunados, el propio CC también estará en la foto, mirando al
comandante con el mismo arrobamiento con el que yo miro una teta. Es
incluso posible que tenga el brazo del prócer echado sobre el
hombro, o que el CC haya tenido la increíble oportunidad de poner su
mano sobre el abdómen o el brazo de su ídolo, con delicadeza y
familiaridad, arrebatado, extasiado. Ya se sabe, como si se agarrara
una teta.
En su casa
probablemente el CC tenga una copia de la foto. En la mejor pared de
la sala, presidiendo reuniones y convites, justo a un lado de un
mueble sobre el que destacarían, entre vasitos con removedores de
cocteles y otras botellas de licor vacías, una inmensa botella de
Fundador o de Terry Malla Dorada, montadas en un soporte de alambre.
O, como alguien me
dijo alguna vez, cuando aun yo sólo conocía de rones y destilados
caseros: “Viste, tenía una botella de cuvasié...”, “ ¿Y eso
qué es?”, “Oye, estás atrás... ¡Tremendo güisqui,
compadre...!”
En fin, curioso
especímen el CC. Todo un subproducto de la construcción del
socialismo y la forja del hombre nuevo. Pero se quedaron y quedan
sólo en eso, en subproducto, en otra cosa más de la cual deshacerse
en cuanto haya oportunidad.
Y por supuesto, que
cool no son, mucho menos Cool Communist, porque no existe tal cosa.
Pero CC se puede mantener. Cosa Curiosa. Caso Curioso. Cara de Coco.
O Cara de Culo.
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