miércoles, 28 de agosto de 2013

El problema y el estupor

El señor Fernando Ravsberg ha escrito todo un artículo acerca de los médicos cubanos que han ido a Brasil, acerca de su presencia en esos lugares donde ni los brasileños, ni españoles, ni portugueses, han querido ir.

Talmente pareciera que los médicos cubanos son los nuevos portadores del espíritu de descubrimiento y aventura de los otrora conquistadores. O que esos brasileños, españoles y portugueses son unos desalmados, mercantilistas, y metalizados médicos que sólo quieren estar en las ciudades, y no en los páramos de norte brasileño y que, entonces, los médicos cubanos son los héroes que renuncian a su propio bienestar por el bienestar ajeno.

Inexplicable, además, la mecánica de los salarios que menciona el autor del artículo: los brasileños, españoles y portugueses no aceptaron ir a esos lugares, a pesar de que se paga 13,500 USD, un salario que es de clase media superior en EEUU, mientras que los médicos cubanos aceptan ir por sólo 1,600 dólares al mes, ni siquiera 10 dólares la hora, salario de clases bajas, apenas por encima del salario mínimo en EEUU. Y ese dinero será pagado al gobierno cubano. Y, por supuesto, está por ver cuanto llegará a las manos de esos pobres médicos.

Y aquí el dilema no es si alguien quiere llamar esclavitud a la necesidad, o de si el autor quiere hacer ver heroicidad y entrega donde los motores impulsores son realmente la miseria y la desesperación. Son, sencillamente, médicos que, como la inmensa mayoría de los ciudadanos cubanos, están sin opciones. Son, sencillamente, médicos baratos.

El problema entonces sigue siendo el mismo: el gobierno ineficiente, demagogo, obsoleto y abusador, que no es capaz de ocuparse de su propio país, ni de sus profesionales, ni de su gente, y que sigue vendiendo estos “gestos” con la grandilocuencia y la generosidad de quien regala lo que no es suyo. Porque, aunque así se lo crea la gerontocracia gubernamental, no es suyo el talento, ni el tiempo de los cubanos, ni la vida de la gente, ni las familias, ni la comida que necesitan los cubanos en su mesa.

Sólo la vergüenza de ser un gobierno que es un reverendo fracaso les pertenece, esa nadie se la discute.

El estupor es, por otra parte, que el autor, que es corresponsal nada menos que de la BBC, pudiera estar escribiendo para Gramma, y no se notaría la diferencia.

Cuentos de la cripta que está en la cabeza de un coworker

“Mi cuñado está construyendo un establo en su casa de Shelter Island", me dice el coworker, "Mientras excavaban los cimientos, encontraron unas tumbas de indios Shinnecock. Le avisaron a las autoridades y lo que ganaron con ello fue que vinieron unos indios a protestar frente al ayuntamiento. Al final siguieron protestando, y eso a pesar de que se decidió dejar los restos en el lugar. Y menos mal que le permitieron a mi cuñado seguir construyendo su establo.

Mira, yo no entiendo a esa gente, ¿qué mejor les puede pasar a esas tumbas que tener encima una losa de concreto?”

Y, mientras el hombre me miraba con sus ojos azules y ligeramente estrábicos, esperando en vano mi frase de solidaridad con los terribles problemas de su cuñado, yo pensaba que el orine y las bostas de los caballos seguro no son las ofrendas que los indios Shinnecock quisieran para sus ancestros.

martes, 27 de agosto de 2013

Mejor que allá, tú sabes...

Corría el 1998, yo corría junto a él, y el lugar donde corríamos juntos era Cancún, México.

La noche en Cancún es una maravilla, debo decir. Algunos dirán que mejor que el día, pero yo soy más de agua turquesa que noctámbulo penitente. Pero aun así, la noche en Cancún, amigos míos, es algo a considerar. Asi fue entonces que la vox populi me llevó a un club llamado Azúcar que resultó, además de pequeño (casi un bar), ser aquel que había inmortalizado Van Van.

Mi mamá se fue y me dejó/ se fue pa´l Azúuuuca...

Sin entrar en detalles acerca de un ruedo de cubanas trabajadoras de la noche, que se bamboleaban bellas, abúlicas, solas y tristes, o de un exótico dominicano que bailaba un extraño casino con dos mulatas de fábula, o de europeos, o quizás gringos, que se contorsionaban como marionetas con titiritero endrogado, o de aquella trigueña, veracruzana y sensual, que me llevó a la playa oscura, y al hotel, y de nuevo al Azúcar, y la playa y al hotel, y a un par de meses de desesperación, cuando le escribí 100 tonterías, antes de percatarme de que ya no estábamos en Cancún, ni de que las noches ya no eran aquellas noches, en fin, sin entrar en detalles, decía, el grupo que tocaba en el Azúcar era un desgaje de la Charanga Habanera, cuyo nombre ahora no recuerdo, y que todas las noches ponía a aquel lugarejo al rojo vivo.

En una de las pausas, en que la timba en vivo era reemplazada por discos de salsa portorriqueña, coincidí en el bar con uno de los trompetistas de la banda, un mulato fornido, conversador, y entre un par de cervezas me contó, a grandes rasgos, su suerte y su calvario.

Estaban contratados por un empresario mexicano, lo cual consideraban una gran oportunidad, a pesar de que era de pinga, me decía, estar todo el grupo metido en un apartamentico, durmiendo en literas, y que del Azúcar se iban a tocar a un tugurio de mala muerte, donde tenían que acomodarse en un minúsculo mezzanini que parecía un gallinero, con un calor del carajo, y tocar por dos horas más. Eso, me dijo después de secarse la espuma de la cerveza con el dorso de la mano, para que después este singao, y me señaló con un ademán de la barbilla al lider del grupo, se quede con la mayor parte del dinero. Pero, aun así es mejor que allá, tú sabes, sonrió, me dió una palmada en el hombro, y se fue a a seguir tocando trompeta por un salario de mierda.

Siempre me acuerdo de esa historia cada vez que alguien pone el grito en el cielo porque los médicos cubanos se van a trabajar a lugares raros, sólo para poder ganar unos dólares y comprar cosas para sus casas en Cuba.

Y, de la misma manera que yo recuerdo esa historia, los que gritan olvidan que muchos médicos cubanos, buenos especialistas, y con muchos años de experiencia, trabajan aquí, en los Estados Unidos de Norteamérica, como enfermeros, asistentes de enfermería, o hasta de flebotomistas, porque no han podido o no han querido seguir en la pelea para ejercer como doctores en medicina. Yo conozco a varios.

El sol sale para todos y cada cual aprovecha la oportunidad que tiene, o que puede, así de sencillo. Hay que vivir.

Además, bajo cualquier circunstancia, dondequiera es mejor que allá, Uds saben.

lunes, 26 de agosto de 2013

Voy a dejarme esto aqui...

Porque la verdad es que está genial:



Revelación de lunes

La mención de Mamita y Amalia Batista en la música popular cubana es tan recurrente como citar a escritores muertos en lo que escriben los intelectuales cubanos.

Siria, en serio

La verdad, como siempre, es difícil de establecer, y en Siria ambas partes dicen que la otra fue la que usó armas químicas. Pero, irónicamente, eso no es lo más importante.

Lo preocupante es que las armas químicas ya están, o estarán en un futuro próximo, en manos de grupos islamistas radicales.

Y lo otro preocupante es que EEUU ya está preparando otra cruzada en nombre de la democracia y la justicia y el Llanero Solitario, cruzada que, ya se sabe, lo que dejará atrás es otro país inestable y sumido en el caos.

En este caso, sería la inestabilidad y el caos en un país repleto de grupos radicales islámicos y armas químicas. Precisamente ahí, a medio camino entre el Medio Oriente, Iran, Pakistán y Afganistán. Justo lo que todos queremos.

De nuevo, parafraseando al rey saudí Adbullah: “Se meten en problemas que no entienden...”

viernes, 23 de agosto de 2013

Sorteando la desmemoria

Hay quién perdona.

No es simple perdonar, hay que brincarse para ello unas cuantas vallas. Pero suena limpio, bueno. Perdonar.

Sin embargo, ¿habrán perdonado a Posada Carriles los familiares de los asesinados en el avión de Barbados?

Los familiares de los muertos en la masacre del remolcador “13 de marzo”, ¿habrán perdonado ya?

¿Y qué tal los que aún lloran a los ahogados en el Estrecho de la Florida?

O las familias de los presos políticos, de los fusilados.

O todos los que tuvimos que dejar patria y familia para poder respirar de nuevo.

¿Hemos perdonado?

Es que el tiempo lo cura todo, se dice. Comencemos de nuevo, hagamos cuenta nueva, y borrón a lo anterior, se sigue diciendo. ¡Es que hay una mañana luminosa que nos espera, la noche ha terminado, que viva la vida, conffeti, fanfarrias!

OK, está bien. Voy a hacer entonces un ejercicio simple de perdón.

Voy a perdonar a Juan Padilla y Javier Méndez por haber golpeado a una persona que llevaba un cartel que decía “La Patria es de Todos”, una frase que es el sumum del llamado a la reconciliación y, claro, al perdón.

Ya los perdoné. Errar es humano y, con un extra de tolerancia, puedo decir también que reprimir es humano. Porque eso es lo que hicieron JP y JM: reprimir a otra persona que expresó ideas diferentes.

Por tanto, JP y JM son represores. Reprimieron, además, con violencia, y son, por tanto, represores violentos.

Sin embargo, el gobierno de los EEUU, Derrocador de Tiranos, autonombrado paladín de la democracia y los derechos humanos, generosamente les permitió la entrada a este país y, si el gobierno de EEUU los perdonó, ¿quién soy yo para no hacerlo? Ni siquiera fui yo el golpeado por esos dos.

Parece sencillo.

Pero hay algo que prefiero no hacer dentro de este ejercicio de piedad, civilidad y humanidad. Yo elijo no olvidar.

Y he elegido de esa manera porque, si me olvido que Juan Padilla y Javier Méndez son unos represores violentos, puedo olvidar también que Posada Carriles fue capaz de asesinar a decenas de personas inocentes, o que alguien emitió, y alguien obedeció, la orden de embestir al remolcador 13 de marzo y ahogar con ello a hombres, mujeres y niños.

Quizás, peor aún, podría olvidarme de lo que le ha sucedido a tres generaciones de cubanos, del desastre de mi nación, del desarraigo, de la tristeza, de que ya nada tiene remedio.

Y, si me olvido de todo esto, pues puede suceder otra vez.

Es tan nocivo olvidar como lo es confundir memoria con rencor, o justicia con venganza.

Hay quién perdona. Y hay quién olvida.

Y, si bien perdonar es sano y magnánimo, olvidar, es tonto.

jueves, 22 de agosto de 2013

Unidad de medida

Es mi hipótesis que, en términos muy generales, el rostro de los hispanos tiende a ser mofletudo, mientras que los nórdicos, germánicos y anglos poseen facciones más angulosas, mandíbulas más prominentes, lo cual hace que las malas lenguas digan que tienen al Neandertal más cerca.

Algunos ejemplos de la mofletudez a la que me refiero está en rostros conocidos: George Zimmermann , Hugo Chávez, Emilio Estefan, Perez Roque, Gilberto Santa Rosa, entre otros. Pero el ejemplo más cercano lo tengo en la cara que me observa cada mañana desde el espejo.


Y un par de libras de más no ayudan a que el círculo regrese a ser óvalo, la verdad.

El secreto es que uno de los lugares preferidos por el cuerpo para guardar grasas para casos de emergencia es justo encima del músculo masetero, delante de las orejas, lo cual hace que la cara se ensanche y que, junto con una papada incipiente (a veces no tan incipiente), uno tome ese aspecto inequívoco que los legos llaman caretú.

Yo creo que muchas cosas tienen remedio, y que esta es una de ellas.

En fin, estoy puesto de a lleno para esas masitas supramaceteras.

(Pan, como te extraño...)

miércoles, 21 de agosto de 2013

La conspiración de los imponderables

Voy manejando por la senda central y el auto que va a mi derecha se acerca amenazador, e invade mi carril. La que conduce le da un tirón al volante y regresa a su carril, y ello con una sola mano, pues en la otra sostiene la caja con maquillaje que está usando mientras maneja.

Carajo, me digo y sorteo varios carros para poner mucho espacio entre la señora que se maquilla a 60 millas por hora y yo, que no quiero mas jodiendas en mi vida.

Voy manejando por la senda central y el auto que va a mi izquierda se acerca amenazador e invade mi carril. El chofer mira brevemente hacia adelante, regresa el auto a su carril, y continua mirando su teléfono.

Le ronca, me digo, poniendo sana distancia entre el tipo que revisa su correo electrónico mientras maneja, y yo, que lo único que quiero es llegar sano a mi trabajo y a mi casa, y que ya no sé que hacer para librarme de tanto comemierda...

martes, 20 de agosto de 2013

Sr. Presidente, se la pusieron en China, digo, en Egipto

Tremenda pinchita esta la del Presidente de los EEUU:

Debe condenar a los militares egipcios que han aplastado un proceso democrático para liquidar al grupo islamista radical que había llegado al poder en Egipto, pero...

Tiene que hacer eso sin ayudar ni alabar a los islamistas, porque no hay que ser muy listo para darse cuenta de lo que viene después con esa gente, pero...

Los militares egipcios están matando civiles islamistas por racimos, pero...

Los islamistas son enemigos

Los militares son amigos.

Y no sé por qué, pero me vienen a la cabeza Pinochet, Trujillo, Somoza, y aquella pragmática y cínica frase:

“Es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”

Citius, altius, fortius... ¿pero no tanto?

No entiendo porqué los atletas no pueden doparse.

El deporte es, esencialmente, un espectáculo de proezas físicas. Lo que atrae, lo que asombra, lo que se disfruta del deporte, es lo que pueden hacer seres humanos dotados con talento y habilidades físicas excepcionales.

No entiendo entonces, repito, porqué esos atletas no pueden potenciar su talento natural con el dopaje.

Sin el dopaje el rendimiento físico de los atletas tiene un límite, al cual se han ido acercando asintóticamente con el pasar del tiempo.

Ahí está el record de Sotomayor, las carreras de velocidad, los jonrones, la resistencia, todos los records estancados de alguna manera, y la humanidad que sigue el deporte pendiente de mejoras que cada vez más están en el orden de las centésimas y milésimas.

Nadie recuerda quiénes fueron los que llegaron en segundo lugar en los Tour de France que ganó Lance Armstrong. A Mark McGwire se le recuerda por haber implantado un record de jonrones, para deleite de los fans. Alex Rodríguez sigue siendo tremendo pelotero.

Yo quiero disfrutar que los atletas lleguen más alto, sean más rapidos, sean más fuertes.

Y lo que yo quiero ver es a un ser humano saltando por encima de los tres metros, corriendo 100 metros en 6 segundos o bateando 150 jonrones en una temporada.

Y si para eso tienen que doparse, adelante

¿Por qué no?


Salvar a Yasiel Puig

Yasiel Puig, con sus 22 años y sus orígenes palmireños, está a la merced de un huracán en terreno desconocido que puede llevarlo de la gloria al infierno. Y aún no lo sabe.

“Spark” Puig no se ha percatado, porque no habla ni entiende inglés, y por eso no puede tomarle el pulso a lo que sucede, que en las notas de prensa aparecen, junto con las alabanzas, frases de disgusto por algunas de sus actitudes.

Peor aún, quizas no se dé cuenta que lo negativo tiende a perdurar; lo positivo, pues hay mucha gente buena allá afuera, y nadie es imprescindible.

Ese muchacho, que me ha hecho regresar, después de tantos años de indiferencia, a ser seguidor de la pelota, necesita con urgencia alguien que lo asesore en relaciones públicas, que le sirva de enlace con un mundo que no entiende.

Salvar a Puig, caramba, que el chamaco lo merece, y sus fans también.

lunes, 19 de agosto de 2013

Abdullah se las sabe todas...

Dice el rey Abdulah de Arabia Saudita que lo que sucede en Egipto es culpa de que el gobierno americano le retiró el apoyo a Mubarak.

Eso porque, según el rey, el gobierno americano es un ignorante de arabismo y las cosas de los musulmanes. Y culminó haciendo un llamado a combatir y a aniquilar a la Hermandad Musulmana.

Bueno, puede gustar o no lo que dice el rey, pero lo cierto es que, desde que EEUU derrocó a Hussein "en nombrelalibertáylaemocracia", el Medio Oriente es un desastre in crescendo.

Lo cierto es que EEUU metió la pata hasta la cadera con Iraq, con todos los árabes, y ahora está empantanado en Afganistán.

Recuerda eso cuando uno se mete en la bronca entre el vecino y a la esposa, y sale con el ojo morado, peleado con los dos...

Háganle caso a Abdullah, que él conoce a su gente...

jueves, 15 de agosto de 2013

Se busca voluntad...

Ayer miraba una foto que un amigo me proporcionó, y donde aparezco. Allí soy 15 años más joven.

La miré con curiosidad, con nostalgia, y con bastante envidia, al ver a aquel tipo de pelo abundante y saludable, sin asomo de panza, sin ojos cansados, con una sonrisita comemierda de quién piensa que ya, por fin, había llegado, y que lo sabía todo.

Pero como hay cosas que tienen remedio, dice Perugrullo, y otras que no, pues me voy a aferrar a un dificilísimo propósito que va a llevar a sus límites a mi quebradiza voluntad.

Tal própósito hace palidecer a mi decisión de dejar atrás a mucha gente, cuanto dejé Cuba.

Empequeñece a haber dejado de fumar, lo que que ya casi cumple 10 años.

Minimiza el vivir en esta latitud hostil, fría y gris.

Es un hito, un decatlón, una piedra sisifal. Es el acabose.

Voy, entonces, a dejar de comer pan.

Coge tu comentario aqui

Algunos de mis comentarios han sido censurados, no aceptados, eliminados, o han sido puestos en cuarentena, esa que dice que "el comentario está pendiente de  moderación", en varios sitios de la vasta güeb. Ha sucedido, a saber, que recuerde, en Penúltimos Días, en OnCuba y, más recientemente, en el blog de Eduardo del Llano.

Demás está mencionar que respeto el derecho de hacer una cosa tal, no faltaba más, al cabo no hay lugar más libre que Internet. Tal es esa libertad que hasta censurar se puede, en nombre de la libertad.

Pero lo curioso es que he recibido tan curiosa distinción, como es observable, tanto desde la derecha, como desde la izquierda, lo cual, si bien no me coloca al centro, me sugiere que tiene ello que ver con la letra y espíritu de mis comentarios.

Dicho esto, pues sigo en el entretenido pasatiempo de escribir, sobre lo que me llama la atención, lo que me apetezca.

Aprovecho la ocasión para poner aquí el comentario cuarentenado en el blog de del Llano, oye, que no está bien que uno escriba ideas relevantes y la posteridad se pierda, a su vez, la oportunidad de leerlas.

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Tu comentario está pendiente de moderación 
Sería bueno mencionar que los americanos son industriosos, ingeniosos, inteligentes, educados, respetuosos, con un tremendo sentido de la civilidad y la convivencia; que todo lo que tú usas, escuchas, vistes, manejas o ves, y todo lo que añoras, o se inventó alli o lo han mejorado.
Que son los líderes en salud, farmacéutica, bioquímica, física, matemática, química, astronomía, tecnología aeroespacial y nuclear, entre otros.
Que sus calles están limpias y sin baches. Que su agua es potable tal y como sale de la pila. Que el que lo necesita tiene acceso a un sistema de salud gratuito (y de primera), que la educación es gratuita hasta 12 grado.
Que respetan el derecho de las personas a decir y creer en lo que deseen, de disentir, de opinar, de gritar que el Presidente es un idiota, y eso es bienvenido.
Que la prensa es libre, y puede lo mismo hablar de Snowden, que de la NSA, que de que la hija de un vicepresidente es lesbiana. Y eso es protegido or la Constitución.
Y hablando de Snowden, es un traidor, ademas de idiota, y los los espías cubanos son eso, espías. Por cierto, ¿qué les sucede a los espías en Cuba, los mandan a Varadero?
Que si has podido escribir esto, es gracias a los americanos, que inventaron computadoras, internet y blogs.
Y de películas malas, ¡ay!, mejor no tocamos el tema…

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19 de agosto 2013: El comentario fue aceptado

miércoles, 14 de agosto de 2013

Cubanos: autobombo y realidad

Este post lo comencé a escribir como un comentario a un post en FB, y me extendí demasiado, por lo que decidí colgarlo acá...:

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Los cubanos hemos alimentado nuestro ego nacional con cosas como esas (se refiere a una canción de Maricela Verena). Nos decimos alegres, únicos, nos componemos canciones, frases, slogans; nos pasamos la vida mirándonos el ombligo.

Y por respeto a este espacio publico, y porque no es mi intención ofender a nadie, me voy a abstener de escribir, en buen cubano, lo que en realidad somos los cubanos.

Pero no está de más hacer un poco de introspección:

El cubano es parte del grupo étnico, o cultural, menos exitoso en los Estados Unidos: los hispanos.

Fuera de Miami Dade, muy pocos americanos son capaces de diferenciar, si es que les interesara hacerlo, a un cubano de un centroamericano o sudamericano. Para ellos, todos somos latinos, ciudadanos de segunda, poco educados, ruidosos, vagos, clientes de la Seguridad Social, un grupo social que poco aporta a la sociedad estadounidense, fuera de ser la principal fuente de trabajos manuales poco remunerados. Esa es la triste realidad.

Y, mientras seguimos con nuestro autobombo y la complacencia que nos brinda la Ley de Ajuste, otros grupos, como es el caso de los asiáticos, son los más exitosos (y bienvenidos) en los Estados Unidos. Tal es el éxito de ese grupo que, mientras que el acento español al hablar inglés se asocia a personas poco poco exitosas, de bajo nivel académico, cultural y educacional, el acento asiático se asocia a tecnología y ciencia.

Por otra parte, vergonzosamente, y eso a pesar de ser discriminados, aunque muchos por estar arropados en la vida de guettos no lo noten, los cubanos son inexplicablemente racistas. Tan inexplicable me resulta también que alguien haya creado la frase “Judíos de Caribe” para llamar a los cubanos. Obviamente, esa persona no conoce ni a los judíos, ni a los cubanos.

En fin, pienso que la próxima abolición de la Ley de Ajuste puede influir significativamente en el futuro de los cubanos en EEUU. Si es para bien o para mal, pues depende de lo que haga cada familia cubana en el exilio: tienen en sus manos la posibilidad de insertar a sus hijos en esta sociedad, aprovechando las únicas y magníficas oportunidades que existen, para que se conviertan en personas realmente exitosas y echen la pelea en el terreno de los anglos, y ganen.


La alternativa sería ser, solamente, herederos de una cultura de carnepuerco. Y autobombo.

Egipto, ¿bien o mal?

Lo que está sucediendo en Egipto es un desconcertante proceso, donde se reprime el ejercicio democrático para restarle poder a un movimiento islámico radical.

 Es un nuevo guión donde no es posible etiquetar a malos ni a buenos, es una historia donde no hay ni derecha ni izquierda, ni demócratas ni tiranos.

Lo que hay son personas asesinadas por defender sus ideas políticas, sean las que sean, y uso de la fuerza para reprimir.

Creo que lo que sucede en Egipto es un signo de los tiempos post-guerra fría, post-9/11. Es parte del mismo caldo sombrío que se cocina en Paquistán, Siria, Irán, Yemen y una docena de países africanos y del Medio Oriente.

Y ese caldo es la nueva guerra, la que ya no está motivada por despojos en el reparto del Mundo, sino por doctrinas medievales de venganzas, fanatismo y sectarismo.

Es el Mundo que viene, o mejor dicho, que ya está aquí.

martes, 13 de agosto de 2013

Conteo regresivo

Debo admitir que soy de los partidarios de que Fidel Castro no se muera nunca. Simplemente, no es justo que se muera.

Fidel Castro es el autor de la decadencia y el desmontaje de la nación cubana. 

Fidel Castro nos debe satisfacciones: no puede morirse, en primer lugar, antes de percatarse de que su vida y ridículo propósito se han ido a la mierda.

Siempre ha estado ahí, con su dedo amonestador en ristre, y ahí sigue, fiel a sus ideas delirantes y su mesianismo enfermizo.

Y debe vivir muchos años más para ver como, al fin, se desmorona y desaparece la utopía afiebrada con que embutió a cuatro generaciones de cubanos.

Debe ser testigo del renacimiento de mi país, del arribo feliz de Cuba al siglo XXI.

Debe presenciar cómo la quinta generación, y las que siguen, se olvidan de su nombre, y de su apellido.

Debe saber que sólo ha trascendido como un chiste malo.

Fidel Castro, sencillamente, no puede morirse feliz, no puede hacernos eso.

Pero si, a pesar de todo ello, se muere, dejando todas sus deudas sin pagar, que se muera entonces de esa tristeza amarillenta que cubre a los dictadores olvidados; que sea por la desesperación que le provoca a los tiranos ancianos la certeza de que su voz ya nadie la escucha. Que se muera lúcido, y que llore al morirse.

Lo que restaría entonces sería un olvido fulminante: repintar calles y paredes, desarmar vallas, descolgar sus retratos, orinarse en sus discursos, ondear una bandera, y dejar de ser de allá o de aquí.

Y comenzar entonces, de nuevo, a ser simplemente cubanos.

Libertarios 1, ciudadanos 0


"No one should live in fear of being stopped whenever he leaves his home to go about the activities of daily life," dice además la jueza.

"People also have a right to walk down the street without being killed or mugged," dijo por su parte el Alcalde Bloomberg

Pero, ¿qué dice esa ley? Pues simplemente autoriza a la policía a parar a una persona sospechosa en la calle y a realizar un cateo superficial para detectar armas.

El resultado inmediato de la decisión de la jueza es que las organizaciones que defienden los derechos ciudadanos, los grupos libertarios, los grupos que claman que los negros son los más afectados por esa ley, los defensores de la Constitución, y todos los delincuentes de la gran ciudad de Nueva York, están de plácemes.

Yo creo entonces que lo más consecuente es que la jueza, y todos los que están de fiesta ciudadana, se muden a Brooklyn o al Bronx, y hagan trabajo social para evitar tiroteos, asaltos y violencia.

Y yo que pensé que considerar un héroe a Snowden era el sumum de la coprofagia.

domingo, 11 de agosto de 2013

Celebreichion

Fuimos invitados a una megapachanga en casa de un señor que había presentado 4 veces para la ciudadanía americana, y fallado todas, y que en esta quinta vez estaba celebrando el triunfo. Graves problemas con el inglés, me decía sonriente,con los ojos brillantes y una cerveza helada en la mano.

Alegría, luces, música, piscina iluminada, comida abundante, buena compañía, tarde-noche tibia-fresca. Qué más se podía pedir, pensaba yo mientras el señor salía de la casa con la estrella de la noche en sus manos: el documento extendido por los U.S. Citizenship and Immigration Services.

Mientras todos sonreíamos, y lo felicitábamos de nuevo, la primera persona que tomó el documento en sus manos, una rubia pequeñaja y tetona, levantó la vista, sonrojada, y le dijo:

"Oye, pero lo que dice aquí es que NO aprobaste el exámen..."

Y en medio del espeso silencio que siguió, el hombre tomó el domuento, ajustó la distancia para burlar la presbicia, leyó la sentencia, puso el documento sobre una mesa cercana y dijo con su acento caribeño:

"Pueh yo no voa pará la hijoeputa fiehta poresa vaina, la próxima vé será..."


viernes, 9 de agosto de 2013

jueves, 8 de agosto de 2013

Humano

Sobre el tablado de un espigón en el sur de mi isla, donde se reunen los pescadores al atardecer, había una raya, mutilada, agonizando. Cuando llegamos al lugar el animal aún se estremecía, sangrando por el desgarrón que antes ocupara la base de la elegante y larga cola.

“La atrapó ese hombre”, me dijo un señor, entrado en años y cubierto con una gorra descolorida. “Yo la hubiera regresado al mar...”, agregó en voz baja, y me miró fijamente a los ojos.

Los pescadores seguían lanzando sus cordeles, en un obstinado y extraño silencio. Mientras, el animal que pescó y mutiló al animal, ataba el apéndice a una vara de pescar, “Me voy a hacer un látigo...”, dijo mientras esbozaba una media sonrisa idiota. “¿Y no se le va a comer?” Nos miró brevemente con ojos vacíos, mientras sus hábiles dedos ensangrentados seguían atando nudos.

Nos alejamos sintiendo que la tarde ya no era la misma; hasta los niños callaban. Vergüenza, tristeza, que sé yo. “Yo no entiendo estas cosas...”, le dije a mi amigo,  hombre que creció pescador en los riscos agrestes de la costa norte matancera.

“Eso es una mariconá...”, dijo mientras daba furiosas chupadas a su cigarrillo electrónico.

El ruido de un chapoteo nos hizo mirar atrás. El anciano de la gorra había echado la raya al mar, para que terminara de morirse en el agua verdosa.

Por el borde de la calle se alejaba el animal en su bicicleta, cargada de aparejos, la vara de pescar erguida a su espalda, la cola de la raya un oscuro pendón de crueldad.

jueves, 1 de agosto de 2013

Vivir entre líneas

Desde que tengo uso de razón los cubanos hemos tratado de encontrar, escudriñando entre las líneas del discurso oficial, las soluciones que no existen.

Esa práctica de autoengaño recuerda un poco el desespero de algunos en el ejercicio de la fe religiosa: la búsqueda constante de señales, signos, de augurios, de una zarza ardiente, lo que contrasta con la fe ciega, esa que admite, acepta, y ya está.

Extendiendo el símil a la sociedad cubana, pues están entonces los que siguen tratando de leer entre líneas, (algunos) a sabiendas de que lo que no se dice es, o porque no se quiere decir, o porque, lo que es peor, no hay nada que decir.

Y luego, pues está el resto: los que ni siquieran intentan segundas lecturas y sólo aúllan y aplauden.

Un día no habrá necesidad de leer entre líneas: bastará con decir la verdad. Pero mientras, hasta los corresponsales extranjeros se han hecho duchos en escribir sobre nada (pues nada sucede) y en colocar, entre líneas, buenos deseos, suposiciones y fantasías.

Y ese, desgraciadamente, es el material con que se ha pavimentado el camino por el que ha transitado, y transita, mi país.