jueves, 31 de octubre de 2013

SciFi revisited

Cuando leí el primer libro de Ender´s Game, recuerdo haberlo hecho con mucho trabajo. Ni siquiera recuerdo si lo terminé, y definitivamente no leí los que siguieron.

Mas tarde, a instancias de un amigo, leí Hyperion, novela también ganadora del premio Hugo. Y tampoco me gustó.

Creo que lo que me sucede es que, después de los clásicos de los 60, de Ray Bradbury, de Isacc Asimov, y de la ciencia ficción sovietica, por alguna razón me resultan aburridas estas historias...

Controlen el movimiento de la cintura, por favor...

Los humanos somos muy fáciles de entusiasmar con el absurdo. Nos vamos, inexorablemente, de cabeza y a pies juntillas, con la finta.

Nos morimos en guerras que inician y terminan personas que ni siquiera conocemos.

Nos tomamos en serio el desgañitarse al ver millonarios jugando pelota o fútbol.

O, de tal manera, a Fidel le dijeron Esta es tu Casa.

Nadie se asombra de que Lady Gaga, Justin Bieber y Kim Kardashian tengan más seguidores que, digamos, Stephen Hawking.

Los talibanes fueron, en su momento, la gran esperanza en la lucha en contra de la hegemonía soviética.

Entusiasmados, a Obama le dieron el Premio Nobel de la Paz.

Y, ahora, se lo quieren dar a Yoani Sánchez.

Y yo, pues me entusiasmo porque mañana es Viernes otra vez.  

miércoles, 30 de octubre de 2013

Hunting Season

Una lectura obligada para los cubanos en el exilio debe ser “Hunting Season: Immigration and Murder in an All-American Town”, el último libro de la periodista y escritora cubano-americana Mirta Ojito.

Con un estilo ameno y conciso, el libro narra los antecedentes, y los hechos, del asesinato de Marcelo Lucero, un inmigrante ecuatoriano en Patchoge, Long Island, a manos de una pandilla de adolescentes, que se dedicaban a “hunt beaners”, a cazar inmigrantes latinos, golpearlos, y como en este caso, llegar a asesinarlos.

Además de la historia de odio, de la descripción del sutil, y a veces no tan sutil, pero sí permanente trasfondo racista que existe en la sociedad norteamericana, también es narrada la terrible situación que representa ser un inmigrante ilegal en los EEUU.

Los cubanos tenemos mucho que escuchar en ese libro; es una oportunidad única para apreciar en su total magnitud la situación privilegiada que tenemos en EEUU, y para mirar con compasión y solidaridad a los que muchos cubanos, en su soberbia e ignorancia, llaman simplemente indios.

Recomiendo ampliamente la lectura de este libro, que estoy seguro va a dar mucho de que hablar en los próximos meses.

Del mundo virtual

Hoy, en varias conversaciones virtuales, sin relación entre sí, me sucedió que los socios me dijeron:

“...hay comentarios tuyos que a mi me suenan racistas y clasistas (…) pero tú sigue así, que se te da bien y al menos yo, lo disfruto mucho...”

“...ni se te ocurra cerrar, que me quitas gran parte de mi divertimento en el día...”

“...tú no cambies, ¿ok? ...”

Por otra parte, uno me informó, amable y civilizadamente, como debe ser, que me eliminaba de sus contactos en Facebook porque le resulto yo, o lo que escribo, o ambos a la vez, algo que aún no sé explicar, pero que bastó para la eliminación.

Creo que tengo dejar de escuchar a los socios si quiero seguir interactuando en las redes sociales...

Press "unblock" to continue

Es de nuevo esta época del año, y debo decir-escribir-repetir que yo estoy, por principios y finales, en contra de bloqueos, prohibiciones y embargos. Nada que impida el libre flujo de las cosas es bueno, sobre todo si esas cosas tienen que ver con la economía y el bienestar.

Dicho esto, me alegro que la mayoría de los gobiernos de los países del planeta piense igual que yo sobre este asunto, y que hayan instruido a sus embajadores en la ONU a votar en contra de la tonta tozudez del gobierno americano que, por razones de pura inercia política, mantiene el bloqueo económico contra Cuba.

Es imperativo, entonces, que acaben de levantar o abolir o anular el bloqueo a Cuba, porque, además de no tener sentido, ya me duelen los huevos de estar escuchando sobre el bloqueo.

La otra razón es porque estoy loco por ver a los dinosaurios a solas con su ineficiencia y su obsolescencia sin, por fin, nadie a quien echarle las culpas.

martes, 29 de octubre de 2013

La estadística es lo más sublime para el alma divertir.

Sabido es que la estadística dice que, si yo me comí un pollo entero, y tú no comiste ninguno, los dos nos comimos medio pollo.

Inevitable recordar también aquella cuenta del bodeguero en jefe cuando dijo que Cuba exportaba alimentos creo que para 40 ó 50 millones de personas, asombroso y delirante número, resultado de dividir el azúcar que se exportaba en ese entonces entre el número de calorías requerido por una persona.

Por cierto, dadas las circunstancias actuales, es de suponer que ahora Cuba sólo exporta alimentos para 3 ó 4 millones de personas. De nuevo, cosas de la estadística.


Estos dicen que el 57,8 por ciento de los cubanos que viajaron al exterior habían regresado al país, y 24.129 han salido y retornado más de una vez entre enero y octubre de este año. El 49 por ciento de los viajeros han sido mujeres.

Tentador esto de chapotear en la estadística, y yo sucumbo.

De acuerdo entonces a las cifras, se concluye que:

  • El 42.2% todavía anda aquí afuera.
  • La mitad de los que viajan son mujeres, lo que hace pensar que la otra mitad sean hombres.
  • Eso además es un indicativo, compañeros, de que la población cubana va a mantener la proporción adecuada entre mujeres y hombres, lo cual va a propiciar la reproducción, y no fomentar el adulterio y la lascivia.
  • De extrapolar la tendencia de los que no regresan al total a población cubana, se obtendría que, en un futuro próximo, la población cubana sólo sería de unos 6 millones, lo cual resolvería, por fin, los problemas de vivienda, alimentación y transporte.

En fin, qué democracia, ni elecciones libres, ni libertad de expresión, ni economía de mercado.

Lo que necesitamos, compañeros, es estadística.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Acerca de "Máquina de enojos"

Dentro de las cosas que estuve rumiando la tarde-noche de ayer, está “Máquina de enojos”, el último artículo que publica Carlos M. Álvarez en OnCuba, autor y sus artículos que no me canso de recomendar.

Y es que detrás de la prosa sabrosa con que está escrito el texto hay una idea central, tan antigua como el romanticismo, o la falsedad humana, depende de quién venga dicha idea: ha de hacerse lo que uno quiere por vocación y entrega, y no por dinero.

Me recuerdo inevitablemente de algo, que debe ser apócrifo, y que es bastante radical y polémico, y que dice que el que no es de izquierdas a los 20 años no tiene corazón, pero el que a los 40 lo sigue siendo no tiene cerebro.

Es decir, que se considera que en cierto momento el cinismo existencial debe sustituir al romanticismo soñador.

Es imposible vivir en este planeta, siendo parte de la biósfera, o de cualquiera de las sociedades que tenemos alrededor, y permanecer ajeno a las necesidades materiales. Hay que comer, beber, cobijarse, moverse, interactuar y vivir.

Eso se traduce en comida, agua potable, ropa decente, casa, carro, computadora, celular, internet, conectividad, entre otras muchas cosas. Y todo ello se adquiere con dinero. La alternativa pues sería ser un santón en Varanasi, y sobrevivir gracias a la caridad pública.

¿Que hay desalmados que venden su alma al proverbial diablo por dinero o su equivalente? Es cierto, siempre los ha habido y habrá, pero basta con saber que no se es uno de ellos.

No hay nada novedoso ni interesante en tratar de minimizar la importancia de ganar dinero. No hay nada malo en ganar dinero con nuestras habilidades y talento y, mientras más, mejor. No hay nada malo en ser romántico, pero no hay que exagerar.

Y no hay que perder de vista que todos somos de alguna manera mercenarios, que hacemos lo que hacemos porque hay que vivir de la manera más feliz posible y que, hacemos lo que hacemos, claro que sí, también por dinero.


Lógica

“Yo vivo en Queens...”

“!!!”

“Sí, tomo un bus aquí, otro en el downtown, y después un tren hasta mi casa...”

“!!!!!!!!!”

“Es que el carro que tenía lo choqué... Se le trancó el timón y me fui contra un carro que estaba parqueado, ya sabes cómo es con esos carros tan viejos... antes que ese tuve otros dos, y tuve que soltarlos, porque les salieron mil problemas”

“¿?”

“No, que va, un carro nuevo pierde valor en el momento que lo sacas de la agencia, yo prefiero un carro del 2005 por ahí, de hecho voy a ir a Miami a comprar uno, que allá están más baratos...”


“(!!!WTF???...) Ya veo...”

martes, 22 de octubre de 2013

Cuba, fantásticamente absurda

A instancias de alguien, y lamentablemente no recuerdo quién fue, me leí “World War Z: An Oral History of the Zombie War”, el libro que sirvió para el bodrio “World War Z” que recientemente hizo Jolivud. Y, si alguien lee esto, y planea leer el libro, mejor se detiene aquí y busca algo mejor que hacer, cosa fácil de encontrar.

El libro, escrito por Max Brooks, hermano por cierto de Mel Brooks, el genial comediante, está estructurado como un compendio de entrevistas realizadas en diferentes países y lugares a diferentes personas, en las que narran su experiencia en la hecatombe zombie que ha destruido la civilización en nuestro planeta.

Y, por ese socorrido mecanismo que hace del absurdo una buena cantera para la fantasía y la ficción, resulta que Cuba emerge de ese apocalipsis como el país más próspero y rico de la Tierra.

Los norteamericanos que encontraron refugio en Cuba, y se convirtieron en la mano de obra barata que desarrolló explosivamente su economía, ahora se llaman Nortecubanos, y “...The Cuban peso is still king, and so many of our more affluent citizens still have their bank accounts in Havana....”, dice en el libro Arthur Sinclair, head of the Securities and Exchange Commission del nuevo gobierno de los Estados Unidos.

Por una parte, y por arte de una cruel paradoja usada por Brooks, entra Cuba al mundo de la fantasía literaria en gran escala.

Por otra parte, es una idea terrible que sólo una catástrofe global traería prosperidad a Cuba, una línea de pensamiento, por cierto, muy acorde con el mesianismo del viejito en jefe.


En fin, recomiendo el libro, muy entretenido.

lunes, 21 de octubre de 2013

Efemérides

“¿Y qué se dice de Cuba allá? “

Y se me quedó mirando con ansiosos ojos miópes, muriendo por esa curiosidad provinciana y natural de quién no sabe porque no puede saber porque no tiene forma de saber.

Yo le pudiera haber dicho que sólo cuando se acabe de morir Fidel, o si explota una refinería, o si convocan a elecciones libres, o si algún cubano gana el premio Nóbel, entonces aparecería una nota acerca de ello en la prensa internacional, y al día siguiente se olvidaría, como pasa con todas las noticias.

O quizás, cuando nos volvamos a ver, le diré que un día Google se acordó del cumpleaños de Celia Cruz. Y entonces tendría que explicarle qué es Google, y porqué es importante. Pero aun no es ese momento.

“Nada, no se dice nada...”

Y los ojos miópes me miraron mudos, llenos de incredulidad.

Internet la pérfida

Yo digo que Internet es como una pradera, con remansos seguros, abrevaderos peligrosos, depredadores, presas y todo lo demás.

Tenía eso en mente cuando terminaba de comerme una comida “japonesa” que, por instrucciones del mando superior, hube de procurar el viernes. “Rollitos, dale, con salmón, y queso crema, anguila, y hueva de salmón, dale...” Antojo que ya llevaba dando vueltas unos días y que el viernes, pues el viernes es para eso, para matar antojos.

Y así fue que al llegar a la casa en la tarde me encontré una señal divina: un menú de un nuevo restaurant japonés estaba en nuestro buzón.

El menú estaba cuidadosamente diseñado, con una imagen agradable, y profusión de fotos pequeñas pero con muy alta definición, describiendo apetitosas y curiosas combinaciones con nombres rimbombantes. Fusión asiática, dice que era. Los precios, pues los normales para esta comida y Nueva York.

En el menú aparecían, además, un enlace a un sitio web, un código QR para ir a ese sitio desde un celular, y anuncios de descuentos si se pedía la orden online. Qué mejor para un viernes en la tarde noche que pedir por Internet comida “japonesa”, y que te la traigan a tu casa, nos dijimos.

El sitio web, pues a la altura del menú. Agradable, funcional, rápido, montón de opciones e información, fácil de ordenar. Mejor aun, las opciones de pago eran, o en efectivo, o tarjeta de crédito que se le presentaría al repartidor, que traería un aparatico de esos portátiles para leer tarjetas. Ah, tecnología, ah, Internet... Y ordenamos tres rollos, uno de ellos llevaba inevitablemente la palabra dragón en su nombre, y un par de sopas impronunciables.

Cuando el teléfono sonó a los 2 minutos y una muchacha con un escabroso acento asiático me dijo que “We look in map, you live very far from here, our guys don´t deliver, wanna come to pick up or what?”, mi sentido común encendió un par de focos amarillos, hizo sonar una tenue campana de aviso y me dió una cariñosa palmada en la nuca. Cancela la orden y llama a los de siempre, decía el mensaje. Pero uno es uno y la curiosidad mató al gato y, sí, yo voy a buscar la orden, suspiré, ¿en cuanto tiempo?, “15 minutes...”, y colgó.

¿Pero vas a ir hasta allá?”, preguntó dudosa la instigadora de todo este asunto, y sí, oye, que con un menú y un sitio web como ese y toda esa profusión de tecnología casera, esa comida debe estar de primera, ´ta bien, dale.

El restaurante resultó ser el clásico diminuto local de comida “japonesa”, regentado por chinos. El viaje, pues 15 minutos, en jodido tráfico, por dos, media hora de jodido tráfico. La sopa, un caldo con sabor a grasa y albahaca; los rollos, toscos y con poco sabor. Pero mi hijo se zampó uno casi completo, porque donde haya arroz blanco, alli está él. Y mi esposa sentenció que a ella le habían gustado.

Y yo pensando que todos los días sale un bobo a Internet.

A dos ó tres cuadras de mi casa hay no uno, sino dos restaurantes “japoneses, donde la comida es excelente. En lo demás, idénticos a ese al que me llevó media hora ir y regresar, porque sus guys don´t deliver aquí.

Sigue haciéndole caso a Internet, me dije resignado después de meter en la bolsa marrón los restos de mi miserable cena, y sacar del refrigerador un pote de helado de mango Talenti.

Pero esa, Talenti, uhmmm, esa es otra historia...

viernes, 18 de octubre de 2013

Comentarios a la reconciliación

.............................................

Pienso que esa reconciliación que a tantos preocupa se va dar de manera natural en la Cuba que viene. Así de sencillo.

La razón es simple, y parafraseo lo que mencionas en una parte del texto: los rencores tienen que ser de mayorías para que se conviertan en causa.

Efectivamente, son minoría los que reclamarían reparaciones de uno y otro lado, si uno se ciñe a asesinatos como el de avión de Barbados, el hundimiento del remolcador o el derribo de avionetas civiles.

Creo que el alivio que representaría finalizar por fin esta etapa opaca y terrible de la historia cubana, y con ello que la nación y los cubanos comiencen a evolucionar, apagaría cualquier afán de venganzas.

Lo principal sigue siendo, entonces, que de una vez desaparezca ese gobierno, ese sistema extraño y disfuncional, para que entonces venga todo lo demás, sea lo que sea.

Dicho esto, debo entonces decir que me asombra tu uso de las comillas cuando escribes opositores.

Esas personas, con buenas o malas ideas, con mucha o poca educación, con algo o nada de oratoria, pero sí con mucho coraje y valentía, se oponen a un gobierno totalitario y represor. Son, entonces, opositores, sin comillas.

Creo que las comillas se verían mejor en los que se llaman a sí mismos revolucionarios, es decir “revolucionarios”, porque es inconcebible que alguien simpatice con esa cosa estática que hay en Cuba, y que, a la vez, se diga revolucionario.

Revolucionarios, sin comillas, somos los que clamamos por un cambio de una buena vez, por el desmantelamiento de esa cosa, por una Cuba nueva y fresca. Eso sí es revolución.

Regresando entonces a los opositores. Ellos buscan y aceptan ayuda, asesorías y hasta financiamiento de organizaciones extranjeras, por una razón obvia: no tienen interlocutor dentro de Cuba. El gobierno cubano sistemáticamente los ignora y reprime, les niega un espacio en la prensa, en la televisión, donde pudieran explicar y mostrar quiénes son, como piensan, que proponen.

Creo que el ejemplo magnífico de ese triste fenómeno lo protagonizó Yoani Sánchez cuando, durante una de sus presentaciones en el extranjero, un grupo de ingenuos comenzó a repartir un documento proporcionado por los diplomáticos cubanos, en el cual habían creo que 80 ó 100 preguntas que se le debían hacer a la bloguera. En La Pupila Insomne deben conservar el panfleto.

La respuesta de Yoani Sánchez es un resumen de todo lo que podamos escribir aquí: ella se declaró dispuesta a responder las preguntas, pero en la televisión cubana, en vivo, y que, además ella también le haría 80 ó 100 preguntas al gobierno cubano para que este las respondiera.

Pero ese simple e imprescindible ejercicio de transparencia y libertad de expresión es el que aterra al gobierno cubano, porque saben que algo así le sacudiría la modorra bovina a la desinformada población cubana, y echaría a rodar un proceso irreversible: el principio del fin.


Todo esto se puede resumir entonces en algo en lo que coincidimos, lo que escribes al final: “no olvidar que lo que Cuba necesita es futuro”

miércoles, 16 de octubre de 2013

Magreb en mi mesa

He aquí una receta simple para cocinar el carnero, o cordero, al estilo marroquí.

Es uno de esos platos donde la carne es sólo un pretexto, porque lo importante es la salsa. Para acompañar, recomiendo couscous israelí, cocinado con cebollas y caldo del mismo cordero. Para tomar, un tinto seco, robusto. Nosotros lo probamos con un Bourdeux, Chateau Lafont-Fourcat.

Ahí va:

1 cucharada grande de comino molido
1 cucharada mediana de coriander molido
2 cucharadas medianas de sal
1 cucharada mediana de semillas de hinojo (fennel)
Media cucharada mediana de pimienta de Cayena
Media cucharada mediana de pimienta negra molida

2 libras y media de lomo de cordero

Aceite de oliva

1 cebolla grande en picada trozos pequeños
1 cucharada grande de pasta de tomate
2 tazas de caldo, puede ser de pollo, yo hice caldo de cordero usando huesos y recortes.
1 lata de 15 onzas de garbanzos, drenados
1 taza de albaricoques secos
2 tomates de perita, cortados en trozos pequeños
2 palos de canela
1 cucharada grande de gengibre picado en trozos pequeños
1 cucharada mediana de cáscara rallada de limón

Cilantro fresco, picado, para servir

Preparación:

Mezclar los primeros 6 ingredientes en un recipiente amplio. Adicionar la carne y mezclar hasta que quede cubierta con la mezcla. Sellar la carne, retirar, adicionar cebolla y pasta de tomate, dorar. Adicionar el resto de los ingredientes, llevar a ebullición, bajar el fuego, adicionar la carne, y cocinar a fuego lento por una hora, hasta que la carne esté tierna. Destapar y espesar la salsa. Sal a gusto.

Servir sobre el couscous, con abundante salsa y cilantro por encima...

Nota: Hay datos que indican que tiene cierto efecto afrodisíaco.

jueves, 10 de octubre de 2013

Memorias de un caballero medieval

Los caballeros medievales son realmente el arquetipo de la nobleza y la hombría. Tal es así que la palabra caballerosidad les pertenece, sin discusión, como denominación de orígen.

Precisamente esa caballerosidad los llevaba a lanzarse tras una mano que agitaba lánguidamente un pañuelo, tras una silueta apenas vista en lontananza, diminuta imágen distante, tras fosos, murallas y dragones; allá, en lo más alto de la más alta torre, había una dondella que necesitaba ser rescatada.

Y, cuando al fin vencían todos los terribles obstáculos, después de haber apostado su vida en un rescate que parecía imposible, llegaban a aquella recámara remota, y se lanzaban a los pies de su rescatada, levantaban la vista... y allí estaba la mujer más fea del reino.

Es probable que la frase “está para los cocodrilos” se haya originado por entonces, cuando una que otra damisela fuera lanzada al foso, repleto este de esos hambrientos reptiles.

Pero no siempre fue este el caso, y resulta que un caballero desmemoriado, olvidando que los caballeros no tienen memoria, dejó constancia de su primer atisbo de su doncella.

Y yo he obtenido ese material de archivo, el cual coloco aquí, como tributo a la caballerosidad.



miércoles, 9 de octubre de 2013

Absurdos de miércoles

Absurdo primero:

La casi extinta industria azucarera cubana tuvo el privilegio de contar con al menos cuatro (¡cuatro!) centros de investigación, lo cual no evitó tener extraños resultados como son, entre otros, la disminución constante del rendimiento de la caña de azúcar, las tablas de bagazo y la muerte lenta pero definitiva de una industria tan tradicional como tradicionalmente ineficiente.

Absurdo segundo:

Hay una cosa en Cuba que se llama “Centro de Estudios Che Guevara“. Veamos a que se dedica:

El Centro de Estudios Che Guevara es la institución encargada de promover el estudio y conocimiento del pensamiento, la vida y la obra del comandante Ernesto Che Guevara, ante las actuales y futuras generaciones, tanto dentro como fuera de Cuba, por la trascendencia y validez de su legado teórico-práctico y ético, para los presentes y nuevos proyectos de emancipación humana“

Pudiera uno emborronar varias pantallas en la computadora acerca de ese párrafo grandilocuente, pero pienso que no es necesario, ni atractivo.

Sólo debo decir que, si se considera que Ernesto Guevara murió hace casi 50 años en un mundo radicalmente diferente al actual, que nunca hizo nada que realmente valiera la pena, que su legado es fundamentalmente de muerte, intolerancia, extremismo, guerra y delirio utópico, que nada de lo que dijo, pensó o escribió es relevante ni interesa a muchas personas, y que si resucitara probablemente se volvería a morir al darse cuenta de que vida y muerte tan inútiles tuvo, sólo debo decir entonces que probablemente van a crear algo similar para Fidel Castro, lo cual a su vez creará mas plazas para mueleros desempleados.

martes, 8 de octubre de 2013

De cómo atracarse

Alguna vez se comentó en los corrillos académicos, allende en la insula, que había gente haciendo ciencia michimichi, es decir, perdiendo tiempo y recursos, lo cual, por cierto, no es ni remotamente exclusivo de la sufrida ciencia cubana.

El ejemplo clásico que se citaba, y que, aunque tenía visos de leyenda urbana llevada al ámbito científico, ilustraba criollamente la bobería pseudocientífica, era que cierta tesis de Doctorado en Ciencias había tratado sobre las consecuencias de la mordida del almiquí en los seres humanos.

Está de más decir que todos se preguntaban si habían usado para ese estudio los tres almiquís que quedaban vivos en Cuba, qué metodología habrían usado para cuquearlos al punto de que mordieran a alguien, y si entre las variables de respuesta del experimento estaba que si el mordido dijo “¡Ay coño!”, o si aguantó estoicamente, en riguroso silencio, la mordida. En fin, choteo PhD a tutiplén.

Y resulta que acabo de leer algo que me regresó a esa bella época. Va a tener lugar en Cuba un evento que se llama "Aportes de la ciencia a la actualizacion del modelo económico cubano"

A ver, algunas preguntas al inevitable panel:

¿Economía?

¿Modelo?

¿Cubano?

¿Aportes?

¿Actualización?

Y encima de eso, ¿ciencia?

¿Tienen los compañeros alguna idea de hasta cuando va a seguir la comedera de gofio?

Muchas gracias.

viernes, 4 de octubre de 2013

De príncipes y príncipes

Hay entre los americanos una moda de adoptar niños asiáticos, principalmente chinos o coreanos. El estereotipo dice que van a crecer como personas inteligentes y exitosas.

Una señora que conozco, dominicana, está en proceso para adoptar a un niño, también dominicano, que viene de una familia pobre, de madre soltera, semianalfabeta y llena de hijos. El niño tiene 7 años, está casi desnutrido, y ni siquiera conoce las vocales.

Así es que, de tal manera, mientras unos parecieran estar criando animales de raza, sólo para estar orgullosos de su rendimiento futuro, otros simplemente rescatan seres humanos.