miércoles, 31 de agosto de 2011

Pe-pito

Ayer estaba yo tirado en el sofá, sin otro propósito que descansar un rato. En la TV pasaban uno de los muñequitos preferidos de mi hijo, “Go, Diego, Go”. Mi hijo, como siempre, de un lado para otro, un ojo en la TV, el otro en cualquier otra cosa.

En eso Diego, el protagonista del programa,  presenta el personaje del día, un pingüino llamado Pepito. “And this is Pepito, my penguin friend!!!”, dice Diego y mi hijo: “e pito”. “No mijo, el nombre es Pepito, mira, el pingüino Pepito” y él “e pito...” y acto seguido se quitó el pantalón y el calzoncillo en un sólo movimiento y “Mira, e pito...” y yo que “No, oye, ponte el pantalón, que no es e pito, es Pepito” y él que va para donde yo estoy acostado y señala mi entrepierna y “e pito!!!” y yo, ” Si, papi, nosotros tenemos pito, pero el pingüino se llama Pepito, no es e pito...”, y él va para el televisor y señala la entrepierna de Diego y “Diego, e pito!!!” y yo, derrotado, “Ok, está bien, e pito el pinguino... Oye, mira este libro de Thomas and Friends, mira...” Y por esa mágica facilidad que los niños tienen para cambiar de tema, pues cambiamos de tema.

martes, 30 de agosto de 2011

Libia: posible y terrible escenario para Cuba

Guerra civil, asesinatos, masacres, saqueos, destrucción, venganza, torturas, caos.

Eso es lo que acabo de ver, leyendo noticias en CNN y viendo algunos videos. Se parece tanto a Cuba... Mansiones abandonadas que pertenecían a los hijos de Gadafi, opulencia, hipocresía, historias de abuso y tortura, una red de tuneles secretos bajo la ciudad...

Cuanto se parecen todos estos hijos de puta.

De lo que se dice

"Edmundo, te invito a que cojas tus maletas y regreses a tu país y allí tengas el valor de denunciar todo lo malo que veas, porque Edmundo, te advierto, esa lucha sí es dura y no te calles como esos miles periodistas de allá, cómplices lamentables del silencio."

Pablo Milanés, en carta abierta a Edmundo García

Inmenso Pablo

Como un misil, como un derechazo a la mandíbula, así es la carta abierta que Pablo Milanés escribió a Edmundo García, el ex de la Gran Escena, y que ahora en Miami es una especie de enfant terrible de izquierda, defensor a ultranza del Gobierno Cubano (!!!), etc.

Y no es la carta en sí ni a quien va dirigida, ni siquiera la revolcada que le da a EG: es que la carta es una declaración de principios que hace que mi respeto por Pablo Milánes sea inmenso en estos momentos. Y merece todo el respeto por ser valiente, consecuente y hombre de su tiempo. Es, exactamente, lo opuesto a Silvio Rodríguez.

En Café Fuerte se puede leer la carta de Pablo y el articulo de EG que motivó la carta.

PD: Debo comentar que el tono agresivo de la carta me hizo dudar de que fuera realmente Pablo el que la había escrito pero esperé dos días y, al no haber un desmentido, la doy por buena.

lunes, 29 de agosto de 2011

Se destiñó Dayron...

Vaya, como lo cogieron, agarrándole la manito al chinito...




Ciclón platanero

bueno, eso es lo que fue, a pesar de lo que digan los medios. Y es que no es lo mismo ciclón en país pobre que en país rico. En el Caribe, la gente se mete en su casa, se emborrachan o rezan o se ponen a quimbar y así hasta que pase el ciclón. Aqui evacuan a 1 millón de personas, se vacían las tiendas por las compras masivas de alimentos y útiles de supervivencia, se forma tremenda histeria y al final el Havanero y familia salen evacuados para casa de mi hermana donde se fue la luz desde el sábado a las 1000 pm y todavía hoy no la reponen y en mi casa... no pasó nada, ni la luz se fue.

Pero cerca de mi casa sí pasaron cosas interesantes: coincidió la llegada de la tormenta con la marea alta y algunas olas llegaron hasta la calle. He aqui el video, a tres cuadras de mi casa:



Y ahora pongo fotos que tomé ayer por la tarde en el mismo lugar...






Aqui fue donde el agua pasó por debajo del boardwalk (el tablado ese, no me acuerdo como se dice en español) y pasó a la calle.

No fue nada grande, pero de todas formas fue espectacular porque la playa aqui tiene casi 40 metros de ancho y el agua entró por encima de todo eso...

Asi quedó el muelle que está detrás de mi trabajo:





sábado, 27 de agosto de 2011

Evacuados...

Pues por orden del gobierno tenemos que abandonar la isla antes de las 5 de la tarde de hoy, asi que... vamos echando para casa de mi hermana.

Pero sigo pensando que est'an exagerando.

viernes, 26 de agosto de 2011

Y... SAS!!! Y así tomamos Libia

Mira que yo soy bobo. Todavía creo en la honestidad de los gobiernos y me olvido de que los gobiernos son tan buenos como los seres humanos que lo conforman.

Ahora estaba leyendo que las Tropas Especiales Británicas, conocidas por sus siglas SAS, estaban desde hacía tiempo asesorando a los rebeldes libios en su cacería de Gadafi.Y eso que la resolución de la ONU era sólo apoyo aéreo, etc.

Y no es que la idea de un dictador menos me sea desagradable, al contrario, pero no me gusta cuando confirmo mi bobería.

Bueno, la buena noticia es que evidentemente alguien no se olvida del avión de pasajeros que Gadafi hizo volar en pedazos...

Valiente Pablo

Pablo Milanés está subiendo el tono y dejando claro que las declaraciones que ha hecho hasta ahora no son casualidad.

En esta entrevista dice, fuerte y claro, que ya no es fidelista y que no le cantaría a Fidel.

Es verdad que las personas vamos con los tiempos y que "hubiera" es tiempo de tontos. Pero no dejo de pensar que habría pasado si Pablo hubiera hecho estas declaraciones 10 ó 15 años atrás.

Y se formó...

Bueno, lo había visto antes, pero no de esta magnitud: las compras de pánico.

Y la verdad que no me extraña, pues si uno se pone a seguir en la TV las noticias sobre el huracán, le va entrando una inquietud y unas ganas de salir corriendo del carajo. Ayer en la tarde pasé por una tienda mayorista llamada  BJ´s. Si hay algo en USA que represente la abundancia, esas tiendas son el estandarte. Alli todo es en grande, por cajas, por megapaquetes, por sacos, la carne por trozos. Y ayer, en medio de una multitud frenética que llevaba cantidades de comida suficiente para meses, vi lo impensable: estantes vacíos. Se lo llevaron todo.

Y en mi trabajo tapiaron las ventanas con tablas por lo que tengo una sensación creciente de claustrofobia.

Segun mi esposa, todos estos asuntos tienen que ver con la poca familiaridad de la población local con los huracanes. Ella predice ademas que lo que va a llegar aqui es una tormenta, con mucha lluvia y algo de viento, pero nada parecido a un huracán de los de verdad. Por mi parte, lo que encuentro preocupante es una penetración del mar porque vivo a un par de cuadras de la playa, asi que estamos listos para evacuar, o sea para salir echando en cuanto vea la primera olita mojando la calle.

En cualquier caso, noto que el pánico a los desastres naturales es un impulso tremendo a la economía. Ya había compras de pánico tras el terremoto de mediados de semana y ahora éstas... Vaya, que dos huracanes más y salimos de la crisis.

martes, 23 de agosto de 2011

Una huella menos...

Me acaba de enviar una foto un amigo. Mi naranjo ya no está, sólo quedan unos manojos de yerba en el lugar donde lo sembré. Dice mi amigo que las heladas del último invierno lo mataron. Yo digo que lo mató la desidia de los que no cuidaron del parque, típico de los nativos del lugar...


Acaba de temblar la tierra...

Aqui en mi barrio. Pal carajo, mi primera vez en un terremoto... y todo bien.

lunes, 22 de agosto de 2011

Bañarse está en chino...




Tremenda cochiná, digo yo...

Hollando


Es que todos tenemos necesidad de dejar una huella, dice mi amiga Charlene. Y tiene razón. Cada persona quiere crear algo muy suyo: una pintura, un libro o una pirámide. En última instancia, nadie quiere ser olvidado, pero pocos logran perdurar. Si se pregunta por el pintor, escritor o científico más famoso, las respuestas más inmediatas y comunes quizás sean Da Vinci, Shakespeare y Einstein. Si se pregunta por el segundo hombre en volar al espacio, hay que ir a Wikipedia. Y si se pregunta por el arquitecto que diseñó la piramide, pues ni siquiera eso.

Hay otras huellas, que no buscan la eternidad y pueden por tanto parecer efímeras: un graffiti, una foto, una flor que se regala. Y sin embargo algunas perduran, como los dibujos del artista paleolítico que decoró las cuevas de Altamira.

Hace unos cuantos años tuve la oportunidad de compartir con un grupo de personas, estadounidenses, que visitaban la planta de níquel de Moa. En el grupo estaban ingenieros, ya casi ancianos, que habían participado hacía décadas en la construcción y puesta en marcha de la planta. De repente uno de ellos le pidó a un obrero que subiera a una estructura y buscara detrás de una viga, a unos 10 metros del suelo. El obrero subió, tanteó detras de la viga y sacó una tuerca oxidada, cubierta de polvo mineral endurecido por el tiempo. El señor la tomó con manos temblorosas y, apenas conteniendo las lágrimas, explicó: él la había colocado allí hacía 40 años. Esa era su huella.

Yo tengo a mis hijos, algunos artículos de mi otra época, 452 entradas en la Web y un árbol. Y a éste último lo extraño. Es un naranjo que sembré cuando supe que mi hijo venía en camino. Está en la esquina de un parque, en el desierto del norte de México, expuesto a heladas y calores extremos, incongruente en esa tierra de mezquites y correcaminos. Pero sigue creciendo, junto con mi hijo, y un día espero que lo veamos juntos.

Y tengo el blog. Alguna vez dejaré de escribir, pero él ahí se va a quedar, espero, mientras haya Web.

viernes, 19 de agosto de 2011

Posadeando

Hacía tiempo que no pensaba en las posadas, y no precisamente en las de aquel cuento donde en una asesinaban al viajero, en la otra cocinaban una esquisita sopa de cadáver y en la tercera tallaban sus huesos en caprichosas figuras. 

Leyendo ese cuento fue la primera vez que leí la palabra posada, en su estricto sentido de lugar para hospedarse y alojarse, diferente a la connotación que en Cuba tiene la palabra. En Cuba posada es sinónimo de sexo, aun lo és. Sexo sin opciones, sexo desesperado.Y es que no había un lugar más desesperado que una posada.

Quizás lo primero que alguien recuerde de una posada sea el hedor característico de aquellos cuartuchos, hedor que se fabricaba al mezclar humedad, sudor, humo de cigarrillos, cucarachas, semen y baños desaseados: el olor de las posadas. El escenario era siempre muy parecido: paredes despintadas, manchadas, cubiertas de inscripciones al estilo de “Aqui estuvo el Chichi” o “Te amo, fulana”, los colchones desvencijados, las sábanas percudidas, las ventanas tapiadas, alumbrado todo por un triste foco amarillo y con un baño que, en el mejor de los casos, tendría un hilillo de agua corriente y un pedazo de toalla, áspera esta como una lija, endurecida por el detergente industrial y los malos enjuagues. El piso siempre estaba astroso, cuando no asqueroso, pero allí había una cama, La Cama, por Dios, una cama al fin, después de horas de espera, el premio final de una noche que ya casi se acababa, una cama para el goze, para sudar y revolcarse, eso sí, con cuidado de no arrollar la sábana para no terminar yaciendo sobre un colchón de pesadillas, cubierto de manchas y húmedo de sudores ajenos. Y después, en el breve respiro, escuchar los quejidos y gritos que venían de otros cuartos y, a veces, las maldiciones e insultos mezclados con el rudio de la huída de los recabuchadores.

Las Casitas de Ayestarán (mi primera vez), Cerro y Boyeros, las de Vento, donde unos patanes que pasaron en un tren nos gritaron tantos insultos que casi malogran la ocasión; la Monumental, reservada para quien tuviera auto, 11 y 24, 2 y 31, otra particularmente infame y cuyo nombre no recuerdo, cerca del Coney Island, donde tuve mi peor desempeño. Todas igual de inhóspitas y codiciadas, el ultimo refugio de la noche del sábado.

Después se fueron acabando y la gente se fue a los matorrales, a los portales oscuros, a los zaguanes, a donde la urgencia y la bicicleta los llevara. Cierta vez, no sé ni cómo y ni siquiera recuerdo el lugar, llegué a una azotea oscura, llena de escombros y alambres y allí, parados entre dos inmensos tanques de agua, nos desfogamos con tanto ímpetu que me quedé trabado entre los dos tanques y costó buen rato y esfuerzo salir de allí.

Después, a veces, la casa de un amigo o de un amigo de ella, o un cuarto en casa de unos desconocidos, por 3 ó 5 dólares, reservación previa, por favor. Y después me fuí.

Años después he pasado frente a las Casitas o Vento o por Cerro y Boyeros y veo que las posadas son de nuevo lo que, según la Real Academia Española, siempre debieron ser, lugares para alojarse. Allí viven familias que habrán pasado horrores para deshacerse de la pátina de mugre de años de amores urgentes. Habrán raspado paredes, fregado mil veces los pisos, colocado flores en las ventanas y purificado los baños en inumerables enjuagues de desinfectantes y detergentes.

Pero nada podrá exorcizar los espíritus de los amantes desesperados, la lujuria que impregna el lugar: tanto sexo deja huella y quizás los nuevos inquilinos se asombran de sus pasiones reencontradas, de la extraña sensación de amor furtivo que los acompaña en su cama y a lo mejor, en las mejores noches, los despierte el dulce quejido de una mujer que se arquea y se deshace en balbuceos que sólo su amante comprende.


Nada, que unas amigas mencionaron el tema y recordé alguna que otra cosa.

jueves, 18 de agosto de 2011

Las tribulaciones de Rivera

¿Por qué emigran las personas? Pues en busca de oportunidades que no encuentran en su país de orígen, pero, sobre todo, porque buscan ser felices. Tienen otra cosa en común todos los emigrantes del mundo: todos son emigrantes por razones políticas, pues lo bueno y lo malo en cada país se deriva de la buena o mala política del gobierno de turno.

Claro, la felicidad no es completa si no se comparte con la familia y ese es uno de los grandes dilemas del emigrante. Los cubanos no son una excepción y, hayan emigrado hacia Estados Unidos o Uzbekistán, inmediatamente tratan de visitar a los suyos.

Estas son verdades obvias para cualquiera excepto para los de la extrema izquierda derecha cubano-americana. Ellos quieren que los emigrantes cubanos sean de pura cepa política, que hagan sacrificios , inmolaciones, que renuncien a la familia, que abominen de Cuba. Llegan incluso a declarar que los emigrantes cubanos que viajan a visitar a su familia no son perseguidos políticos y que simplemente se están acogiendo a una serie de ventajas y beneficios.

Y a mí, emigrante cubano por razones socio-político-económicas, se me ocurren algunas preguntas:

Si para ser un perseguido político pura cepa hay que renunciar a ventajas y beneficios y meterse en una cueva rodeado de ideales y luchar y eso, entonces:

¿Por qué no se asilan los de la extrema derecha en, digamos, Haiti o Pakistán, y allí despliegan su espíritu de sacrificio?

¿Por qué David Rivera, que ni siquiera es cubano, quiere limitar la felicidad de los emigrantes cubanos?

¿Por qué no renuncian todos ellos s sus “ventajas y beneficios” y se van todos al mismísimo carajo y dejan a la gente vivir en paz?


PD:

Ahora sí me convenció de que es un idiota.

martes, 16 de agosto de 2011

lunes, 15 de agosto de 2011

Yo como ellos, y ellos como todos los demás....


Filosófico, político, apolítico, muelero, chovinista, nostálgico, nacionalista, más-cubano-que nadie, pero que diferentes somos, pero como nos parecemos, aquí es donde quiero estar, allá no regreso, allá es donde quiero estar, que mierda aquel país, que mierda este país, ¿comida? la cubana, como extraño los tacos, el acentico que no se me pega, eres quedado, te castigamos, los cubanos emigrados somos unos perros, que envidia como reciben a los mexicanos en México, sí regreso, no regreso, sí regreso, no regreso, coño, coño, coño...

Los escucho, los miro y soy yo en todas mis etapas, porque es que todos somos como uno, porque allí viví 11 años y allí fui cada uno de ellos. Coño, como duelen estas cosas.

Estos documentales me saltan encima y me dejan tirado en una esquina, lamiéndome las heridas. Esta vez fue Ex-generación.

El jodido 13

El que crea que sólo los martes o los viernes 13 son fecha de desgracia está equivocado. Cualquier día alrededor del 13 de agosto es un mal día.

El sábado13 me levanté diligente y puse a asar un par de pollos cuando, a mitad del proceso, con las bandejitas llenas de jugo de la cocción, se me viraron dentro del horno y se formó una humareda (yo encuentro mejor para estos casos la palabra humacera, que no existe, pero me suena mas apropiada) del carajo. Tuvimos que salir de la casa a esperar que se disipara el humo y el único que lo disfrutó fue mi hjio, que lo tomó con un juego y corría de un lado a otro riendose y gritando “Fó, peste!!”.

El domingo amaneció lloviendo a cántaros. Asi y todo nos fuimos a un cumpleaños infantil, atravesando calles inundadas y llegando media hora tarde. El regreso sin problemas y una hora después salgo en el carro a ganarme mis pesitos extras y a 4 cuadras de la casa se detuvo y ya no quiso caminar. Cero ganancias este domingo. Una hora después, llegó la grúa que manejaba un nicaraguense que hablaba sin detenerse sobre política , usando un acento híbrido entre cubano, colombiano y nica, pues había vivido muchos años en Miami y estaba casado con una colombiana. Me dejó con dolor de cabeza. Llevamos el carro a un taller cercano, y de regreso a la casa, caminando, me cogió otro aguacero.

Hoy me levanté temprano, me fui al taller, hablé con el mecánico y, mientras esperaba la guagua para irme a mi trabajo, me llama el ave de mal agüero y me dice que se partió la correa del tiempo, pieza que suena a ciencia ficción, pero que en el mundo real su reparación me debe costar, en el mejor de los casos, 700 del alma y dos días en el taller y en el peor 1500 y una semana. Todavía no sé a cual de los dos males me enfrento, espero por otra llamada.

Y llegué al trabajo y me encontré unas curvas de calibración descarriadas, un equipo fuera de control y la mitad del laboratorio inundado por la lluvia del fin de semana.

De inga el caso...

PD: Nada, que como dicen los gringos, cada nube negra tiene un borde plateado. Al fin van a ser "sólo" 750 cocos y está listo para mañana. Y encontré el problema en mi equipo descarriado....

viernes, 12 de agosto de 2011

A falta de pan, casabe

La noticia de estos días es que se casa un transsexual, que ahora se llama Wendy, y que para todos los propósitos es mujer, con su pareja, un hombre, que para todos los propósitos debe ser bujarrón  es gay.

En esta época, cuando muchos tratan de ser tolerantes y asimilar matrimonios gays, niños adoptados por parejas gays, musulmánes en el vecindario e hispanos por todos lados, nadie debería sorprenderse. Pero este caso es, uhmmm, especial. Tiene tufillo político, de oposición a los dinosaurios, y no se va a dejar pasar así como así.

El asunto es que Wendy es ex-edecán de Mariela Castro, hija de Raúl Castro y abanderada del homosexualismo en Cuba. Pero Wendy se enamoró de su futuro esposo, que aparentemente es un opositor al dinosauriato, y eso representó una ruptura con su antigua patrocinadora. Bueno, un caso de cherchez la femme. O quizás cherchez le transgenres.

No es éste un caso aislado de oportunismo político. Antes ya vi la campaña por liberar a Gorki, con cartas firmadas por personas que muy probablemente no dejarían a sus hijos ni acercarse a un concierto de Porno Para Ricardo. También vi a Pánfilo, el borrachito infeliz que primero fue torpemente encarcelado en Cuba por decir que lo que hacía falta era jama y que después, ya exiliado, ha sido pudorosamente olvidado. O el lamentable asunto del asesinato de Orlando Zapata Tamayo, que devino en la emigración masiva de decenas de sus familiares, un par de shows mediáticos y ocasión para el lucimiento de los políticos cubano-americanos de extrema derecha.

Me llama la atención, sin embargo, que asuntos tan interesantes como el de los ex-presos políticos a los que les fue ofrecida (y expresamente aceptada) la opción de migrar a España no ocupe el tiempo de los que agitan las banderas. ¿Siguen siendo aquellos activistas políticos, a pesar de sus tribulaciones económicas y de adaptación al nuevo país?, ¿cuáles son sus planes?, ¿qué va a pasar?

¿Y qué está pasando con los que decidieron quedarse en Cuba?, ¿qué hay con Bicet, por qué no aparece ligado a nadie?, ¿por qué Yoani se mantiene distanciada de otros opositores?

O simplemente, ¿quién es quién?

En fin, los que desde aquí agitan las banderas deben estar muy frustrados pues no encuentran una que realmente valga la pena. Y yo sigo con mi tesis: si mañana, por arte de un milagro, se convoca a elecciones libres, no hay por quién votar.

PD 1: Bueno, después de ver este video reafirmo lo que siempre he pensado, que la complejidad de ser gay es terrible y que debe ser muy difícil para estas personas vivir plenamente.

Véase lo siguiente: Wendy es una mujer que fue hombre y a la cual le gustan los hombres. Ignacio admite es gay y también le gustan los hombres. Sin embargo, se une a Wendy que es una mujer... a la que le gustan los hombres, no los gays. No entiendo ná, pero que les vaya bien...

PD 2: Acabo de leer que el novio es VIH positivo. Joder....

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Donde estarán, mis actores de ayer?

Diablos, como pasa el tiempo... No sólo la gente envejece y desaparece, sino que aparece gente nueva y en cierto momento sólo ves desconocidos.

Eso me acaba de suceder al ver el documental de Eduardo del Llano Exit . No conozco ni al 10% de los que allí aparecen....

El repartidor cojuelo


El arte de hacer que me de la cuenta me ha llevado a un part-time de fines de semana: un servicio de entrega de comida a domicilio. Lo mejor de este tipo de trabajo es que la remuneración es en efectivo y libre de impuestos. Lo más interesante de este tipo de trabajo son las personas.

Encuentro realmente fascinante tocar la puerta de personas desconocidas, en lugares que nunca había estado antes. A mi llamado han acudido muchachas bellas, con cara de terrible abulia, señoras asustadizas, tipos enormes y profusamente tatuados que parecen personajes de lucha libre, un señor hemipléjico que nunca cierra su su puerta, la muchacha amable, el tipo arrogante, el seco, el conversador, el apurado, el que espera en la acera, el que quiere que se toque el cláxon para avisarle de la llegada de la comida, el mezquino, la generosa, las lesbianas de los perros, la tatuada descalza y despeinada y un negro sonriente que parece el genio de la lámpara.

Inevitablemente siento curiosidad por saber porque la muchaha se ve aburrida o cómo se las arregla el señor hemipléjico, que apenas puede manejar su mano izquierda. Pero siento que, si me entero de las historias, el encanto se perdería, no quedaría nada a la imaginación.

De una forma u otra, me siento como el repartidor cojuelo, metiendo la nariz en casas ajenas y con ello ganándome unos pesos, claro que sí.  

jueves, 4 de agosto de 2011

Esa dulce piedra que cuelga en mi cuello

Yo guardo las cosas que me duelen debajo de un extraño montón de sucedáneos. Este blog, por ejemplo, es parte de ese montón. Y mis sonrisas y mi desenfado y mi “Nada, echando pa´lante” y mis diatribas acerca de lo buena que es mi vida y mi “¡Todo está bien, mamá, todos sin problemas!” y mis espontáneas respuestas que tardo tanto tiempo en elaborar. Nunca revuelvo ese montón ni trato de atisbar lo que hay debajo, me lo tengo prohibido. Pero de vez en cuando, como si fuera una estación fuera de estación, llega un viento repentino, echa a un lado el montón y todo empieza de nuevo.

Me duele Cuba, me duelen los míos, me duele el tiempo perdido, me duele la lejanía, mis padres que se pusieron viejos, inevitablemente, pero sobre todo sin mí; y sin mí crecieron mis hijas, que me duelen más que cualquier otra cosa. Esos son mis dolores dulces, los que me hacen llorar.

Otros son amargos, ácidos, corrosivos, los que me encabronan, los que traen consigo lo peor de mi, los que me hacen ser cáustico, elitista, nacionalista, sarcástico, cínico y tonto. Por esos debiera llorar también, pero no lo hago. Entre esos dolores que arden están los malos cubanos, los chusmas, los que esperan que uno hable como si tuviera un boniato en la boca, los que vociferan, los que arrastran por el lodo lo nuestro y lo convierten en un trapo en lugar de bandera.

Y todo, todo absolutamente, gira alredor de la maldita piedra que tengo colgada del cuello, esa cubanía que, una vez que se impregna, no te suelta, aunque vivas en una metrópolis y comas cosas impronunciables e inimaginables para el vecino que se crió contigo y que allá languidece, aunque el Primer Mundo te rodee (o quizás por eso precisamente), aunque mi teléfono parezca más inteligente que la mitad de las personas que conozco y que, además, tenga un carro y un cómodo lugar donde vivir y un barrio decente sin rejas en las ventanas y aire acondicionado para el verano y calefacción para el invierno y el 911 en una sociedad que funciona.

Hay quién inclusive ya no quiere ir a la ínsula, ya no le queda nadie por allá. Reniega del chicharrón y el tamal y el pellejo crujiente y grasoso y ahora es consumidor de macrobióticos y orgánicos y bajo en grasa y sin azúcar. Pero sonríe con nostalgia cuando hablamos de las cosas que sólo los cubanos entienden y se toma mi café retinto endulzado con azúcar prieta.

Al final, después de las conversaciones, casi siempre alguien menciona la terrible circunstancia, un dolor mayor, aquel donde casi todos coincidimos: es que no somos de aquí, pero ya no pertenecemos allá...

En fin, un poco de catarsis por ese ventarrón que resultó ser el documental “Voces de un trayecto”, de Alejandra Aguirre, con muy buena música y una canción sensacional para cerrar.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Robertico Robaina S.A.

Robertico Robaina ha demostrado ser el más industrioso, o por lo menos el más visiblemente exitoso, de los ex-jerarcas del Dinosauriato.

Yo lo veía con frecuencia en los años 90, montando su bicicleta en el Malecón, con sus característicos pulovers negros. Se decía que iba de su casa a su trabajo (no recuerdo si ya era canciller o todavía el primero de la UJC), usando la bicicleta en una pose populista para algunos y ejemplarizante para otros. Por cierto, esas poses no salvan a nadie pues a principos de los 90 iba yo en mi bicicleta bajando por 31, y no por pose sino por necesidad, cuando a mi lado en un semáforo se detuvo otra bicicleta con Carlos Lage y un niño a bordo.

Pero regresando a RR, a mí siempre me cayó bien: era mucho menos estridente que sus predecesores (y que sus sucesores, según se ha visto), le dió una imagen de frescura juvenil a la hasta entonces adusta y rígida UJC y él mismo fue un cambio refrescante entre tanto viejo sierramaestrense y mohoso. Cuando cayó, ya yo no estaba en Cuba y muchos amigos mexicanos lamentaron el hecho.

Y ahora RR está de regreso como empresario y artista. A muchos les disgusta la idea de que un ex-dirigente revolucionario, ex-canciller, ex-quizás tercero o cuarto en la cadena de mando, que fue degradado, humillado y despreciado por los suyos, regrese a lo ave fenix (¿habrá cotorras pinareñas que puedan ecncarnar a un ave Fenix, por aquello de la cubanía?) y se labre un nicho financieramente exitoso.

Pero a mí me causa mucho placer que así sea, en primer lugar, porque le deseo eso a mi gente, éxito, y en segundo lugar porque RR está haciendo sus negocios en el descampado, a plena luz, no en lo oscurito como los hijos de los dinosaurios con sus cuentas en el extranjero alimentadas por sobornos y malversaciones.

Quizás me falten datos y en los negocios de RR haya algo objetable pues, como dicen los gringos, detrás de cada inmensa fortuna hay un gran crimen, pero espero que no sea así y le deseo mucha suerte a RR en sus empresas.

martes, 2 de agosto de 2011

Eliseo Alberto

Yo no he leído nada escrito por Eliseo Alberto. Tampoco estaba al tanto de su carrera, ni de que compartíamos ciudadanías, cubana y mexicana, ni de la mutua pasión por la cocina.

Sin embargo, a raíz de su lamentable fallecimiento, he leído tantas notas y artículos sobre él que ya me resulta casi familiar. Todo lo escrito sobre Eliseo Alberto habla de un hombre excepcional, tolerante, bueno y amigo de sus amigos, y tantas personas no pueden estar equivocadas.

Yo me uno entonces a los que lamentan su pérdida y que vaya mi más sentido pésame a sus familiares y amigos.

De lo que se dice

“Nuestro peor enemigo no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en suelo patrio, sino nuestros propios errores”

Raul Castro


Bueno, en mis tiempos eso se llamaba autocrítica constructiva, una suerte de equivalente a la confesión-absolución de los católicos.

Y ya en aquel entonces eran así de cínicas y tampoco resolvían nada...