lunes, 17 de diciembre de 2012

sábado, 15 de diciembre de 2012

viernes, 14 de diciembre de 2012

Minorities

Un interesante artículo sobre el tema racial en los USA.

Y los comentarios, pues tan interesantes como el artículo en sí. Un ejemplo


Mr. Blow writes "when will public displays of white pride become culturally acceptable? "

It will never be acceptable, because "white" is not a culture or a heritage. "White" is the opposite of "colored" or "ethnic." Those who "celebrate" being white always have a racist agenda. They are not celebrating anything positive about themselves; they are just trying to sugarcoat their own bigotry.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Clapton forever

En el concierto 121212 hubo para todos los gustos, pero Erick Clapton mostró lo que en realidad es, un monstruo de la música.

Eran sólo tres músicos en el escenario, bateria, bajo y guitarra lider, y la voz de EC, por supuesto. Y aquello sonaba mejor que muchos de los que estuvieron antes y después...

Un brevísimo resumen del concierto aqui

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Hoy, 12/12/12. Próxima parada, el 2101


El asunto es que para volver a encontrar estas fechas con números repetidos hay que esperar que el calendario dé la vuelta y lleguemos al 2101, el cual comenzará con el 01/01/01. 

Me temo que no podré verlo, pero bueno, lo último que se pierde es la esperanza...

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Hoy cumpliría años mi vieja. Un beso para ella.

martes, 11 de diciembre de 2012

Domingo asiático


El domingo decidimos comer algo diferente y nos fuimos a Elmhurst, un enclave asiático en medio del variopinto Queens. El restaurant se llama Pho Bac, cocina vietnamita.

Debo decir que uno viaja por Queens y hay zonas que recuerdan escenas de Blade Runner, especialmente en un dia lloviznoso y gris como el pasado domingo. Elmhurts es una de ellas. Y el restaurant, cuyo sitio web está de primera, resultó ser una suerte de lo que uno esperaría encontrar en un barrio obrero de Shangai (yo nunca he estado por allá , pero esa es la idea...)

El lugar estaba totalmente lleno y los únicos parroquianos no asiáticos resultamos ser nosotros tres, parados junto a la puerta de entrada esperando ser atendidos. Las conversaciones entre meseros y clientes transcurrían en un lenguaje que pudo ser chino o vietnamita, no que yo sea capaz de diferenciarlos, y los meseros nos miraban de soslayo, pasando por nuestro lado sin decir una palabra.

Así transcurridos un par de minutos, y ya considerando si nos íbamos a comer chicharrones a un restaurant colombiano, un muchacha se materializó frente a nosotros y con abundancia de gestos nos indicó una mesa que había desocupado, justo junto a la entrada de la cocina y los baños. Un mesero la limpiaba con un trapo húmedo que la dejó precisamente así, húmeda, si bien no percibí esa peste a trapo de cafetería que los cubanos tan bien conocemos.

Mi esposa y yo, diligentes y pacientes, terminamos de secar la mesa con servilletas de papel. Alguien trajo dos menus y una destartalada tetera, rebosante de un humeante té verde, con dos diminutos vasos, y un vaso con agua para mi hijo. “Ni te imagines que va a tomar de esa agua...”, dijo mi esposa y puso el vaso a buen recaudo.

Un mesero diminuto, con una enorme pulsera de oro y que no parecía mesero, se dispuso a tomar nuestra orden, su rostro una mezcla de indiferencia y sorna. “May I have chicken and rice, please?”, le dijo mi hijo y el hombrecillo nos miró perplejo, con cara de “Qué ha tocao ese?”. Never mind, le digo, traiga por favor unos rollos fritos, rellenos de carne con vegetales y envueltos en papel de arroz, arroz frito y una sopa de fideos y camarones, con cebollinos y cilantro, que resultó ser muy abundante, servida en plato que parecía una palangana pequeña. Para acompañar, salsa sriracha, una segunda agridulce, espesa, y una tercera de olor y sabor delicioso, una mezcla de ajos, ajíes picantes, vinagre, quizas azúcar y muy, muy, muy picante...

Aqui nadie sonríe ni por equivocación, ni siquiera al niño...”, comentó mi esposa-madre tigresa.

"Aqui vienen a parar todos los gatos perdidos de Nueva York", comenté yo...

"Eso es porque van persiguiendo a las ratas...", me comentó más tarde un amigo.

Mi curiosidad impertinente, que es la que en definitiva me trae a estos lugares, me llevó a preguntarle a una mesera si era realmente vietnamita el restaurant. De su respuesta creí entender que había un par de vietnamitas por alli y el resto eran chinos, lo cual no me asombró porque el mejor lugar de comida japonesa en mi ciudad es regentado por chinos.

En fin, comida excelente, ambiente y servicio pésimos, en un lugar interesante.

Próxima parada, el 24 en casa de unos amigos, puerquito asado en caja china, para no alejarme mucho de lo asiático...