Un hombre pregunta.
Esbirros lo rodean. Uno
lleva pistola al cinto. Otro lleva una macana.
Una anciana, frágil, madre.
Niños que miran curiosos.
Adolescentes que bailan, y
desfilan en círculos, y ondean una bandera, extraña y venezolana.
Música estridente,
alaridos, consignas. Vivas a los muertos.
Los esbirros agarran al
hombre, lo cargan, y lo llevan en peso hacia algún lugar que el
asesino de la pistola señala.
Los niños miran.
Los adolescentes bailan.
La bandera, extraña y venezolana, va en la turba. El cantante sigue
gritando.
Una mujer se sienta, en
medio de la calle, medita, y espanta a los espectros.
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