viernes, 28 de enero de 2011

¡Yo quiero a mi joeputa de vuelta!

Algo así se deben estar diciendo en el gobierno de los USA por estos días porque, como diría Carlos Varela, los mapas están cambiando de color otra vez. Y hay peligro de que se pongan verde, verde musulmán, verde radical.

Mientras Túnez aun está convulso por el derrocamiento de su dictador, su efecto se siente en Egipto, donde las protestas y el movimiento para derrrocar al presidente siguen en aumento. Sin embargo, el efecto Túnez puede seguir repercutiendo y hay quién piensa que Yemen es un buen candidato para una revuelta popular. Su dictador  acaba de elevar el salario de los militares, just in case.

Pero esas nuevas libertades son una gran paradoja para USA y el resto del mundo. Mal que bien, esos dictadores han mantenido a raya al extremismo islámico y han sido "aliados" de USA en su guerra contra el terrorismo. Hay por eso un gran temor acerca de quien sustituirá a estos dictadores, si van a ser grupos políticos extremistas, como La Hermandad Musulmana en Egipto.

Es por todo eso que, al ver el desarrollo de los acontecimientos, tuve que pensar en aquella cínica frase atribuida a Franklin Roosevelt que al referirse a Anastasio Somoza dijo: He may be a son-of-a-bitch but is our son-of-a-bitch.

jueves, 27 de enero de 2011

Enrisco y yo

Enrisco:

Después de terminar de escribir esta cosa, me percaté de que me había extendido y decidí ponerla en un post, así que ahí va.

Debo decirte que de pronto tengo la impresión de que pensamos lo mismo acerca de este asunto viajas-no viajas. De hecho, en tu post post-post, en su primer Por Cuanto, está resumido lo que yo también pienso. Nada como haber aprendido a extraer la idea central.

Quiero mencionar, además, que tu post no me incomodó en lo más mínimo, aunque este sea de los temas que me sulfuran en una cuarta de tierra. De hecho, lo califiqué de “más o menos conciliatorio”. Es más, no te incluyo, después de haber leído tu post post-post, en el grupo de los que padecen del Síndrome de la  Bailarina Española, a saber:

Harán bien en quitar
La prohibición que lacera;
Porque si
vigente estuviera,
No sé, yo no puedo entrar.

Y que me perdone el autor.

Dicho esto, quiero comentar tres aspectos que llamaron mi atención. El primero es que me asombra que pienses que alguien no entendió tu post, el primero. Compadre, si se oía clarito, clarito, inclusive en su cadencia original: “Ta´bien, viajar, claro, pero no sé, que te diría que no dijera otro, en fin, viaja, pero hay que hacer algo”. Y, a velocidad reducida, Koniec.

Vaya, es como decir: “No consuman tanta gasolina, vamos a por el Perpetum Mobile”. Koniec, despacito otra vez.

Es decir, la idea central de la idea central es lo que muy bien expones en el Quinto Por Cuanto de tu post–post-post: más que hacer algo, el meollo es cómo hacerlo. Yo pudiera hacer algo, quizás poner la foto de Zapata Tamayo en mi blog, pero no sería honesto conmigo mismo, por razones sobre las que no me voy a extender. O pudiera poner una bandera cubana con cadenitas. O algo así. Pero estoy abierto a proposiciones.

Mi segunda sorpresa, o más bien la primera, si seguimos un orden cronológico, es, indiscutiblemente, el pitazo implícito en tu primer comentario. Vaya, es que sonó a “¡Tú no saequién soy yo, yo soy Enrihco en labana, paquesepa!”. O en Nueva York, para ser más precisos. Pero inmediatamente deseché la implicación, no creo que esa haya sido tu intención, sobre todo después de leer el Cuarto Por Cuanto de tu post post-post, donde recuerdas que eres un acérrimo crítico de la guapería criolla.

La tercera sorpresa, parte de la segunda por cierto, es que, ante tu grito de ”¡Yo me apunto!”, me quedé sin palabras. Enrisco acaba de dar el paso al frente, me dije boquiabierto (lo dije mentalmente, claro, pues con la boca abierta no se me hubiera entendido la frase), que haré yo ahora, antihéroe, cubano que salió echando, corriendo, de donde sacaré la valentía para ser el segundo en esa lista que yo mismo convoqué, y tomé el teléfono, casi te llamo, pero entonces leí tu segundo comentario. Y mi alma, trémula y sola, dejó de padecer. Y decidí entonces responder a tu amable visita a mi blog.

Y ahora a 33 rpm: a estas alturas debes ya haber entendido que no hay animosidad alguna en mí. Y, aunque respeto las libertades individuales, no te cojas la trompetilla para ti.

Bueno, te sigo leyendo entonces y espero que la nevada te haya sido leve.

miércoles, 26 de enero de 2011

¡Pínchalo, cabrón, pínchalo!

Esa frase me viene a la cabeza cada vez que leo algo sobre el tema de "viajar a Cuba es antipatriótico".

Aqui se vuelve a tocar el tema, de manera más o menos conciliatoria  para acabar, de nuevo, en un aparente  callejón sin salida. Callejón que tiene en realidad dos salidas: o viajas o no viajas, that´s the question.

Renunciar a la familia por cuestiones políticas es una idiotez. Hay en los Estados Unidos una generación de cubanos, los que salieron en los 60, que estuvo 20 años o más sin ver a sus familias y la amargura se les nota. Sólo se les escucha decir "ese país de mierda, allá no vuelvo más, no se me ha perdido nada allá", y yo no los critico: son la generación de la mayor confrontación, la del mayor desarraigo, la que vió deteriorarse y morir a padres, a hermanos, sin poder asistir a sus funerales, la que vió desaparecer a la familia. A ellos, de tanto estrujar los recuerdos, se le desintegraron entre los dedos y ya ni siquiera reconocen esos barrios, ahora grises y agrietados, donde nacieron. Hay mucho rencor y mucha tristeza entre esos cubanos, los que ya no tienen a nadie "allá".

Yo no quiero eso para mí ni los míos pero respeto el derecho de los que se atrincheran abrazando su empecinamiento.

Pero a los que predican y vociferan que hay que abstenerse de viajar a Cuba, que hay que cesar de darle dinero al tirano, a esos que, sabiendo que no tienen nada que perder, se las dan de mártires, les mando una soberana trompetilla.

Yo sí viajo, yo sí ayudo a mi familia y lo voy a seguir haciendo mientras tenga la posibilidad.

lunes, 24 de enero de 2011

De regreso a las andadas...

Después que leí "El Hobbit" y "El Señor de los Anillos", allá en la edad oscura del Período Especial, pensé que mi desvío de mis habituales libros de ciencia ficción hacia ese feliz encuentro con la literatura fantástica se había terminado, al cabo estas eran las obras cumbres del género y bla bla bla. Claro que me equivoqué.

Acabo de descubrir a Robert Jordan y su serie The Wheel of Time, una ristra de 14 tomos. Estoy acabando el primer libro, The Eye of The World.

Volao, volao, soplao...

El sol pintado y el mono chiflando

Hoy amaneció un día hermoso, cielo despejado, azul, con un sol perfecto y brillante... y que parece estar sólo en plan de decoración pues hay -13 oC, por suerte sin viento.

viernes, 21 de enero de 2011

Queso de humanos

Debo admitir que cuando leí sobre este asunto la sola frase, lo que evoca, casi me provoca náuseas. "Disturbing...", sentenció un compañero de trabajo. Y yo no puedo sacar de mi cabeza la antropofagia.

No voy en esa.

PD: Este asunto de hacer queso con leche humana me recuerda cuando probé por primera vez leche de búfala y comenté que estaba buena la leche de búfalo. "De búfala, de búfala...!", me salieron al paso de inmediato....

jueves, 20 de enero de 2011

Diálogo en la Casa Blanca

Negrito: Bueno, mira, hace falta que le des más libertad a los chinitos, vaya, que tengan más derechos humanos, menos pies jorobados, algo así, vaya, esa es la idea…

Chinito: Gente tiene de tó, se ha hecho de tó, mucho bisne, mucho money. Y de lo otlo, ¿Tú sabe como el panda se quimbó a la hormiga? Poco a poco…

Negrito: Je, je, la candela este Hu. Esteeee… mira, olvídate de la muela de los derechos, la verdad es que lo que me hace falta es venderte cosas, venderle productos americanos a los mil y pico de millones de chinitos que van a ser el mercado mas grande del mundo, tú,  que compren, que compren…

Chinito: Aha, pero el ploblema e que todo lo producto americano se hacen en China, así que ya estamo complando pacotilla americana, que ma tu quiele de mi, si yo todo te lo he dado, me dicen el buena gente, por donde quiera que paso…?

Negrito: Ño Hu, me la pusiste en China, ta bien, hu-egatela que ganaste esta vez. Oye, regresando a lo de los derechos…

Chinito: Te compro a Sara Palin

Negrito: Mete mano….

miércoles, 19 de enero de 2011

Survivor Cuba

Cierta vez fui invitado a visitar la majestuosa Sierra Tarahumara, ubicada en el norte de México. Era un recorrido de dos días, una suerte de “todo incluido” y parte de las inclusiones era la visita a una cueva donde vivía una familia de indígenas tarahumaras. Sin pensarlo dos veces decliné la invitación. “Nada más imagina que cada semana venga a tu casa un grupo de desconocidos, extranjeros, a ver cómo vives”, le expliqué a mi decepcionado anfitrión, “Le tomarían fotografías a tu cocina, a tus camas, a tu baño, se asombrarían con lo que tienes en tus estantes y con la disposición de tus muebles. Tú, tu esposa, tus hijos, serían simples objetos exóticos, con tu privacidad expuesta a quién quisiera examinarla….”.

Años más tarde tuve de nuevo la oportunidad de visitar la Sierra y, mientras recorría un sendero de montaña, tras una curva en el camino, me encontré con un grupo de cuevas convertidas en paupérrimas viviendas, un espectáculo que era cualquier cosa menos una atracción turística, a no ser que alguien sintiera un atractivo morboso por la miseria ajena.

Recordaba este episodio de mi vida mientras leía los reportajes de dos norteamericanos que visitaron Cuba y que narran sus experiencias en tono de sobreviviente de safaris.

Los visitantes fueron Patrick Simmes y Julia Stiles. Ambos, independientemente uno del otro, estuvieron por allá, turisteando. Dos casualidades, parecería. Pero yo digo que dos casualidades marcan una tendencia: parece que Cuba la exótica se está poniendo de moda entre los ávidos de sensacionalismo y aburridos estadounidenses.

Lo más triste del caso es que lo exótico no es la naturaleza o la fauna o los bembés de nuestro país: es la depauperación de la sociedad y la economía cubana, la nación derrumbada y detenida en el tiempo, eso lo que atrae a esta gente. El colmo es que Simmes alardea en su relato de cómo se insertó en la “mecánica” de la bolsa negra, lo cual es un delito, si no recuerdo mal, llamado receptación: a tal extremo puede llegar el desprecio por un país que no entienden y que, en realidad, no les interesa.

Nosotros los cubanos sabemos de necesidades y miserias. Pero aun en nuestra sala mal amueblada, en medio de un apagón, y sin que nada que se pareciera a una esperanza estuviera a la vista, conservamos nuestro orgullo y nuestra dignidad como seres humanos.

Aunque es mucho pedir sería muy positivo que, antes que Discovery o National Geographic vayan a filmar su reality show, alguien les explicara que Cuba no es un zoológico ni la terrible vida de los cubanos un objeto de exhibición. Ya es más que suficiente con los european trash y su turismo sexual.





PD: Sin embargo debo admitir, en medio de mi disgusto, que me encantaría ser el anfitrión de Julia Stiles, tan monona ella, sexy que se revienta...

viernes, 14 de enero de 2011

Another one bites the dust...


En Túnez, la gente se rebeló y el Presidente huyó.

Pero con nosotros es al revés: los que huímos fuimos nosotros y el Presidente sigue ahí...

Yo soy, simplemente, cubano

Me molesta el término latino, clasificación que se inventó el gobierrno de USA para denominar a las personas que provienen de unos veinte países, es decir, a casi 500 millones de personas que hablan español, el segundo idioma más hablado en el planeta.

Y hasta ahí llega toda (apenas) semejanza. Y digo apenas porque yo apenas entiendo el español que se habla en muchos de esos países. La diferencia en entonación, frases, dichos, palabras, etc, hacen que las diferencias culturales sean realmente grandes, a pesar del idioma en común.

El otro infeliz término que se usa para denominarnos es hispano. Mismo asunto. Quizas hispanoamericano  sería mas adecuado pero no quiero ni imaginar el yeyo que le daría a un gringo si tiene que decir o escribir que alguien es hispanoamericanoestadounidense pues, para empezar, no entendería como alguien puede ser americano y estadounidense por separado, al cabo esto es America (es decir, USA) y nosotros pues americans, what the hell...  En fin, hispano.

Yo me pregunto que sentirían los angloparlantes, que por cierto son menos que los hispanoparlantes, si alguien, para simplificar, los agrupara en anglos o anglicanos o britanoides. Ya me puedo imaginar a un gringo brincando como una araña si alguien le dice que Jamaicano y gringo es la misma cosa. Se pueden esperar alaridos y gente inmolándose, envueltas en sus banderas.

Yo, mientras tanto, y aunque parezca pelea contra molinos, me cago en lo latino y lo hispano. Yo soy cubano, en última instancia caribeño que, geográficamente, es una región independiente de América del sur, Central o del Norte.

Y allá el que quiera que lo metan en el mismo saco con aquellos cuyo gentilicio no quiero acordarme.

jueves, 13 de enero de 2011

Más uffff´s...

Ahora un investigador italiano dice que encontró "simbolos ocultos" en la Mona Lisa: una letra S, una letra L y el número 72.

No me extiendo en las especulaciones acerca de los posibles significados porque es aburrido pero, por todos los dioses y sus acólitos, que Dan Brown no se inspire y defeque otro bodrio, por favor...

Uff...

La tienda de libros electrónicos en español de Amazon parece la biblioteca de un pueblito dejado de la mano de Dios, terrible el caso...

miércoles, 12 de enero de 2011

De esas cosas que uno no quiere que se terminen...

Que 20 años no es nada...

Muchos cubanos estuvimos desperdigados por Europa del Este, estudiando, vacilando o ambos inclusive, hasta que aquella dejó de ser el Segundo Mundo y se convirtió en una especie de limbo matemático, porque ahora ni es el Tercero ni, por supuesto, el Primero.

De regreso, fueron traídos a Cuba flamantes títulos universitarios, mujeres rubias, afición por el té y un montón de dudas acerca de qué volá con el socialismo, si aquella gente lleva una pila de años en eso, tiene de todo y no les gusta, que queda para nosotros. Pués 20 años más y contando, eso es lo que quedó.

Pero algo bueno quedó también, es un hecho: una generación con muchos de sus integrantes altamente calificados, bilingües y con una ventana abierta a otras culturas. A mí, en lo particular, es lo mejor que me pudo pasar. O entre las tres cosas que mejor me pudieron pasar, vaya, para no ser tan absoluto.

Y parece que a otros les sucedió con Cuba lo que a los cubanos con aquellos países. Hablo de los estudiantes africanos que, 20 años después, como nosotros y como los mosqueteros, tienen arraigo en una cultura ajena.

En esta breve nota se habla de un grupo de estudiantes sudaneses que se educaron en Cuba desde niños y que ahora, desde diferentes lugares del mundo, están regresando al Sudán, al posible Sudán del Sur, por cuya creación votaron, donde quieren aportar lo suyo y, por supuesto, ganar un lugar en la sociedad y la economía local. Son personas educadas, con visión y visiones y que comen carne de puerco y beben cerveza. Y que hablan español con acento cubano.

Les tengo envidia a esos sudaneses, la verdad: están regresando a su país, llevando todo lo que saben y tienen para, como seguro saben decir en buen cubano, echar pa´lante. Nosotros los cubanos, en cambio, no podemos hacer algo así: somos parias, expatriados y vetados de todo.

Pero no siempre será así. Cuba la Nueva necesitará de nosotros, de todos, a la hora de reconstruir, de refundar y sanar. De eso estoy seguro. 

Sólo que, al parecer, sigue siendo cuestión de tiempo, como lo fue hace 20 años...

A propósito de la mierda blanca

Yo no estoy seguro del origen de esto, pero suena a Álvarez Guedes por los 4 costados. Muy bueno para esta temporada


martes, 11 de enero de 2011

Eso me pasa por vivir cerca...

...de mi trabajo.

Hoy llega por acá  una tormenta de invierno y se pronostica que estará nevando desde hoy en la tarde durante toda la noche y el dia de mañana.

Y mi jefe vino y me dijo que oye, tu vives cerca, asi que ven mañana y defiende la plaza, que los demas no podremos llegar seguramente.

jones...

En la mañana siguiente: Y nada, no fue tanto ná, una nevada normal... aunque tuve que dar mi pala para sacar el carro, eso no me lo quito de arriba...

lunes, 10 de enero de 2011

Es que hay traidores y traidores...

Leía hoy el tema que toca El Pequeño Hermano, el de los ex-funcionarios del dinosaurio que han transmutado en flamantes gusanos. Ahora parece que se une a los ya exiliados Del Pino, Norberto Fuentes y Alcibíades Hidalgo el más reciente rumor, Pedro Álvarez Borrego, defenestrado presidente de Alimport. El tema da para mucho más, al menos desde mi perspectiva. Siempre ha dado para mucho más.

(Aunque todavía sigue mi paranoia jodiendo, susurrándome que este no es sino un adelantado en traje de gusanillo, que va a sentar las bases de un tronco de negocio intermediario para la exportación de alimentos para la futura Cuba y sus herederos; ya sé, suena loco, ¿o no?, pero estoy seguro que pobre no es el señor…)

Yo me temo sin embargo que el escrito del Pequeño Hermano, producto de justa indignación, está empapado en genuina ingenuidad. Y nada más ingenuo que la lapidaria paráfrasis acerca de los traidores pagados y despreciados. Para empezar, el gobierno de los USA adora a los traidores. Y, si estos vienen empujados por vientos de deserción, huyendo de las costas de los enemigos favoritos del gobierno de los USA, mejor aún. Les asegura eso a los USA que el modelo funciona, que están en el camino correcto y que es sólo cuestión de tiempo, dinero y, por supuesto, mas traidores, para que el bien triunfe sobre el mal. Mas que traidores, son desertores, defectors, conversos…

Claro, mientras que el Bien triunfa, a los que sufrimos el mal y vimos en acción a su perpetradores, nos toca ahora verlos aquí, unos recitando sangandongos mea culpa y otros, como uno que anda por Miami, ex-secretario de la UJC, ex-secretario del Partido, ex-joven promesa, ex-cantera de cuadros y ex-eso-lo-vamos-a-discutir-en-el-seno-del-partido, y que ahora dice a quién quiera escucharlo que es que aquello ya no da más, tu sabes, había que irse. Y con él hay decenas de miles, muchas decenas de miles ex-algo, aquí en el exilio.

Yo digo que todas las personas merecemos segundas oportunidades, por qué no, hay que ser tolerantes, pero lo que de veras me jode es ver aquí en el exilio a los mismos cachorros de dinosaurios, los mismos que en Cuba gozaban de prebendas y tenían una vida aparte del resto de los cubanos, esos de apellidos conocidos ad nauseam que, conservando sus mansiones en Miramar y Nuevo Vedado, con todos los hilos de útiles contactos y conexiones en sus manos, listos para ser jalados y convertirse en herederos de lo que quede después de los Castro, están aquí también, manteniendo un perfil bajo, esperando bajo la piedra a que pase el calor.

Y están, por supuesto, listos para seguir traicionando, prestos a volver a reírse de los jodidos, listos para hacer su gran retorno triunfal cuando las circunstancias les sean propicias.

Esos sí que son traidores, los traidores de siempre.


Ah, la tecnología

En estos días mi geek tecnológico está de plácemes. Nuevas adquisiciones han llegado y están siendo configuradas, manoseadas y probadas.

Algunas con un alto componente de jodienda, por cierto.

viernes, 7 de enero de 2011

Rufo Caballero

RC segun Garrincha

Falleció Rufo Caballero, un personaje de la farándula intelectual cubana que al parecer se caracterizaba, entre otros, por la metatranca, es decir, por ese lenguaje intencionadamente incoherente, enredado, pseudosabio, nauseosabiondo y culturoso. Ejemplo sigue:

"Hay un azar concurrente que, entretanto, ata hilos en la bruma de una  inconexión que se anuncia como descifrable cuando todo lo contrario ocurre"

Candela

Yo no lo tengo muy presente pues su encumbramiento fue posterior a mi partida, pero esa figura de gordito sonriente con cara de comelón estoy seguro de haberla visto alguna vez.

En fin, que descanse en paz.

jueves, 6 de enero de 2011

Desde Lezama hasta la Puerta de Alcalá

Hay en la blogósfera cubana por estos días muchos escritos acerca del escritor cubano Lezama Lima. Hay tantos y tan oportunistas que parece esto menú de temporada en restaurantes, todos se parecen. Yo no tengo nada que decir al respecto, pero leía en uno de estos escritos (del cual pude trasegar sólo la mitad) que al parecer el escritor no gustaba de viajar y que, a cambio, se dejaba llevar por su imaginación. La siguiente cita llamó particularmente mi atención:

“Con sólo cerrar los ojos puedo estar en la catedral de Zamora para oir la misa del domingo junto a Cristóbal Colón en vísperas de su viaje a América, ver a Catalina la Grande paseando por las márgenes del Volga congelado o asistir en el Polo Norte al parto de una esquimal que después se comerá su placenta. No necesito salir de mi casa para estar en el lugar que quiera, cuando yo quiera.”

Bah, no es lo mismo, pensé yo, lo que se perdió este hombre… y entonces fue que me acordé de la Puerta de Alcalá.

…………….

Mi primer recuerdo de la Puerta de Alcalá está vinculado, allende en mi niñez, a un atropellado viaje (todos los viajes en Cuba los recuerdo atropellados) a un pequeño cine de barrio. El recuerdo comienza en el momento en que mis padres y yo caminábamos por calles y callejuelas de lo que supongo haya sido Centro Habana o Habana Vieja, para mí Terra Incognita, entonces y ahora. Íbamos de la mano de mi padre, guajiro andarín, y el mejor conocedor de La Habana y sus vericuetos, y todo fue para ver a Sara Montiel cantando aquello de “Por las calles de Alcalá, con la falda almidoná, y los nardos apollaos en la cadera….”.

Mi madre, apasionada de zarzuelas y pasodobles, mariachis y corridos, adoraba escuchar y cantar toda aquella música. En las mañanas, mientras me peinaba y ataba mi pañoleta, ella sintonizaba dos programas radiales, uno tras de otro, el primero de música española, y el segundo de música mexicana. Y cantaba cuanta canción se escuchara, las conocía todas y sabía hasta a que película pertenecían. Muchos años después, ya comenzando su senilidad, sentada en la terraza de la casa familiar, preguntaba a quién quisiera escucharla si alguien se acordaba de la canción a la Virgen de Guadalupe, su Virgen favorita, y acto seguido comenzaba a cantarla, a toda voz, de pé a pá, con todas sus letras, ¡y en gallego!

A Virxe de Guadalupe
cando vai para Rianxo
a barquiña que a trouxo
era de pao de laranxo

Y todos escuchábamos sonrientes, y ella era feliz.

Y aquella noche, en aquel cine caluroso, después de haber atravesado media Habana en un viaje que hacía parecer que habíamos atravesado media isla, mi madre miraba extasiada la pantalla y cantaba por lo bajo junto a la Montiel, mientras yo me aburría de lo lindo.

…………….

El vínculo de la mulata con la Puerta de Alcalá también era, en lo fundamental, musical.  Ana Belén y Victor Manuel eran sus ídolos, y ella atesoraba toda la música de esos artistas. Tenía todos sus discos, compilaciones y discos de otros en los que hubieran sido incluidos. Los tenía en vivo, en estudio, en dúos, sencillos, a capella, sencillamente todo. Más que ídolos, eran su credo.

Yo no soy particularmente afecto a su música, ni lo era entonces, pero me gusta una que otra canción, como “La otra España”, cantada, primero por Mocedades, y después por el dúo de marras. Es una extraña cosa que esa canción me conmueva casi hasta las lágrimas pues, ni soy español y mi país, aunque huele a tabaco, no huele a brea. Pero quizás haya un gen que vibra con la canción, que pone oído y recuerda de donde vino: me debe quedar alguno de aquellos guajiros asturianos y catalanes que algún día se embarcaron hacia Cuba y ya no regresaron. O quizás sea simplemente la nostalgia del emigrante que, aunque ya tiene una canción propia (Sabanas blancas,/ colgadas en los balcones), va por más.

Pero la mulata, ¡ah, la divina!, en su ritual no necesitaba de genealogías ni motivaciones atávicas, ella no discriminaba canciones: las disfrutaba todas, se embriagaba con ellas, se unía al dueto en feliz trío, sonriendo con su boca infinita. Y cantaba y cantaba y cantaba, “!Ahí está viendo pasar el tiempo, La puerta de Alcalá!”, y se contorsionaba en el colmo del éxtasis, desnuda, bailando lentamente por la habitación, mientras yo la seguía, atado a su grupa descomunal, deshaciéndome, enloquecido, en un delirante sexo anal.


…………….


Me quedé en Madrid un par de días.

No fue casual, y sí muy premeditado que, al planear el viaje, camuflara ese par de días para cerrar con broche de oro mi tan ansiada incursión a España, país de mis sueños. Ver Cibeles, El Prado, los palacios y palacetes, y quizás algún pulguero para regalos curiosos (como aquella faca que regalé y me fue devuelta tiempo después…)  Caminar Madrid y ver retazos de La Habana como si una estuviera en otra, como sólo lo están madre e hija y caminar y caminar y para almorzar abrir con jamón serrano, seguir con unas chuletas de cordero lechal, con tinto de la casa y cerrar con leche frita. No se puede pedir más. Y claro, ver la Puerta de Alcalá.

Por novatada con las agencias de viajes, escogí, por foto, un hotel en la periferia de Madrid que resultó ser un hotelucho en medio de una zona industrial. Que carajo, me dije después de ver el lugar, para un par de días pasa y, además, cambiarme de hotel, a esta hora, pues era otro taxi, nada baratos que son y en fin, lo mío en el hotel sólo era para dormir y, además, estaba cerca del aeropuerto. Y solté mi maleta y me fui a la estación de Atocha y empecé mi recorrido.

Era verano en Madrid y caminaba con gusto. En un día tan intenso, para un descanso antes de seguir, nada como sentarse en un café, en una mesita, en la acera y ver pasar la gente y tomarse un buen expreso o una caña, con una tapa de boquerones o de camarón.  Y fumarse un cigarro, que todavía me esclavizaban en aquella época.

Fui rastreando los lugares mientras seguía los letreros, doblando esquinas, preguntando a la gente, disfrutando la ciudad. Y, totalmente entretenido, casi ni me percato que había llegado a la Puerta, a la de Alcalá. No recordaba haber visto antes alguna imagen y mi sorpresa fue doble entonces, pues debo confesar que lo primero que vino a la mente fue ¿Tanto lío por esta mierda? Quizás yo esperaba ver algo más fastuoso, un Arco de Triunfo, una Puerta de Brandeburgo, que sé yo, pero definitivamente aquella Puerta de Alcalá no encajaba en la expectativa que me creó la multitud delirante que coreaba la canción con Ana Belen en los discos de la mulata.



…………….


La imaginación no deja espacio para la decepción, y quizás Lezama tuviera algo de razón en disfrutar ser un “peregrino inmóvil”. De haber realizado sus viajes imaginarios quizás le hubiera espantado el hedor del cuerpo desaseado del Almirante en la catedral de Zamora, o hubiera vomitado al ver la boca de la esquimal goteando sangre.

Pero yo me arriesgo, yo prefiero darle el beneficio de la duda a la realidad. Y, cuando visite La Alhambra, estoy seguro que voy a admitir que Washington Irving no se equivocó, que allí hay magia.

Y me iré a celebrarlo a un tablao flamenco.

martes, 4 de enero de 2011

De toros y cabalgatas

Fui a una corrida de toros una sola vez. Lo hice acompañando a una rubia, divina, pequeña y algo introvertida, que entrecerraba los ojos y respiraba pesadamente a la vista de aquella carnicería. Mientras, yo me movía incómodo, sentado en la grada de concreto, con un sol cayendo a plomo sobre mi nuca y pensando que lo que estaba viendo era una hijaeputada.

Los animales embestían enloquecidos, con las humillantes banderillas colgando de su lomo, la cerviz apuñalada, y la sangre brotando en chorros pulsantes, empapando al toro y a sus atormentadores. Pelea desigual, donde hombres se iban turnando para herir, martirizar y debilitar al animal que, ya casi desangrado, con los belfos cubiertos de espuma, era entonces entregado a las piruetas del matador.

Nueves toros vi ese día correr la misma suerte, ante una multitud eufórica y con esa desagradable música de trompetas y platillos como fondo. Esa fue la última vez.

Y la primera vez con la rubia, que resultó ser todo lo que se adivinaba y más…

lunes, 3 de enero de 2011

2011, El Pequeño Hermano y abajo los Castro, por supuesto.

Y heme aquí en este año recién estrenado, con un día frío, pero bien soleado. Y con menos nieve, gracias a una lluvia dominguera.

He estado siguiendo el blog de Ernesto Morales Licea, joven periodista cubano que trae una bocanada de aire fresco a la a veces aburrida blogósfera cubana, reportando, primero y con valentía, desde Cuba y ahora, recién emigrado, desde Miami. Bien por él y bienvenido.

Su último post me ha hecho recordar mis propios inicios en el exilio cuando, respondiendo al inevitable “Bueno, ¿y qué te parece?”, le dije a unos amigos que yo sabía que estábamos jodidos en Cuba, pero sólo en el extranjero uno se percata de cuán jodidos estamos. Cuantificando el desastre, he ahí el problema.

En fin, año brand new y, para que se mantenga el espíritu, abajo Raúl, Fidel, su descendencia, memoria, huella, imagen y semejanza, que sean rápidamente olvidados, que se jodan, que se mueran con dolor y en masa pal carajo, que se los lleve la chingada, La Huesuda, La Calaca, Ikú y que borren sus nombres de los libros, amén, cojones…

Y ahora, a trabajar.