Primera idea: este
asunto de inventar cosas que no funcionan se parece a tratar de hacer
diques con barro. Un salidero, por aquí, otro por allá, y en breve
el agua derriba el dique, y sigue su curso natural.
Algo parecido le
sucede al gobierno cubano en su afán de hacer las cosas a medias. Y
esto de la compraventa de carros es un ejemplo digno de observarse.
Dice la Voz de Saurón que se van a implementar nuevas normas para vender o comprar
carros, porque las anteriores no funcionaron, que surgió la
especulación y, ¡ay!, el enriquecimiento. Y que lo de las famosas
cartas de autorización para comprar carros es obsoleto e inoperante.
No se dice nada, sin
embargo, de concesionarias de autos vendiendo en un mercado ávido,
fuera, por fin, del control estatal.
No se dice nada de
la necesidad masiva de piezas de respuesto, llantas, infraestructura,
parqueos, reparación de las calles que no destruyan los carros a
golpe de baches, de vías capaces de desahogar un tráfico que cada
vez va a ser mayor.
Ni de la necesidad
de una señalización visible y funcional en calles y carreteras, de
un código de tránsito y regulaciones inteligentes que revise, por
ejemplo, ese omnipresente límite de velocidad de 40 km/h, que hace
que el tráfico no fluya, y que destruye los motores de los carros,
que no están diseñados para andar constantemente a velocidades tan
bajas y que, ademas, provoca un mayor consumo de combustible y mayor contaminación ambiental.
Que maravilla sería
que autorizaran, por ejemplo, un importador de piezas de respuesto
“por cuenta propia”. O que, simplemente, el cubano que pueda,
pues que importe su carro, ya que no hay agencias de venta.
No sé, en fin, que
nuevo dique de barro van a construir. Ni porqué siguen en esa bobería.
La segunda idea, es
que el diseño de la página web de Granma debe estar, junto con el
del periódico Pravda, entre los mas feos del planeta.
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