lunes, 26 de septiembre de 2011

Apuntes de fin de semana

IKEA es un gran concepto. Muebles y cosas funcionales, de precio moderado y hasta bonitas. Inclusive el diseño de la sala de exhibiciones es sui generis, astuto: es lineal, pero serpenteante, para aprovechar el espacio. Y tiene atajos para quién no desea o no necesita recorrer toda la sala para llegar al final. Pero los atajos están disimulados y los letreros que los identifican son más pequeños que los que te indican que es lo que sigue en el recorrido de la serpiente, así que el cliente no avezado tiende a recorrer toda la tienda , lo cual es obviamente el deseo de los Ikeanos. Estos capitalistas suecos...

Además, comer en IKEA es lo más barato que he visto por aquí, compiten con la nefasta comida china, lo cual me hace preguntarme qué carne usan los Ikeanos para las consabidas albóndigas suecas. 

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Sesame Street es un gran programa. Plaza Sésamo es su clón bobito...

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Éramos pocos y parió Catana. El sábado, mientras yacía en un sofa mirando no se qué en la caja boba, algo se movió en el extremo de mi campo de visión. Podía ser uno de esos fantasmas que a veces visitan las retinas o una sombra proyectada por la TV, pero decidí poner mis ojos al nivel del piso y helo ahí, verlo allí, alerta, bajo el otro sofá y el segundo siguiente se me perdió de vista.

Temporada de caza abierta, habemus ratón en la casa. 

7 comentarios:

  1. ahhhhhhhhhhh, ratón no. Que miedo. A nosotros alguna vez se nos metió una rata gigante en la casa en la madrugada, y haciendonos los ambientalistas, pero en realidad porque estabamos muertos de susto, nos salimos al patio y estuvimos hasta el amanecer sentados esperando a que el bicho se saliera. Cuando al fin nos fuimos a dormir, ahí seguía. Y bueno, mi marido hizo muestra de su masculinidad y le entró a palos. Una masacre. Luego se sentía tan orgulloso

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  2. Yo llevo ya dos días poniendo trampas, pero no cae. Y hoy en la mañana vi algunas cagarrutas en un estante de la despensa, lo cual me imagino que lleve a mi esposa al paroxismo de la locura e histeria.

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  3. Aquí no hay ratones. Hay guayabitos, eso sí, de esos que corren a la velocidad de un rayo por entre los arbustos sin darse cuenta de que a Zappa no le interesan, ni le interesarán jamás los asuntos terrenales: él es gato del Cardenal.

    IKEA es el lugar perfecto para adquirir desde un fogón hasta una vela. No hay otra cadena en el mundo que te desplume con tanta consideración como esa; uno sale de allí con una ligereza de bolsillo y alma que no la brinca un chivo.

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  4. Y con la impresión de que hizo un gran negocio... hasta que la madera corrugada empieza a hincharse con la humedad.

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  5. Por lo visto todos los IKEA del mundo son iguales...o te los conoces y atajas o te los comes enteritos.
    En cuanto a las albóndigas, me da un poco igual, tampoco sabía que era aquello del "picadillo de soya" y me lo comía por lo de la inanición, además está bien ricas.

    Al ratón lo dejamos pa otro momento con albóndigas no pega y hace mucho que no veo uno...

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  6. Eso es lo peor, son ricas, con su salsa bechamel y su salsa de arándanos, uhmmm...

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