Del ocaso al amanecer

Anoche veíamos un programa en la TV que es la apoteosis de la cultura pop y el american way, se llama Factor X. En eso tocan a la puerta y era nuestra vecina judía, con una emergencia, pues estaban celebrando Rosh Hashanah y su mamá, que tienen un cierto grado de senilidad, le apagó las luces de la sala, comedor, baños, etc, y como ellos en esta fecha tienen prohibiciones como las de Sabath, pues no podían volverlas a encender por sí mismos. Y allá fuimos los impíos al rescate y la escena era casi alucinante: una docena de personas, ataviadas para la ocasión, los hombres de traje y sombrero, las mujeres elegantes, los niños callados en un rincón, la mesa puesta para un gran cena... y todos inmóviles en la oscuridad total, hasta que encendimos las luces...

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Y en la mañana me levanto y me encuentro a mi esposa doblada por las nauseas, ay mi madre, no puede ser!!, pensé, me doy un tiro, pero no, su brazo extendido me señalaba, frenético y temblando, una esquina de la sala donde, por fin, una trampa atrapó al huesped no invitado, un guayabito. La pregunta que queda por responder es: ¿era uno solo?

Ya veremos