Sólo dos credos me han resultado atractivos en esta efímera vida: los ritos afrocubanos y el judaísmo. El primero, porque es como un gran cuento para adultos, con tremendísima música, desbordando pasión, misticismo y alegría. El segundo, porque han estado en el planeta por 5000 años y a pesar (o precisamente por) de que los han perseguido, despreciado, masacrado, desterrado y execrado, se han mantenido como nación y con una identidad única. Y son apenas un par de millones mas que los cubanos, por cierto...
Y ese inmenso sentido de pertenencia, esa persistencia como nación, esa identidad única, se la deben a su religión. Pero... yo soy un hombre sin fé y medio anárquico, asi que seguir más de 600 mandamientos y no encender la luz los sábados y no comer chicharrones y toda esa complicadísima liturgia, vaya, sería sencillamente demasiado para mí. Pero me siento muy orgulloso de ser el Shabbat goy, el ayudante de mis vecinos judíos en Sabbat, a los cuales salvé de la sofocación este sábado pues tenían un almuerzo con montón de invitados y se habían olvidado de encender el aire acondicionado en el comedor, impía tarea que hube de asumir...
Nada, que hay unas poquísimas cosas que son de Dios. El resto es cosa de humanos...
Que lindo, querido. Y qué bueno que los vecinos por esos lares se ayuden entre sí. Por acá la cosa no es tan así, al menos en mi edificio.
ResponderEliminarSé tan poco yo de los judíos. Hv., usted que es el de Ny, no puso nada sobre el 11-s. ya veo por qué.
Y fíjate que recuerdo exactamente mi despertar esa mañana, escuchando incrédulo a Pedro Ferriz en el radio y mi carrera hacia el TV y las imágenes que me provocaron tanto miedo, porque me di cuenta de inmediato que el mundo ya no sería igual...
ResponderEliminarYo no sabía mucho de los judíos hasta llegar aqui. En USA hay tantos judíos como en Israel y yo vivo en un barrio de judíos. Y la verdad son admirables.
Yo estaba recién despertando y no entendía lo que pasaba. De hecho, pensé por un momento que era que se había estrellado un avión en el WTC de la C. de México. Hasta que me desperté bien cuando vi el segundo avión. Fue un sentimiento más que de miedo o pena en ese primer momento, de no entender nada, como que no me cabía en la cabeza que eso pudiera estar pasando
ResponderEliminarHv: por cierto, usted es todo un estuche de monerías. Cocina, arregla aires acondicionados, sabe matemáticas y toca música andina. Está acabando
ResponderEliminarjé, qué pena que sea tan alto
ResponderEliminarOye, que yo digo como dijo el chinito, que eso es pa'da placé, no pa´matá gente... :)
ResponderEliminarNo, no, lo del aire fue encenderlo nada mas, si de arreglarlo se trata yo no sabria por donde empezar....
Pero bailo casino!!!
coño, y los judios no sabian encender el aire acondicionado de su casa?
ResponderEliminarEse chino, no sabé ná, de ná
No mija, es que en Sabbat, que es el período entre la puesta de sol del viernes y la puesta de sol del sábado, ellos no trabajan ni hacen ninguna actividad que de ganancias ni pueden encender fuego y por ahi pa´llá un montón de prohibiciones, entre las que está no encender focos ni accionar botones que produzcan trabajo, etc. Una megajodienda metatránquica-filosófica-religiosa... Pero pueden quimbar, eso sí.
ResponderEliminar¡Y el chino tiene razón, tiene razón! Guaaaaaaaaaaaa!!!!
jajajajajaja
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