viernes, 28 de febrero de 2014

Releyendo a Kundera

"¿Qué es la coquetería? Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en
conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad
no aparezca nunca como seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin
garantía."

La insoportable levedad del ser

jueves, 27 de febrero de 2014

Epigrama de jueves

¡Qué regresen los 5 espías!”, 
                             fue primero,
Luego cuatro, luego tres,
Menos mal no fueron diez
¡Imagínate los letreros!

Revelación de jueves, día en que recogen la basura en mi barrio

Se me ocurre que es más barato, y hasta cargado de un simbolismo contable, ir tachando, en las decenas de miles de pancartas y letreros diseminados por allende la ínsula, los nombres de los espías que van regresando.

Además, crearía un sentido de tensión y expectativa a la altura de cualquier thriller...

No me defiendas, compañero

Difícil e ingrata tarea es defender lo indefendible. 

“Es una cuestión de fé”, me dijo alguna vez un sacerdote jesuita con el que coincidí en una recogida de manzanas.

Mi arrogancia de adolescente omnisciente, arropado en dialéctica y materialismo, ávido de convencer, presto a decir “Tú estás equivocado”, y no “Yo pienso diferente”, se estrelló entonces con la sonrisa suave y los ojos perspicaces de aquel señor, que desarmó mi dogma con el suyo.

Afortunado encuentro, quizás gérmen de mi vocación de librepensador, que me hizo comenzar a entender por qué hay que respetar a quién piensa diferente, aún cuando no se compartan sus motivos. Pero mala cosa para un aprendiz de hombre nuevo; debilidad ideológica, hubieran diagnosticado los inquisidores de la ortodoxia ultraizquierdista cubana.

Sin embargo, aún cuando defender es legítimo y loable, son definitivamente las causas las que determinan si la defensa es noble, digna y, en última instancia, razonable. O no.

De tal manera, no hay un defensor, ni siquiera con la más intachable historia personal, o brillante trayectoria política, profesional, filantrópica, o académica, que pueda salvar una mala causa. En todo caso, su inútil esfuerzo sólo sirve para resaltar lo gris, las grietas, lo hediondo.

Ha sido este el caso de dos desafortunados intentos que he visto en los últimos días.

El primero, una ridícula entrevista a Rosa Miriam Elizalde, donde, entre otras, la señora (¡que es periodista!), justifica nada menos que la censura en Cuba y la vincula enfermizamente a la posibilidad de que los niños cubanos tomen leche (?)

El segundo caso ha sido a manos de Guillermo Rodríguez Rivera, intelectual cubano cuya apasionada incitación a la lectura recuerdo con agrado. El artículo, publicado en el blog del ex-trovador Silvio Rodríguez, es una “respuesta” a un texto de Ruben Blades sobre la crisis venezolana, donde el señor Rivera selecciona una frase del extenso texto de Blades, e intenta armar un ataque, que se queda, al final, en tibia baba.

No me voy a extender en detalles acerca de cuán lamentables han sido estos dos casos. Ahí están los enlaces para esta memoria colectiva que es Internet.

Pero pienso que lo último que le hace falta a Cuba y los cubanos, inmersos en el marasmo que ya dura medio siglo, es más voceros de lo indefendible y, de remate, pobres voceros.

Dime entonces con quién andas, y te diré quién eres. O dime quién te defiende, y te diré con quién andas.

O si, acaso, andas.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Y se fue, de que otra manera, entre dos aguas...

Asocio a Paco de Lucía con dos profesores que se sentaban en el pasillo del edificio docente, y nos vigilaban durante las dos horas de autoestudio, allá en la beca, de 5:00 a 7:00, de lunes a viernes.

Y cada una de esas tardes, se sentaban a tratar de tocar “Entre dos aguas”. 

Uno llevaba la guitarra acompañante, el otro punteaba. Nosotros, adolescentes de la era pre-internet, pre-mp3, pre-CD, con apenas cassettes, y aun más escasas reproductoras, no sabíamos nada de Paco de Lucía. Sólo sabíamos de la divina y proscrita música del enemigo, que ordeñabamos de los radios Taínos y VEF.

Pero aún así, ante el sonido mediocre de aquellos dos, que años después me enteré que se denominaban wannabes, nos sentíamos deslumbrados, y desde entonces Paco de Lucia fue el tipo de entre dos aguas, taratatatatatatata, taratatatatatatata, taratatatatatatata, taratatatatatatatá...

  

martes, 25 de febrero de 2014

Epigrama de martes

Sirve como al dedo un anillo
Para desgracia anunciar
Mejor heraldo no han podido hallar
que al gordo y sombrío Murillo

El factor común...


Resumiendo, martes...

No tengo deseos de hablar, o escribir, sobre Cuba.

Además, estoy saliendo de un catarro, trasmitido por mi hijo, que a su vez lo recibió de algún niño en la escuela, que a su vez... etc, etc, y ya se sabe que un virus que ha sido mutado por el sistema inmunológico de un niño es terrible.

También me aburre el tema de Venezuela y la guerrita del photoshop. Y hasta me ha hartado Ucrania, que siento que en unos meses va a regresar a ser más de lo mismo.

Y ya ni mencionar a Egipto, o Siria. La gente debe seguir muriendo por allá. En Libia o Túnez, pues ya ni siquiera sé qué pasa, mientras en Iraq, Afganistán y Paquistán imagino que siguen volando en pedazos a civiles.

Y ya afuera de las macrodesgracias y eternos conflictos, de lo más interesante que he visto es el notable parecido entre el Chapo Guzmán y Robertico Robaina.



jueves, 20 de febrero de 2014

miércoles, 19 de febrero de 2014

La oposición totí

En Ucrania, el presidente dice que la culpa de la violencia la tiene la oposición.

En Venezuela, el presidente dice que la culpa de la violencia es de la (fascista) oposición.

En Cuba, la oposición es mercenaria, lacaya del imperio y mala malosa.

Qué suerte tener esos gobiernos buenos buenosos...

lunes, 17 de febrero de 2014

Duele Venezuela

Los detalles del conflicto venezolano, de pronto, parecen poco creíbles.

Fotos truculentas, historias que no se pueden verificar. Todo ello, sólo una consecuencia más de un conflicto que estremece una sociedad quebrantada por pésimos gobernantes, y una oposición con escaso talento.

Pero no hay que perder el rumbo, o tratar de hacérselo perder a otros, y escribir que si las fotos, o que si las manipulaciones, cuando lo realmente importante está a la vista:

Un país en plena crisis social, política y económica.

Estudiantes (Que vivan los estudiantes/ Jardín de nuestra alegría / Son aves que no se asustan / De animal ni policía) que se manifiestan masivamente. Y que incendian carros, y apedrean edificios.

Un gobierno que llama fascistas a los ciudadanos que se le oponen. Y que les dispara, golpea y reprime con violencia.

Aliados que se hacen eco de la infamia. El gobierno cubano, y sus voceros y esbirros, a la cabeza de ellos.

Y la prensa cubana, qué horror, escribiendo páginas, notas y posts de ignominia.

O Silvio Rodríguez, residuo fétido del que alguna vez pudo ser uno de esos muchachos venezolanos, que le ha cantado y canta a los estudiantes en Chile y Argentina, y a toda la izquierdosidad latinoamericana, pero que se une presuroso a los que llaman fascistas a los estudiantes de Venezuela.

Hora de tristeza y gloria para los venezolanos.

Hora de vergüenza, más vergüenza, para el gobierno cubano.

miércoles, 12 de febrero de 2014

A la muerte le quedaba un tiro

Nunca me gustó la música de Santiago Feliú, nunca fui a un concierto suyo.

Pero resulta que, años ha, por esos azares de La Habana sabrosa, coincidimos él y yo en un forcejeo en la entrada del Café Cantante del Teatro Nacional. Alguien, muy cercano a mi oido, vociferaba a los que custodiaban la puerta, “¡Oe, oe, déjennos pasar, que venimos con Santiago Feliú...!”

Y entonces la puerta se entreabrió, y un vaho espeso de sonidos estridentes, sudor, y humo de cigarrillos nos envolvió. Y entró Santiago Feliú, la guitarra en vilo, por encima de su cabeza, como si fuera un naúfrago con el agua al pecho. Detrás, entró el vociferante, y le seguimos nosotros, que no sabíamos a derechas quién era Santiago Feliú, pero que, con cara de circunstancias, entramos, diciéndole al cancerbero, en tono urgente, “¡Venimos con Santiago...!”

Después, tocó Moncada, de eso estoy seguro, y, quizás, Santiago Feliú.

La muerte dispara, y uno siente que le pica cerca cuando comienza a morir tu generación.

Santiago Feliú debió vivir 30 ó 40 años más, y quizás nunca me iba a gustar su música, pero eso, la verdad, no importa.

Nadie merece morir a los 51, y cantando.

martes, 11 de febrero de 2014

Revelación martiana (de martes, vaya)

Hubo una época en que, lo del momento, era aprenderse los nombres de los integrantes de Deep Purple o de Led Zeppelin.

Tenía más swing eso que aprenderse los nombres de los cinco espías, la verdad.

¡Vade Retro, democracia!

Leyendo esta entrevista a Pedro Luis Ferrer, me encuentro de nuevo, enredado entre muchos pensamientos interesantes, con ese extraño argumento que ha sido repetido ad nauseam en Cuba, y que tiene tanto de Fideliano, que es Goebbeliano hasta el tuétano:

Los parámetros que a veces nos quieren imponer son los de la democracia en el mundo capitalista que se ha viciado tanto y ha tenido tantos problemas”

Y yo, sin ánimo de polémica, que hoy es apenas martes, y sólo por curiosidad, pregunto:

¿Hay entonces tipos de democracia, la capitalista y la...?

¿Es entonces mejor la dictadura impuesta que la democracia defectuosa por imponer?

Yo creo que existe en Cuba un terror semántico, que el dogma ha impregnado, inclusive, en las mentes más privilegiadas en la isla, de tal manera que hay palabras o frases que son consideradas, simplemente, una blasfemia.

Entre ellas están democracia (que es una sola), libertad (que también lo es), derechos humanos (que hay toda una lista), y propiedad privada, que, si no lo es, debería ser un derecho humano.

lunes, 10 de febrero de 2014

Comienzos

“El apartamento era diminuto, en un edificio lleno de cubanos. 

B., con sólo tres años, aprendió pronto que había que encender la luz, y esperar un momento, hasta que se dispersaran las cucarachas...”

viernes, 7 de febrero de 2014

Revelación de viernes soleado con sol de mentiritas

A riesgo de sonar racista, asumo el riesgo, y digo que, conociendo ya de primera mano la idiosincracia y preferencias locales, y puesto entonces a escoger, resulta que tener ascendencia hispana, y cubanía bien llevada, además de poseer natural acceso a toda esa cultura nuestra, y a este maravilloso lenguaje que es el Español, es un orgullo y un tremendísimo privilegio.

jueves, 6 de febrero de 2014

Derrumbes

Yo, y todos, crecimos mientras a nuestro alredededor se agitaban las banderas de los grandes logros de la Involución, a saber, la educación, la salud, el deporte, y haber eliminado la prostitución.

En algún momento de los años 80, una de esas banderas fue arriada: habían regresado las putas.

Después, pues después llegaron los 90.

Y el sistema de salud, construido sobre el generoso subsidio de soviéticos et al., comenzó un inexorable proceso de deterioro, que continúa hasta hoy, y del que apenas sobreviven la fama, y un ejército de médicos famélicos que se van a cualquier antro del planeta para ganarse unos cientos de CUC al mes.

El sistema de educación fue menos afortunado. Los maestros cubanos no tienen la demanda tercermundista que tienen nuestros médicos baratos. De tal manera, en la medida que avanzaba el Período Especial, se desmoronaba el también afamado sistema de educación, dejando detrás estudiantes mediocres, y “maestros” graduados a la carrera, “instantáneos”, les dicen.

Sin embargo, lo “instantáneo” no sería tan grave, si no carecieran estos “maestros”, además, de la preparación, cultura, y vocación imprescindibles de esa profesión.

Quizás el resultado más visible de ese desastre es la necesidad de tutores privados que tienen los muchachos que quieren estudiar en la Universidad. Es imposible vencer las barreras de los exámenes de ingreso si no se tiene esa ayuda adicional.

Y tal pareciera entonces que hay un diálogo de sordos en los Ministerios de Educación, que no proporcionan un nivel adecuado de conocimientos, a la vez que elaboran exámenes imposibles de hacer para un estudiante que no cuente con tutoría privada.

Tutoría que cuesta, obviamente, dinero. Dinero que muchas familias, la mayoría, simplemente, no tienen.

Dicho esto, quedaría aun por determinarse cuánto de responsabilidad tiene ese desmoronado sistema educacional en la incultura, vulgaridad y falta de civismo que impregnan, en primer lugar, a la mayoría de los jóvenes cubanos contemporáneos.

Y para colmo, entonces, en una sociedad donde el pan ya era pésimo y escaso, el circo ha quebrado.

El deporte, logro de la Involución, derecho del pueblo, ha pasado de bandera a trapo, y no llega ni a los talones de otras épocas.

El voleibol, con sus “Morenas del Caribe” o el atletismo, donde tantos cubanos brillaron en su momento y, por increíble que parezca, ¡el mismísimo beisbol!, todos han caído en picada. Se ha ido desvaneciendo la gloria cubana en el deporte. El circo, cubanos, está cerrando.

El derrumbe, entonces, parece ser el signo de los tiempos y del malgobierno cubano. Si algo ha quedado demostrado exhaustivamente, es que Cuba es incapaz de sobrevivir como nación, ni como sociedad, sin un subsidio externo, como fue el de los ex-socialistas, o ahora el venezolano.

La responsabilidad de esa hecatombe cubana es enteramente del gobierno. Ese aquelarre de dictadores ancianos, cuyas principales ocupaciones parecieran ser la búsqueda eterna de parches para su crónica ineptitud, y, por supuesto, la arenga y el dogma.

Ya no quedan, entonces, banderas que blandir, ni “logros” de que alardear. Van quedando solamente escombros.

Y a mí, pues me queda la curiosidad por saber cuando los cubanos de la isla se tomarán la molestia de, por fin, mirar a su alrededor.

martes, 4 de febrero de 2014

¡Papel con letras!

Uhmm... A ver que se dice por ahí:

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Bakimún se echa un pelado en La Habana.

Los presidentes bailan en la cumbre de la CELAC

Silvio Rodríguez: ¡invita a una persona del público a unírsele en el escenario!, !y resulta ser un expresidiario!

Fanjul llora por el pasado que no volverá.

Del Llano descubre la doble moral... ¡en el 2014!
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Bueno, creo que ya está lista la prensa cubana para los tabloides...

Bajo las circunstancias adecuadas


Y he ahí la esencia del hombre de negocios exitoso, pragmático y cínico, como buen hombre de negocios, o como un político.

Toda la filosofía del buen negocio queda resumida en esa frase, donde cabe cualquier cosa: desde impuestos light, hasta devolución de propiedades.

Si alguien esperaba otra cosa de un empresario de ese calibre, pues es un ingenuo. Y si alguien esperaba que el gobierno cubano no negociara con ese hombre, pues puede llevarse una gran sorpresa.

De tal manera, poco a poco, llegarán Bacardí, ATT, las aerolíneas, los mineros, los ganaderos, compañías pesqueras, constructoras, armadoras de autos, en fin, llegarán los que van a hacer que la postrada maquinaria de la economía cubana, por fin, eche a andar.

Pero, lamentablemente, lo que sigue faltando en esta historia, es la participación de los cubanos en ese proceso, y los beneficios que tendrían que recibir los ciudadanos cubanos en términos de calidad de vida y poder adquisitivo.

El capitalismo feroz está tocando a las puertas del Cuba. Mientras, el gobierno sigue de espaldas a la gente, en la arenga y el inmovilismo.

La era está pariendo un ser amable

Sabido es que la mayoría de edad suaviza el carácter.

Tal es así, que una persona gritaba insistentemente en un reciente concierto de Silvio Rodríguez, pidiendo una canción, y entonces SR, ¡sonriente!... lo invitó a subir al escenario.

Pero hubo tiempos que...



En fin, mamey.

lunes, 3 de febrero de 2014

América la triste

Hay pocas cosas tan predecibles como la reacción de la derecha estadounidense y de sus adeptos de la América profunda, y no tan profunda, al tema racial y de la inmigración.

Véase entonces este comercial de Cola Cola, donde se canta “América the Beautiful” en diferentes lenguas. Y léanse los comentarios.

El tema racial, en este país de inmigrantes, no tiene remedio.

PD: Por cierto, qué trabajo me costó entender la parte que está en español...


Van Van, de 5, 3...

Yo no sé si eso obedece a una regla no escrita, o escrita, o a un estilo del que ya no se pueden desahacer, pero muchos songos vanvaneros padecen de la maldición de los 3 minutos.

En una pieza que dura 5 minutos, hay que escuchar 3 minutos aburridos, para llegar entonces al tumbao y al corito en el minuto 3, pero que se pone realmente sabroso sólo en el último minuto de la canción.


No es eso un estilo exclusivo de Van Van, pero la antítesis de ese fenómeno fue aquella antológica de Elio Reve, “Mi Salsa tiene Sangunga”, que empieza arriba, y termina imposiblemente mucho más arriba, en una de las rumbas más sabrosas que ha sonado en la música bailable cubana.

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