sábado, 3 de septiembre de 2011

Jesus y los surfistas

Estan por todas partes. Jovenes en tremenda forma física, tostados por sol, muchachas divinas de cabello alborotado. El mercado estaba hoy en la maniana repleto de ellos, los surfistas. Y es que hay un campeonato de surf en mi pueblo y llegaron como 20,000 participantes y turistas. Un millón de dólares para el ganador del evento. Ademas, hay carpas para los conciertos de bandas de rock, stands de comida, pulovers, cosas y pacotilla.

Y mientras yo escogía una bandeja de bistecitos, parado entre una seniora con cara de aburrida y una preciosa surfista triguenia y de piel requetetostada, una empleada del supermercado surtía los estantes. En eso se le acerco otro empleado del supermercado y le dijo que Jesus le había hablado la noche pasada, que le pedia oracion y devoción y hablaban en español, los empleados me refiero, asi que solo yo disfrutaba de la conversación y la mujer le decia amen y yo pensando que el interlocutor de Jesus probablemente le dio un llegue a la yerba magica, que debe estar por todos lados a la luz de este surfing festival que va durar dos semanas… y que ya me empezo a dar dolores de cabeza con el problema del parqueo….

5 comentarios:

  1. nada de búsquedas de parqueos infructuosas! Apueste a ganar el premio. Tome una tabla de surf, ubíquese al centro de la playa, grite y cuando todos lo miren, haga el paso de Rebeca de Saco Pane, el introductorio, contoneese y luego métase al mar. Se lo darán. Amén

    ResponderEliminar
  2. Al pobre Chucho le pasa lo que al Apóstol: cuanto perico hay por ahí volando sin rumbo se le pega.

    Chico, y ahora que tú dices hierba mágica...

    ResponderEliminar
  3. eso, un poco de meneo y san se acabó

    ResponderEliminar
  4. Hemme aqui de regreso de intentar ganarme un millón de baros.

    Tomé una tabla, me fui a la orilla, la gente me aclamó, hice mis primeros pasos de la coreografía y se me tiraron encima una pila de niñas rubias de tostadas piernas torneadas y me decían "Echate pa´llá" y yo no entendía porqué, hasta que me desperté y me encontré a mi esposa empujándome hacia mi lado de la cama porque no la dejaba dormir...

    ResponderEliminar
  5. Coño, havanero tan calentón. Las rubias no estaban incluídas en la escena. Bien por tu esposa. Las mujeres tan sabias siempre

    ResponderEliminar