Yo era muy chico cuando fragmentaron Cuba por primera vez y, de las 6 provincias originales, surgieron nada menos que 14 y un municipio especial, convirtiéndose además la Isla de Pinos en Isla de la Juventud. De aquello me quedaron dos recuerdos: unos inmensos y muy detallados mapas de Cuba que había en mi escuela quedaron obsoletos de la noche a la mañana y ya nadie se preocupó por preservarlos, terminando hechos jirones por el juego inclemente de nosotros, los niños. El segundo recuerdo son las severas advertencias de los mayores si alguien decía Isla de Pinos, pues ese era el nombre asociado al viejo sistema; en aquel ámbito del hombre nuevo la Isla era de la Juventud.
Algo parecido sucedió con las calles, pero en ese caso las imposiciones tropezaron con los límites de la tradición, de tal manera que Carlos III, Infanta y otras muchas avenidas resitieron el embate de los nuevos nombres. Y la gente de la Islita siguieron siendo Pineros y los de Oriente, Orientales.
Ahora estamos ahí de nuevo. Le tocó esta vez a La Habana, la hija pródiga de Habaguanex, ser partida en dos territorios nuevos, y a Pinar del Rio, la cenicienta, ser mutilada, todo porque alguien dice que es más fácil la administración y bla, bla, bla, como si estuvieramos hablando de lugares del tamaño de Brasil..
Para mi Soroa seguirá estando en Pinar del Rio y yo le seguiré diciendo Habana a La Habana, la Habana campo, de donde son los guajiros habaneros, a los que maldita falta les hace pertenecer a una cosa que se llama Mayabeque o Artemisa. Y es que la genialidad de lo sencillo les es tan ajena a los dinosaurios como un Iphone a televisor Caribe...
Habanero la familia de mi esposo, sus padres, abuelos, tios, eran de Artemisa originalmente y la otra parte de Guanajay hace muchos muchos annos, y entonces eran de Pinar. Luego los cambiaron a la Habana campo y mi suegro le siguio "dando" a Pinar en la pelota pues asi crecio el creyendo, pero ya entonces eran de Habana campo que luego ya no era campo. Ahora le volvieron a cambiar sus raices de lugar y cuando le pregunte, "ven aca ahora de donde tu eres y donde quedo la otra parte de la familia de Gunajay en el Maya..ese o Artemisa?" y el pobre me dijo "la verdad, la verdad, ya no entiendo na, yo sigo siendo de Pinar."
ResponderEliminarPobre!
Fermina, es que, además de la obvia necesidad de la pertenencia, las personas necesitan tradiciones. Mira los Estados Unidos: un país joven, con apenas 200 años de historia y con un ansia de tradiciones tremenda. Si te pones a observar, que si el Halloween, que si el Thanksgiving o que si el pueblo con la bola de estambre mas grande del mundo, que si yo desciendo de irlandeses, galos, cherokees y portugueses y vivo en la zona mas antigua del estado, mientras que en Europa cualquiera vive en una casa de 500 años de antigüedad y está rodeado de fiestas y tradiciones cuyo origen se pierde en los tiempos. Pero esta gente está conciente de que las tradiciones cementan el sentido de pertenencia y por eso las están construyendo a paso acelerado.
ResponderEliminarEso que han hecho en Cuba me parece absurdo y el ejemplo que pones ilustra el caso. Artemisa, cuando yo era niño, era el primer pueblo de Pinar cada vez que ibamos de viaje a ver a la familia y nos deteníamos a tomar unos batidos de platano que eran famosos. Y ahora, oye, que sensación de desarraigo mas terrible. Y probablemente ya no haya batidos...
que lío por tu madre. Ya a mí me tocó con todo cambiado y cuando volvió a cambiar pues ni pincho ni corto. Sólo he ido una vez a Artemisa, a casa de una amiga y comí tan, pero tan rico. Recuerdo un flan que hicieron que tenía mucha, mucha leche pura y sabía muy diferente a los flanes que había comido antes. Y recuerdo también unas ruinas de un cafetal de un francés que parece que se empató con una negra y cambiaron muchísimo las prácticas en torno a la esclavitud. Me gustó Artemisa.
ResponderEliminarEn mi casa siempre estuvieron muy claros a ese respecto: la provincia de Granma no existió nunca; Manzanillo, Oriente, y punto.
ResponderEliminarIsla de Pinos es eso, y La Habana también, igual que los españoles siguen siendo gaitos, los árabes moros, los africanos negros y los judíos avaros.