jueves, 30 de junio de 2011

Pobres niños cuasi-bilingües...

Es muy curioso ver como mi hijo va lidiando con dos idiomas. 

En esta etapa ya sustituye correctamente una palabra en inglés por su equivalente en español y aunque la oración sale extraña ya eso denota que está diferenciando claramente que hay dos formas de decir lo mismo. Sin embargo, al deletrear el alfabeto o contar del 1 al 20,  lo hace en un idioma o en otro, no los mezcla. 

Pero lo más curioso es cuando trata de leer palabras sencillas que están en español y a veces las lee en inglés, suena muy gracioso. Y la R, esa nuestra erre, uhmmm, esa no la pronuncia aun, de tal manera que lee carro como carou...

En fin, interesante. He aquí una muestra:


Mira, look!!!

Look, there is a bicho!!!

Sió, Papá is sleeping!!!

Mamá, mira, I did it!!!

Chocololate, please, por favó!!!

Gracias-de-nada!!!

No gusta, no gusta, don´t like it!!!

miércoles, 29 de junio de 2011

martes, 28 de junio de 2011

Frito es mejor

Bueno, a mi la parte de freir que no me gusta es ese tufo a aceite recalentado que es difícil de eliminar, pero... todo lo demás me gusta.

Este fin de semana compré unos discos para empanadas e hice ese plato que los italianos llaman ragú y los cubanos Picadillo a La Habanera, con picadillo de res, cerdo y ternera, aceitunas, alcaparas y pasas, y rellené con eso unas empanadas y por otro lado mezclé mozarella, provolone, cebollinos y aceitunas y rellené otras y mas allá mezclé queso crema con dulce de guayaba y dale con la tercera clase  de empanadas y a freir y riquísimo.

Y como una cosa lleva a la otra se me antojó comer queso frito con salsa tártara y papas fritas, comida típica de Eslovaquia.

Frita, por supuesto.

lunes, 27 de junio de 2011

En el parque

Parque es una palabra que no se dice en vano frente a mi hijo. Dígase parque y él suelta lo que tenga en las manos, deja lo que esté haciendo y comienza a gritar “¡¡¡Parque, parque!!!” y mantiene la euforia todo en todo el camino y lo disfruta como... bueno, como yo distrutaba mis dos parques preferidos allende en mi ciudad.

Uno era un pequeño parque al lado del cine Mónaco, con varios aparatos mecánicos, de los que recuerdo con precisión la estrella y el tiovivo. En este último mi bellaquería preferida era subir y bajar mientras éste estaba funcionando, a veces estrellándome contra la cerca de malla que rodeaba el parque.

El segundo era el parque infantil del Zoo de 26, del cuál recuerdo era extenso y con inmensas canales metálicas y que me resultaba extraña la arena en el piso (e incómoda, pues se colaba en mis zapatos), pero que constituía un buen remedio contra caídas y magulladuras.

Estos parques a los que ahora llevamos a mi hijo tienen otro aire, más de modernidad, con sus canales de plástico multicolor y los creativas estructuras laberínticas que los niños tanto disfrutan escalar. Pero lo más interesante es el piso: está cubierto por una suave capa de plástico esponjoso que cede ante las pisadas y protege en las caídas.

Como con todos los niños, llevar a mi hijo al parque es un reto. Y si bien no hay mucho que se pueda hacer cuando él escala las que ahora se me antojan atemorizantes estructuras metálicas, al menos el piso es suave, lo que yo agradezco con toda mi alma...

viernes, 24 de junio de 2011

Pandora la maga

Pandora, esa a la que le damos un nombre y nos trae música, música y música, me tiene muy entretenido en estos días. Le proporcioné Little River Band y me está devolviendo maravilla.

Me siento otra vez en la casa en aquellas tardes calurosas, en un short con mas huecos que tela, acostado en el piso de mi cuarto y los pies descalzos apoyados en el marco de la ventana, la brisa tibia, el radio VEF al lado y un libro entre mis manos...

jueves, 23 de junio de 2011

El color beige

He leído ultimamente que en un par de décadas los blancos en USA pasarán a ser minoría y al parecer los hispanos van en camino a ser una de las nuevas mayorías. En este artículo se menciona algo de eso otra vez. Terreno fértil para alguna amiga socióloga que anda por ahí...

El tema me toca de cerca pues mi hijo es nacido en USA y por lo tanto estadounidense. En algun momento él y sus descendientes serán parte de las nuevas mayorías y tendrán que lidiar con un país distinto, incluyendo un neo-racismo que seguramente proliferará por esa época. Creo que con suerte me tocará ver el inicio de esa era y,bueno, espero que todo sea para bien... aunque a los WASP les de una sirimba.



martes, 21 de junio de 2011

Racismo amarillento

Mira que uno ve cosas raras en este mundo.

No basta el racismo rampante que me rodea en este país, donde los blancos discriminan a todos, los negros hacen lo propio y los hispanos se discriminan entre ellos. Ahora me encontré con el racismo asiático, que es quizás menos evidente pero no hay que olvidar que, casi recién salido del feudalismo y habiendo aportado al mundo la salsa de soya y las películas de Kung fu, el gigante amarillo viene por la revancha.

En fin, la frase que me motivó a escribir esto es un comentario en un tema sobre parejas chino-negras. He aquí la perla:

"It’s okay if you want to marry, just don’t leave your children/descendents in China. I don’t want future Chinese people to be like those half-black half-yellow people in Latin American countries, with lowered intelligence, having lost the purity of their blood, with only a name to claim”

Vaya, que éramos pocos y parió Katana...

Update: Me encontré este otro comentario:

"I’ve given it some thought, if in the future China can be as developed as America, a lot of foreigners will want to immigrate and become Chinese nationals, but I still won’t accept them, because I feel they wouldn’t be true Chinese people"

Es increíble lo intolerantes que pueden ser los seres humanos y lo escaso de su memoria: los chinos son quizás el mayor grupo migratorio en el planeta en toda la historia...

lunes, 20 de junio de 2011

Las películas del sábado

Un post de Charlene me trajo, o más bien me llevó, a esa difícil y sencilla época, cuando las 10:00 de la noche del sábado era el comienzo de la fruición, del gozo, la cima hacia la cual nos arrastrábamos toda la semana: las películas del sábado. Y es que, efectivamente, no había nada más.

La primera vez que leí sobre la importancia de las películas de sábado en la vida de los cubanos fue en una de esas mordaces historias de H. Zumbado en la cual se describía la angustiosa semana de un tipo que sólo soñaba con ver las películas del sábado y que se quedó dormido justo al comienzo de la primera.

Aquellas películas eran la Ventana, el Balcón, la bocanada de aire fresco, el vaso de agua fría. Allí estaba la oportunidad de asombrarse, de enterarse de que existían cosas maravillosas, de ver como vivía la gente en el mundo exterior, de soñar, de exclamar “Coñóoo...” y quedarse con la boca abierta, como lo hice yo una vez que ví a un personaje de una de esas películas descolgar un teléfono público, marcar unos dígitos y escuchar los mensajes que tenía en la grabadora de mensajes de su casa.

Para algunos era el encuentro familiar, para otros era el escape. Un amigo las veía en casa de la novia y los dos aprovechaban el intermezzo, que por aquellos tiempos se llamaba De Sábado para Domingo, para hacer un amor de conejos desesperados en el descanso de la escalera del apartamento, desierta a esa hora de recogimiento. A alguna novia la dejé en su casa demasiado temprano y rumiando desconfianzas por irme corriendo a ver Dune. Y un apagón me llevó al borde de la desesperación el sábado que por fin pusieron la Guerra de las Galaxias y sólo me quedó el triste consuelo de escuchar el canal 6 por la FM, tratando infructuosamente de entender el puñetero inglés y escuchando fascinado los sonidos de los efectos especiales.

Nunca más he logrado disfrutar de una película con tanta intensidad como en aquellos tiempos. Las he visto en inmensas pantallas o en la sala de mi casa, con sonido THX en un cine o con un ensordecedor 7.1 en mi casa. Pero ya no está aquella dulce expectación, esa sensación de estrenar algo nuevo todas las semanas; el sábado cambió de cara y no me dí cuenta.

¿O será que se acabó la magia?

jueves, 16 de junio de 2011

¿Querías capitalismo? Toma tus estadísticas...

Ayer recibí un documento que me envió mi banco en son de buena gente. En él se describe mi estado de crédito, con pelos y señales, con estadísticas, consejos y gráficas.

Yo desconfío de las estadísticas, o más bien de quién las usa y del uso que se les da. Tal es así que si una persona se come un pollo y yo no me como ninguno, pues estadísticamente los dos nos comimos medio pollo. O el caso de que la economía cubana creció un flamante 8% mientras que la de USA aumentó solamente un paupérrimo 1.8%.

Pero las estadísticas tienen el poder de hacer soñar. A mí, por ejemplo, las cifras que me trajo el documento me ponen contento, si dejo salir al soñador, y me dejan indiferente si suelto al escéptico. Tal es el caso que, según los números, mi crédito es tan bueno como el del 50% de los estadounidenses, lo cual (según el soñador) es un buen logro para quien lleva apenas tres años en el país. O es una mierda, dice el escéptico, si en ese 50% se incluyen los que no están en edad laboral; además, dice el reporte que mi crédito es solamente bueno, todavía no llega a ser muy bueno y definitivamente no es excelente.

Y en este país la regla es que si tienes crédito entonces existes.

La buena noticia es que me dieron unos consejos para mejorar mis números como, por ejemplo, ganar más dinero para demostrar que no vivo al día o esperar a que las tarjetas de crédito y cuentas bancarias tengan más antigüedad. Dice, textualmente, que unos 40 años son más que suficientes para que la cuenta adquiera el linaje requerido.

¿Cómo era aquello de aprieta el no-se-qué y dale a los pedales?

miércoles, 15 de junio de 2011

Frío, frío... caliente, caliente!!!

Lo del calentamiento global es pan de cada día. Como en la canción de Silvio, unos dicen que sí, unos dicen que no y yo no se que pensar, a pesar de datos y gráficas y hordas de científicos. Me preocupa más bien la falta de datos.

Pero ahora hay un nuevo jugador en la cancha, nada menos que el mismísimo Sol. Parece que el susodicho está entrando en una suerte de crisis espiritual, un ciclo de enfriamiento que puede provocar un período de enfriamiento global, cuyo antecedente está en la llamada Pequeña Era del Hielo, cuando las temperaturas en el planeta estuvieron mas bajas que lo normal por un buen tiempo.

En fin, calentando globalmente por un lado y enfriando por el otro creo que tendremos un entibiamiento global y una larga primavera. A comprar SUV se ha dicho...

martes, 14 de junio de 2011

Moralina y verracos

A raíz de que Anthony Weiner haya sido agarrado asando maíz o sea, de verraco con una meretriz, se ha destado una ola de recriminaciones y escándalo y hay un grupo que se desgarra las vestiduras y otro que se echa ceniza en la cabeza ante tanta depravación y otro que junta leña verde para quemar al depravado.

Nada más parecido a los autos de fe del Partido Comunista de Cuba, tenaz perseguidor de esposas díscolas, religiosos y maricones. Es harto conocido el llamado al esposo militante y cornudo al cual ofrecían dos alternativas: o dejas a tu esposa o renuncias al Partido. Los pocos con excepcional sentido de la oportunidad se negaban ante los inquisidores a abandonar la esposa, entregaban el carnet de su militancia, llegaban a la casa y botaban a la esposa, librándose de dos males con un solo conjuro.

Pero regresando a Weiner y la hipócrita sociedad norteamericana, este señor merece lo que le está sucediendo, no por ser un esposo infiel, sino por comemierda. Y es que la sexualidad de cada quién es parte de lo íntimo, no hay razón para publicarla, sobre todo en una sociedad como esta, que de pronto parece de regreso a sus inicios de peregrinos moralistas, pero que en realidad está ávida de escándalo y morbo. Pero no me asombra la tamaña estupidez porque ya había visto cosas parecidas.

En fin, Clinton, el ex-gobernador de NY Spitzer, el Governator y ahora éste infeliz. Y vendrán mas, porque los seres humanos giran alrededor del sexo, es un hecho. 

lunes, 13 de junio de 2011

911 infantil

Mi niño, creciendo entre dos aguas, las aguas del Caribe que le evocamos y las del Atlántico Norte que ve todos los días, mezcla a voluntad español, inglés, frases cubanas y estereotipos de los muñequitos gringos. Y eso, además del galimatías que representa , puede ser hasta problemático.

El pasado sábado hacía yo  las compras semanales, empujando un carrito de supermercado que tiene adosado en el frente un pequeño auto plástico en el que iba sentado mi hijo, muy entretenido con el timón y botones y las cosas que alcanzaba a agarrar de los estantes cuando yo me descuidaba. 20 minutos nos llevó recorrer la tienda, llenar el carrito y llegar a la caja, tiempo más que suficiente para que mi hijo se aburriera y pasara de estado de éxtasis a estado alterado, sin aviso. Y tal fue así que de pronto empezó a gritar “Help, help, ayúdenme, help!!!” y antes que me diera tiempo a ver que sucedía ya tenía a varias personas a mi alrededor, incluyendo un guardia de seguridad y, como por aca está el bilingüe que da al cuello, se escuchaban el What´s going on? con el ¿Pero qué pasa?, y yo muerto de pena explicando que él sólo estaba pidiendo que lo sacara del carrito, que ya estaba aburrido y mi chama gritando Help me! a toda voz y el guardia y un par de curiosos no me sacaban la vista de encima hasta que logré zafar el jodido arnés y sacar del carrito al condenado, que inmediatamante vio un paquete de galletas y gritó “Papá, chocolate!!" y entonces se disolvió lentamente el tumulto, con una que otra mirada de desconfianza, el guardia se quedó dando vueltas un rato más, yo pagué y me fui pensando en que tengo que trabajar con la fraseología de mi chama antes de que un día me caigan a palos.

viernes, 10 de junio de 2011

Zapata show

Yo no puedo desprenderme de esa sensación de que la muerte del desdichado Orlando Zapata sólo ha servido para que todo acabara en un show mediático, para que lo agarraran de bandera oportunista, de socorrido lema... y para que se pudieran exiliar suficientes familiares como para llenar 4 apartamentos en Miami, segun el reportaje que acabo de ver

Pobre hombre, pobre madre.  

Ah, el retiro....

Un colega del trabajo, que entró a trabajar aquí casi al mismo tiempo que yo, se puso matemático a la hora del almuerzo y explicó que si trabajamos en este lugar durante 25 años nos podíamos retirar con el 50% del salario ganado en los últimos tres años y que eso, unido al retiro de la seguridad social y a nuestro seguro médico, daba para vivir retirado en la Florida sin mayores preocupaciones.

Sólo la de mantenerse vivo para disfrutarlo, casi le digo, y me acordé de la casi depresión que tuve mi primer día de trabajo, años ha y recién graduado de la universidad, cuando miré a mi alrededor, al reloj que no avanzaba, a la gente aburrida y demasiado adulta que me rodeaba, y me sentí aterrado por la idea de que el resto de mis días, hasta ese día feliz en que parece me iré a languidecer a la Florida, sería así.

Claro, siempre queda el triste consuelo de las comparaciones crueles: conozco personas retiradas en Cuba, y no sólo los clásicos viejitos de las colas sino que incluyo a ex-coroneles MININT, ex-directores, ex-cuadros de la Revolución, que están incubando demencia ante el olvido en que han caído y el encontronazo con la realidad de los cubanos de a pie.

Vaya, que hay que estar agradecido hasta con ese impredecible futuro que está a un cuarto de siglo de distancia. Y es que a veces falla eso del pájaro en mano mejor que cien volando... o a 25 años vista.

miércoles, 8 de junio de 2011

martes, 7 de junio de 2011

Te creo, no te creo...

Mi carrito ya merecía una afinación. No quise aplicarle aquello de candela al carro hasta que suelte el fondo pues podía tomárselo en serio, así que lo llevé a un taller mecánico donde unos señores con acento sudamericano y aspecto incaico lo recibieron con mucha amabilidad. Allí lo dejé  y  me fui a mi casa. Entonces empezaron las llamadas telefónicas...

“Señor, la catatrepa de la rosca izquierda se ve desgastada, yo que Ud la cambiara...” No gracias, sólo afinación.

“Señor, la correa que va de aquí para allá está en malas condiciones, si no la cambia le va a dar problemas...” No gracias, sólo afinación.

“Oiga, los frenos, se ven muy desgastados, hay que remplazarlos...” No gracias, sólo afinación.

Y así que si un salidero, mangueras fofas, líquidos turbios, vibraciones sospechosas y No gracias, sólo afinación.

Cuando fui a buscar el carro casi me sentí apenado ante la acusadora mirada del mecánico, así que le escuché otra explicación acerca de todos los males que me van a suceder por no reparar las múltiples cosas que demandan ser reparadas y que amablemente me fueron señaladas.

Finalmente, murmurando una semidisculpa al mecánico agorero, le pagué 300 cocos por la afinación y salí viento en maletero, pensando que salí bien librado y manejando asombrado a mi heroico carro que a pesar de todo, como Van Van, sigue ahí.

lunes, 6 de junio de 2011

Cruzando el río

Alguna vez leí que nadie se baña dos veces en el mismo río. Sin ambargo, habria que acotar que tampoco es la misma persona la que entra al río las dos veces.

Hace mucho, cuando visité Cuba después de cuatro años de ausencia (involuntaria), me encontré a un país tan detenido en el tiempo que parecía otro mundo. Si algo había cambiado en ese entonces, éste habría sido yo, incapaz de ver sin asombro mi vida anterior.

He estado en Cuba muchas veces desde entonces. Nunca encontré que algo fundamental haya cambiado. En el camino del aeropuerto a mi casa siempre veo los mismos grupos de personas en las paradas, donde me veo a mí mismo, las mismas calles casi sin señalamientos, como si todavía las recorriera en mi bicicleta, las casas despintadas, las vallas con su agotado mensaje político. Me asombra que me asombren detalles insignificantes, como las chapas de los carros que me parecen ridículamente artesanales y deslucidas.

Paso por lugares que alguna vez fueron parte de mi día a día: el entronque de la CUJAE, Capdevila, Vento, la Fuente Luminosa, la Ciudad Deportiva, Palatino, Via Blanca, el barrio que se cae a pedazos. Encuentro a la gente desgastada , envejecida, pero siempre con una sonrisa franca y una pregunta ingenua.

Si encuentro algo nuevo es en mi casa, que ya no es la misma: hay otros muebles, otros colores en las paredes y todo está más viejo y desgastado. Pero, a pesar de eso, de inmediato la realidad revisa mis recuerdos y todo es igual otra vez: la herrumbre en los balaustres de la escalera, las manchas de humedad en la pared de la casa contigua, la cacofonía de ladridos, diálogos a gritos, música y los metálicos gongs que escapan de las cocinas. Los olores son los mismos y todavía el motor del agua es un tema central.

Quizás vaya de visita en unos meses, si todo sale bien. Quiero ver a mis padres, escucharlos y decirles sonriendo que todo está bien y me iré de nuevo con toda la tristeza que mi país me provoca y con toda la incertidumbre de cuando los veré otra vez, a todos, a mis padres y a mi país.

Todo es parte del precio de vivir aquí y, aunque es ocioso, no puedo evitar preguntarme en ocasiones si no es demasiado.

miércoles, 1 de junio de 2011

A Song of Ice and Fire

HBO y yo no podemos estar equivocados.

Resulta que coincide que estoy leyendo la serie A Song of Ice and Fire y HBO acaba de iniciar la trasmisión de la versión para TV del primer libro de la serie, Game of Thrones.  En unos meses llegará a Netflix y allí la veré.

Pero no será mejor que el libro, de eso estoy seguro...