Raros años aquellos. Robertico Robaina era aún Primer Secretario y había introducido un toque fresco en la liturgia de la UJC. Fue también por ese entonces cuando un amigo y colega del trabajo, militante de la UJC y hombre a todo, me dijo en un arranque de sinceridad: “Es que yo no entiendo porqué hay que reprimir al que piense distinto”. Era época de mítines relampagos, arengas y la bobería en pleno. Rectificación de errores, idoneidad, reducción de plantillas y costos, esas eran las frases de moda.
En uno de esos mítines una señora, entonces compañera, y decíase de ella que era esposa de un funcionario de Comercio Exterior o alguna otra codiciada dependencia, y que había sido ella estrella de carnaval o lucero en un remoto pasado, dicha señora pues, más cercana en aquellos momentos a un planeta esferoidal que a una rutilante estrella, era secretaria del sindicato y voz cantante y parlante en cuanta ocasión hubiera.
El momento que recuerdo en cuestión fue uno de esos mítines, cuya cualidad de relámpago los hacían pasables, ya que obligatorios, cuando, según la recién estrenada tradición, después de los ¡Vivas!, alguien, en este caso casi siempre la activa señora, comenzaba a vociferar “¡El que no salte es yanqui!”... y se lanzaba a hacer unos penosos saltitos, con aquellas piernas cortas y regordetas y toda aquella empella temblequeando. Invariablemente terminaba roja como un inmenso tomate y hediendo a sudor con adrenalina.
Entre toda aquella fauna había también un señor, ya sesentón por aquellos tiempos, con un huevo herniado que le abultaba en el pantalón de tal manera que parecía estar incubando un aguacate. El señor por razones obvias no saltaba, pues en caso de saltar la inercia de aquella potra descomunal oscilando debía estar más allá de lo humanamente soportable. Pero, para no ser menos, hacía una brevísima cuclilla, apenas doblando las rodillas y con los brazos pegados a los costados.
Y nosotros... pues, uno al lado del otro, nos juntábamos tres o cuatro, nos pasábamos los brazos por encima de los hombros y saltábamos a lo Maasai, gritándole a la gordita ” ¡¡Dale, L, dale, que el que no salte es yanqui!!. Y ella saltaba y sudaba y se congestionaba y el otro se movía como un muelle de amortiguación, sonriendo. Y así, y así, hasta el próximo mitin.
Eso me recuerda a las señoras de la Duermevela Mambisa, agitando banderitas y gritando "!Varela, comunista!" entre bocado y bocado, sentadas como flores en sus sillitas plegables.
ResponderEliminarcoñó
ResponderEliminarY eso que no viste a los "factores" criticando a los que preferían dedicar tiempo extra a su trabajo en detrimento de las "actividades". Oye, que por algo todo está tan jodido...
ResponderEliminarY a Ud. que le pasó, N?
H es que su historia está dura. No me imagino - porque no me tocó, claro- una reunión de trabajo que acabe en saltos y con semejante grito. La verdad recordé cuando Charlene dijo que había sido una suerte haber nacido en el 77.
ResponderEliminarhavanero, que ganas tengo de haberte conocido en Cuba. Ná, que me dio por decir eso. Pobre mujer, al final no hay nada más triste que una vedette devenida en orquestadora de mítines partidistas. Pobre mujer. Las vedettes cuando envejecen siempre me parecen muy trsites; envejecen mal. La Rosita Fornés llevaba su ropa a una lavandería que quedaba a media cuadra de mi casa. Ya para cuando era una niña ella era demasiado vieja y yo le miraba el cuello y se lo veía demasiado arrugado.
ResponderEliminarDebe ser fuerte envejecer con tanto alboroto y tantas expectativas; con todos acordándose que ahí hubo mucho y ahora sólo queda alguien que salta en un mitin. me pregunto cómo lucirá Rebeca hoy, que por ahí hay un video en youtube en donde canta una canción espantosa y se ve muy ridícula.
Mira que yo salte!
ResponderEliminarY como dice H en NY, a mi esposo lo tenian loco con eso, porque ese no saltaba ni se reunia ni decia "ji" pa' nadie, y era un lio aquello de que "habia que participar" y no trabajar tanto....si es que te digo!!!!!!!!!!!!
LO del que no salte es yanki creo que fue un invento "robainero" por alla por 23 y 12, pero yo creo que nos ponian a saltar a todos, a los nacidos desde el 59 hasta el 90.....alla no habia quien se escapara del ridiculo. Peor que eso, hubo un tiempo seguramente que lo hice hasta con conviccion...Dios Mio!
N., a ver, si en el ´87 tenías 10 años y en el ´97 20, tiene que haberte tocado algo de esa rumba, porque yo hice mutis precisamente en el ´97 y no recuerdo que la politiquería fuera diferente a, digamos 20 años antes.
ResponderEliminarPero bueno: los mítines, ya fueran de velocidad relámpago o de leche condensada, eran profundamente politizados, como todo allá. El motivo casi siempre era leer un comunicado condenando algo o apoyando algo. Y los “Viva Fidel”, “Viva la Revolución”, “Socialismo o Muerte” (que siempre me tentó responder valga la redundancia) eran cosa común. Con Robertico llegó la época de “Alegres pero profundos” y todo aquello de “Somos felices aqui” y “El que no salte es yanqui”.
La gente pensante de mi generación, en plena decepción o, como dirían los marxistas, en plena toma de conciencia, se divertía con todo aquello, que era un maquillaje juvenil para el viejo status quo que no convencía a nadie, y nos divertíamos burlándonos a nuestra manera, como cuento aquí, por ejemplo, dándole cuero a la pobre mujer aquella.
Por esa época también empezó la epidemia de militantes pidiendo la baja. Y el extremista secretario de la UJC de mi centro, un mulato lánguido que parecía un personaje de Star Wars, dijo que los militantes no renuncian y que, por tanto, al que pedía la baja, había que expulsarlo. Y entonces la gente se le acercaba y le decía, “Brother, vengo a pedirte la expulsión...”
Por cierto, me encantaría saber que fue de su vida, porque ademas de comegofio era medio joeputa...
Fermina, no me recuerdes las convicciones... Cada vez que pienso en eso me acuerdo del Silvito:
Yo también canté en tonos menores.
Yo también padecí de esos dolores.
Yo también parecía cantar como un santo.
Yo también repetí en millones de cantos...
Charly, yo en realidad soy un tipo aburrido, así que me temo te hubiera decepcionado... Pero claro, que sí, hubiera sido un placer para mi también.
ResponderEliminarRebeca... eso es un capítulo aparte, sobre todo porque está ligada a mis buenos recuerdos de Para Bailar y porque, si lo veo a la luz de lo que después vi en México y USA, ya no me resulta raro como se construye un mito.
Pero fuera de la boca sensual, la expresión putanesca y el jadeo en sus aeróbicos, no había más nada, segun yo...
No te creas Hv. Nosotras estuvimos en la universidad desde el 95 al 2000. recien había pasado la crisis de los balseros, la cosa no estaba muy buena, y creo que por esa razón, nadie molestaba mucho. No había ni activismo en contra ni a favor. Al final por el 2000, recuerdo un poco de nueva jodedera, porque hubo una activación con el fenómeno Elían. Pero para eso ya andábamos en tesis. de hecho, no sé si la flaca se acrodará, peor nosotras entramos siendo militantes de la juventud y la dejamos en primer año y no fuimos más a reuniones ni nada. Y todavía tiemblo, porque un día a la flaca la mandaron a hacer una guardia universitaria y dijo que no, que ella no era cvp. Y a mi se me hacía un acto de rebeldía extremo.
ResponderEliminarustedes de alguna forma ya estaban trabajando, y en los centros de trabajo, la maquinaria era diferente. Pero en la época del salte, salte, a los más chicos nos dejaban tranquilos.
No, si la Rebeca lo que tenía era ser amante de...
ResponderEliminarEncontré el video que te decía: http://www.cubaencuentro.com/es/multimedia/videos/rebeca-martinez-canta-saco-pan-de-juan-almeida
Dim si depués de cantar Saco Pan, queda otra posibilidad que no sea saltar en mítines
Oye, pobre Rebeca, yo creo que lo de ella fue un poco de aquello de “Dios me lo puso en el medio pa´mi remedio”. Es decir, al difunto Abrantes, que no se malinterprete la frase.
ResponderEliminarSu destino parecía ser el de las amantes o esposas trofeo, que no son exclusivas de Cuba, yo las he visto en todos lados. ¿Alguna vez viste la pareja de Niurka Marcos, un productor mexicano que parecía primo de Manzanero?
Charlene, por tu madre, ahora sí me pusiste a pensar: ¿Qué cosa es más chea, cursi, kisch y fuera de pico: Rebeca con su look ochentero y su coreografía minusválida o la canción? Por dios, la canción!!!
Mi esposa y yo tenemos un juego que consiste en acordarnos de canciones que fueron particularmente cheas y representativas de esa cosa que en Cuba llamaron género canción. Así salen Farah Maria, Beatriz Márquez, Mirta Medina, Ania Linares, Alfredito Rodriguez, en fin, horrores.
En la próxima sesión me voy a bajar con Sacopane....
Y tienes razón en cuanto a la politiquería, quizas para finales de los 90 ya la gente "no estaba para eso".
tengo un amigo que tiene la mejor memoria para las canciones cheas del mundo. Me tiró unas de Mirtha medina qué pá qué. pero lo de saco pane, es inclasificable, es la cosa más burda que he visto en la historia. Me da verguenza ajena cuando lo veo. Así que no imagino que podrá sentir ella. Es imposible después de saco pane lograr cualquier metamorfosis. Pobre Rebeca Martínez
ResponderEliminarY ahora se me pegó...
ResponderEliminarPolitiquería comimos todxs. Pero, repito, no me tocaron mítines. La última vez que recuerdo haber sido "movilizada" fue estando en el pre que nos subieron a todos en una guagua y nos mandaron al desfile del primero de mayo. Ese día nos fuimos a casa de alguien que vivía por allí en cuanto pisamos Boyeros y desfilaron otrxs. No puedes controlar a tanta gente y nosotras (todas mujeres) ya controlábamos el arte de escapar.
ResponderEliminarDesde entonces no me tocaron ni reuniones del CDR (que en una carta obligada donde debían recomendarme dijeron a secas que yo pertenecía a ese CDR), ni de sindicatos, ni de la FEU, ni de nada por el estilo.
Demasiado picadillo de cáscara de plátano para intolerancias masivas del tipo "la universidad es para revolucionarios". Más bien era la época en la que accedieron a examinarme con un 20% no de inasistencia a clase sino de asistencia. Así que no, no todas las épocas han sido iguales. Y la nuestra fue más bien un desastre. Algo bueno teníamos que tener en medio del caos.
En cuanto a las fechas, mi mutis fue en el 92 y prepárate para carcajadas. "Somos felices aquí" fue el lema del primer congreso de pioneros al que fui de delegada y comecandela de convicción. Entonces estaba becada en Ceiba, 1992, el hambre empezaba a dar sus coletazos. Pues yo iba, la risa cuando quieras, para denunciar que el fruto de nuestro trabajo (en campos de cítrico), que yo creía mega importante para contribuir con la economía, se desvirtuaba por desorganización del tipo: que las naranjas se tiraban semanas sin que nadie las transportara. Me sentía con una misión, ja ja ja. El caso es que el primer galletazo fue que nuestra comida eran las llamadas mesas suecas que me parecieron un derroche vergonzoso, que cada día de regreso a las casitas de tarará para dormir, encima de nuestras camas habían dejado una cesta de frutas estupendas que por supuesto no comíamos y acabábamos botando, que cada día nos desplazaban en un montón de guaguas (esas que luego no eran suficientes para las becas y que acabaron en las odiosas oncenas) hasta el otro lado de la ciudad, y el colmo, que en la plenaria del congreso donde esperaba que se debatiera, el tiempo corrió con cancioncitas y poesías a Fidel. Aquí empezó mi mutis, tenía yo 14 años. Terminó en la universidad, como recuerda Charlene, cuando el azar hizo que se perdieran nuestros expedientes y tuvieran que volver a preguntarnos y dijimos que no.
ResponderEliminarDe donde sacaron esa Sacopan porfavorlavida??? Eso fue en horario estelar, con jevita codiciada..pal carajo, que cosas que consumimos por Dios!!! y que haya alguien que haya cogi'o el tubo para eso!! y uno despues dice que la Trevi...
ResponderEliminarJe, je, ya Fermina lo dijo por ahí, todos pasamos por lo mismo.
ResponderEliminarBueno, ese fue tu mutis espiritual, me imagino que el físico haya sido mucho después.
Mi mutis espiritual fue poco a poco. Hoy escuchando una pregunta incontestable, mañana preguntando yo una parecida y así. Y también tuve esos momentos de ingenuidad, sólo que (ahora ríete tú) me duraron mucho más allá de los 14 y hasta de los 20. Esos comentarios como que "Fidel no puede saber que estás cosas están pasando..." no eran nada raros en mí.
Al fin fue una burbuja que explotó sin que me diera cuenta a ciencia cierta cuando se llenó. Y, aun después de la explosión, siguió siendo poco a poco.
Tal es así que un día, apenas con un par de meses en México, en casa de una que fue mi amiga , ella de familia acomodada e ideas izquierdosas ya que no de franca izquierda, escuchábamos a Silvio y me salieron lágrimas cuando escuché el Necio.
Ella quedó un poco turbada y claro que me preguntó. Y yo le dije que estaba sudando la fiebre de la doctrina, que eso se me pasaría...
Oye Julio, tú viste eso? Charlene que no sé de donde lo sacó. Yo no me acordaba de esa cosa y ahora la tengo pegada...
ResponderEliminarNiño, por tu madre, la cosa era para dar cuero, no para que anduvieras tarareando. Hasta un reguetón te permitíría. Oye, nada más que para chismear un poco, bajito te pregunto: ¿la compañera izq. y mexicana, de familia acomodada era la del "penétrame"? Sólo para saber...
ResponderEliminarPor cierto, yo he notado que desde que etsoy en Chile he pasado a una fase superior del mutis (ya hora me río, porque tu debes pensar que aún no llego a mi punto máximo, pero presiento hv. que hasta aquí llegué, o quién sabe). El caso es, que por ejemplo, palabras como dictadura a mi me sonaban muy fuertes y en méxico ni por asomo me pasaban por la cabeza. Acá el tema de la dictadura es tan fuerte, que de pronto un día dije que Cuba era una dictadura y me quedé consternada, pero a la vez me sentí super liberada. Al final me da lo mismo como le llamen, pero bueno, en términos de reconversión personal, evidentemente, llegar a Chile me movió muchas estructuras.
ResponderEliminarLichi decía que los cubanos en méxico eramos "gusañeros"; ni gusanos ni compañeros. Tan sabio el lichi como siempre.
Ne, Penetrame fue mucho despues. Esta fue, uhmmm, llamemosla La Dama Orgasmo...
ResponderEliminarCharlene, tu eres tremenda chismosa, oye... ;)
sí, sí. Tú no sabes ná
ResponderEliminarjajaja, ricemos el rizo. Mi mutis ha sido espiritual, físico, yyyy, psicológico. Porque oye la revo es como Dios que está en todas partes. Del espiritual hemos hablado, aunque Charlene con eso de la dictadura me ha recordado cuando llegué a España y me dijeron como una obviedad: ah, la dictadura. Y yo desencajada y diciendo que no; y mi amigo que me decía: a ver dónde están las elecciones. Y yo: claro que hay elecciones. Y mi amigo que me dice: hombre ya, con un único partido. Y yo: pero, Ups! So, el espiritual... !ay qué comedura de cabeza!
ResponderEliminarBueno pues el físico, que en realidad es anecdótico (la decisión la había tomado dos años antes, dos años que me parecieron eternos), fue en el 2005. Y el psicológico, que para mi es la sensación de hartura, amargura, cansancio, horizontes ausentes, encerrarse en casa, no tener ganas de ná. Ese fue en el 2000, cuando en septiembre comenzó mi vida laboral, que en Cuba, oficialmente, apenas duró dos años. Lo único bueno de ese período fue que encerrarme en casa me llevó a cuidar de mis abuelos y los disfruté demasiado. Es de hecho la piedra que más me pesa. A veces pienso que la vida me permitió vivirlos intensamente esos dos años porque sabía que venía esta distancia... Pero por suerte siguen con vida y yo siento que me esperan.
Es terrible enfrentar decepciones de esa magnitud. Yo obviamente tambien pase por eso y te entiendo
ResponderEliminar