Bueno, viendo este reality
show “Silvio, Pablo y los trapos al sol” hay varias cosas que se
me ocurren:
¿Quién es el gran
perdedor en este cat fight?
¿Es este un signo de los
tiempos, la cagástrofe y y lo sórdido justo antes del derrumbe?
Y escuchando de nuevo a
Silvio en “Y nada más”, por culpa de cierta niña que se sienta
al borde de una guardarraya, me pregunto:
¿A cuantas niñas habrá
tumbado el mísero con su aire de mosquetero famélico, su
cachito de voz y el ariete de su poesía?
PD: Por cierto, si alguien necesita un purgante o emético o un tip de cómo ser servil, adulador y lameculo, puede leer los comentarios en el blog de Silvio. Se deshidrata uno...
Oye, que si esta historia sigue dando, le vamos a dar el diploma a Silvio y a Edmundo de los hombres que más consenso han generado en el destierro: todos estamos de acuerdo que son tremendas m..rdas.
ResponderEliminarPor lo menos en Edmundo no me sorprendió...
ResponderEliminarEh, usté perdone, querido tiíto, pero en la guardarraya esa se pierden a veces flacos pelilargos, guitarreros y muertos de hambre adictos al sexo poco ortodoxo? Para no pasar por ahí digo, que los vicios se pegan...
ResponderEliminarAhi pasa de tó, cuídese Ud de tentaciones...
ResponderEliminarMe cuido, me cuido. Son ellas las que me persiguen.
ResponderEliminarY entre Silvio y Pablo el que gana es Osvaldo Rodriguez, hands down.
jajajajajajaja
ResponderEliminarJa, que viva mi bandera, viva nuestra nación, viva... no, no, no hay que exagerar.
ResponderEliminarVivamos nosotros.
Mijo, la opción es Sara con su lelolei lelolaila. Me quedo con el ciego, que al menos tiene coartada.
ResponderEliminarJaaaaaa, la partiste....
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