Estaba yo en segundo grado
de primaria, y ese día estábamos cuatro o cinco amigos en casa de
uno de ellos. De repente, el niño anfitrión nos dijo que tenía una
cosa que enseñarnos.
Abrió entonces un
escaparate y sacó totalmente la gaveta más baja, dejando al
descubierto el fondo del mueble. Y allí había un sobre. Y en el
sobre, un montón de fotos pornográficas, de sexo en grupo, en
blanco y negro, y a cada participante le habían colocado una franja
negra que le cubría los ojos, a modo de protección de su identidad.
Nos miramos perplejos,
riendo nerviosamente, pues la verdad, ni siquiera entendíamos de que
se trataba. O al menos, yo no lo entendía.
“Asi se hacen los
niños”, dijo nuestro avezado amigo, antes de regresar el sobre a
su escondite y la gaveta a su lugar.
Tenía yo por entonces 7
años.
…....................
Ayer:
“Papá,
sexy es quitarse la ropa, ¿lo sabías?”
Y yo doy un respingo
mental, mirando al frente, el volante sujeto firmemente.
“No, sexy no es quitarse la ropa. ¿Quién te dijo?
“Nayeli... ¿Sexy es mala palabra?”
“No, sexy no es quitarse la ropa. ¿Quién te dijo?
“Nayeli... ¿Sexy es mala palabra?”
“No, no
es mala palabra, pero es un concepto que no tiene que ver con
los niños, sólo con los adultos”
“Entonces ella dijo mentiras... ¡Liar, liar, pants on fire!”
“Majomenos...”
“Entonces ella dijo mentiras... ¡Liar, liar, pants on fire!”
“Majomenos...”
.........................
Mi hijo tiene por este
entonces 6 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario