Iroel Sánchez,
escriba, se lanza nada menos que contra los noruegos, haciéndose eco, nada menos, que del líder histriónico de la involución, y pone, además, algo de su cosecha copy-paste.
Entonces el
embajador de Noruega en Cuba lo honra con una respuesta, y le
recomienda que escriba con cualquier sobre duda sobre la OTAN y su
actual Secretario General, y ex-presidente de Noruega, Jens
Stoltenberg, a un correo electrónico de dicha organización.
“Con respecto a su
pregunta sobre el secretario de OTAN mi sugerencia es que usted tenga
el valor de dirigirse directamente a la organización
correspondiente: pao@fchd.nato.int”, le dice el diplomático
al amanuense.
Y responde entonces el pobre
hombre:
“Sr embajador:
Para un cubano no es necesario escribir a la OTAN.
Pertenezco al pueblo de Fidel Castro; el hombre que hace algunos años en una Cumbre UE – América Latina efectuada en Brasil cuestionó la doctrina de la OTAN y aun nadie ha tenido el valor de responderle.”
Esta es de esas ocasiones en que me tienta poner un cartel en mi casa, en mi carro, frente a casa de mis amigos, y en Times Square que diga:
“¡Yo soy cubano, pero no tengo nada que ver con esa gente!”
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