Cosas tan absurdamente extrañas, como llamarle
cuentapropismo a la iniciativa privada, o asombrosamente ridículas,
como declarar privatizable el uso de baños públicos, y valga la
paradoja, o francamente enigmáticas, como prohibir (ah, les encanta
prohibir) el cuentapropismo (je, je) usando juegos de video, o
proyectando películas 3D.
Es entonces el regreso, por decreto, al 2D. Es la voz
de mando que ordena abandonar lo tridimensional y volver a lo básico,
a lo plano.
Plano, como la mente de esa gente gris.
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