viernes, 27 de febrero de 2015

De filias, fobias, y Damas de Blanco

Todavía no entiendo bien.

Aun después de ver la entrevista que Antonio Rodiles realizó a Berta Soler, actual líder de las Damas de blanco, y a Leticia Ramos, la representante de dicha organización en Matanzas, sigo sin saber a ciencia cierta qué fue lo que dio origen a la protesta de Alejandrina García de la Riva, disidente de la disidencia, y al mitin de repudio que las Damas de Blanco le dieron a una Dama de Blanco.

Tratando entonces de sacar algo en claro, veamos lo siguiente:

Que Alejandrina García dice que Berta Soler es autoritaria, intolerante, y que maneja a las Damas de Blanco (DDB) como si fuera su feudo particular, excluyendo de la organización a quien ella considere no adecuada. O sea, Berta Soler estaría haciendo lo mismo que hace cualquier otro líder de grupo u organización política en cualquier país del mundo, que administrara de acuerdo a estatutos, egos y conveniencias.

Que Alejandrina García dice que todo se origina al intentar ella reclamarle a Berta Soler –y ya a estas alturas se me hace evidente que esto es un conflicto entre estas dos señoras, y no de la Alejandrina vs DDB–, que Berta Soler le dice que ni siquiera puede marchar con ellas (?) y que cuando Alejandrina lo hace, le dice entonces que es una provocadora.

Que Alejandrina fue al Té Literario, o sea, a la ocasión y lugar donde recibió el mitin de repudio, y donde fue advertida que debía irse, pero que no lo hizo, porque obviamente no había tenido una oportunidad para hablar y ser escuchada con tranquilidad y, claro, en democracia.

Que aquí es oportuno señalar que Alejandrina García –a la que, por cierto, Berta Soler se refiere llamándola por el nombre y los dos apellidos, a la usanza de la oficialidad del MININT– ya tiene salida definitiva del país, por lo que me cuesta trabajo pensar que este conflicto sea sólo una pugna por el liderazgo de la organización pues, DDB, fuera de Cuba, es sólo un recuerdo… a no ser que haya un grant para líderes de DDB exiliadas del que yo no conozco, pero eso, claro, es especulación.

Que Berta Soler y Leticia Ramos dicen que Alejandrina García ha actuado como mula, y que eso la descalifica como DDB y que por ello iba a ser “analizada” en un consejo de dirección, etc. Sólo me queda la duda de si vender cucuruchos de maní en una parada de guagua también sería invalidante para militar en las DDB.

Que eso de decir que Berta Soler “le dejó la comida a la Seguridad del Estado” tiene poco sentido, y aún menos clase.

Que el acto de repudio DDB vs DDB, pues parece haber sido sólo una reacción histérica y desproporcionada de un grupo de damas instigadas y exaltadas, y parece que Alejandrina navegó con suerte, pues hasta golpiza estaba en ciernes.

Que a Berta Soler, o se le fue de las manos la grey, o se le fue de las manos el represor que todos los cubanos llevamos dentro.

Que el que tomó y subió el video, de manera tendenciosa, es un chivato infiltrado, lo cual sugiere que hay siempre que tener a un propio contrafilmando, sobre todo si se planea privar de la palabra y reprimir a la usanza de los represores.

Que en todas las organizaciones hay pugnas por liderazgo y quitate-tú-pa-ponerme-yo.

Que el dinero es la raíz de todos los males.

Que, si en algo coincido con Berta Soler, es que las DDB, como organización y símbolo, van a sobrevivir rencillas, egos y conflictos. O al menos, eso espero.

Que es penoso que esto haya sucedido, porque las DDB han ganado, literalmente, un espacio público que ningún otro grupo opositor había logrado con anterioridad.

Que, si en algo coincido, esta vez con Rodiles, es cuando dice que las DDB son el grupo más importante de la oposición en Cuba, por su valentía, por lo que han logrado, y por su visibilidad.

Que Berta Soler y Rodiles tienen la misma posición, pro embargo/bloqueo y anti diálogo, lo cual se encargó astutamente Rodiles de confirmar y de poner en labios de sus entrevistadas. Y que Berta Soler hace extensiva esa posición a la organización, a todas las damas que la componen. Y que eso, pues no creo que sea así.

Que, llegado al final de este texto que escribo, creo que ya empiezo a entender.

Y que, además, estoy cada vez más convencido que mi principio de no afiliarme a ninguna organización, partido, ideario, corriente, taller, filosofía o grupo, es de lo mejor que se me haya ocurrido en mi ya larga vida.

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