Atrevido por comparación, tibio por
necesidad, ambivalente por supervivencia, plagado de lugares comunes,
quién sabe si por hábito, convicción o convención. En
fin, ingenuo, por momentos, pero interesante.
Casi desisto de
leerlo cuando me encontré, justo en la apertura, “ Los
cambios que tienen lugar en la isla están condicionados por una
doble amenaza: el bloqueo estadounidense y la existencia de una
burocracia terca a perder el control de la nación” Uff...
Pero decidí ser tolerante, y seguí leyendo.
Y para los que
perseveran, siempre hay algo simpático en estos asuntos:
“Sería ingenuo creer que no existan
corrientes de pensamiento diversas en el aparato político cubano
(enmarcadas dentro del propio socialismo), que no hay cenas nocturnas
entre grupos y no se habla de cuestiones esenciales en lugares
informales.”
Pues Lage y Felipe Roque pudieran
contarle sobre el menú.
En fin, cosas de la Cuba Teodora, que
quiere, pero no quiere...
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