viernes, 9 de mayo de 2014

Eso que anduvo

Leyendo este extenso, pero muy buen texto de Carlos M. Alvarez, donde, entre otros, se compara la música de Van Van con la salsa portoriqueña-niuyorquina, me acordé, cómo no acordarme, de mis objeciones de siempre.

La salsa es monótona, porque sigue un molde, una fórmula que la hace fácil de escuchar y bailar: demasiado fácil. Por eso es un éxito comercial.

La música de Van Van me jode con su maldición de los tres minutos: hay que escuchar y bailar unos tediosos y aburridos tres minutos, para que por fin llegue lo bueno, los estribillos, el estallido que pone la cosa buena, y entonces uno no quiere que aquello se acabe nunca. Pero, desgraciadamente, por eso Van Van ni fue ni es éxito comercial.

La gente quiere la cosa light, simple de escuchar, fácil de bailar, cantantes cuyo decir y dicción se entienda. Y Van Van le canta solamente a los cubanos, que son los que los entienden.

Nadie mejor que el mismo Formell lo ha dicho: la música cubana es a la salsa, lo que el rock pesado es al pop. O algo así.

Y Van Van, es para conocedores.

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