Unos cinco años
después de haberme establecido en el extranjero, regresé
a Cuba de visita por primera vez.
Regresé a una
ciudad gris. Que ya era gris cuando yo me fui, pero yo no lo sabía.
Y no lo sabía, porque
uno sabe que las cosas están mal en Cuba, pero sabe cuán
mal están solamente cuando conoce el mundo exterior.
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