HenNY-móvil

Mi carro viejo fue un héroe. Llegó a las 210,000 millas con el motor y trasmisión funcionando de maravilla. Pero, desgraciadamente, todo lo demás había comenzado a fallar. Que si el módulo de control de las luces, que si el motor de arranque, que si la dirección, y ya este año iba por casi 2,500 del alma en reparaciones.

Y el lunes, cuando llegué a la casa, el indicador de temperatura estaba pegado al rojo y salía vapor por la tapa de motor. Mal síntoma. Abrí el capó y en medio de una nube pestilente se escuchaba como si estuvieran friendo cosas allá dentro. Se estaban apilando los malos síntomas. Esto es, me dije, o el sensor de temperatura del agua o la bomba o el ventilador del radiador o algo que no sé o todo junto. Bajo cualquier circunstancia, no menos de 500 duros, joder, así que, le dije cerrando el capó, hasta aquí llegamos tú y yo.

Tras consulta con la que manda, escogimos a un par de candidatos y así, el martes, me levanté, llamé al trabajo, pedí vacaciones, y me fui en mi humeante carrito una agencia Nissan a buscar un nuevo HenNY-móvil.

Y he aquí que, después de unas tres horas y pico de espera, atendido por un amable tipo que se parecía al calesero Julian, me entregaron al susodicho. Debo admitir que, mientras esperaba la llegada del carro-grúa que se llevaría a mi viejo carrito y pasaba mis escombros de un carro a otro, tuve algo así como remordimientos, un poco de tristeza, pues el viejo carro me dió tremendo servicio y, vamos, era como parte de la familia. Todavía siento un poco así, de hecho.

Pero nada, a otra cosa mariposa y ya salí de la preocupación del carro viejo para entrar en la del carro nuevo, porque, olvidé mencionar, hay que pagarlo.

Y es que, gracias a esa maravilla monstruosa que es el capitalismo en USA, llegué a la agencia y dije “Quiero ese carro, no quiero dar enganche y necesito una mensualidad razonable” Y así fue como tengo un carro nuevo por el que no he pagado un dólar aun.

Nada, que al capitalismo lo sostiene la clase media que tiene esperanzas, y las esperanzas de la clase media se llaman crédito. Economía de bodega 101.

A lo PD: Se aceptan donaciones...