Yo leí “Las Mil y una Noches” unas 1002 veces. Hasta mis amiguitos en la calle me decían que yo hablaba raro, porque de pronto me salían frases medio anacrónicas. Decir que una historia fue mi preferida es difícil, pero Aladino, aun siendo una narración tan llevada y traida, definitivamente estaba entre ellas. (otra compilación de las releídas ad nauseam, El Decamerón)
En fin, de acuerdo a la historia, Aladino era un muchacho huérfano, pobre, listo, que adoraba a su madre y con tremenda calle. Lo demas, pues es conocido: este muchacho de humilde origen obrero-campesino tiene tremenda suerte y se las arregla para burlar a un mago maloso magrebino, a genios, trampas mágicas y a una cruel sociedad medieval y adquiere gran fortuna y poder y termina casándose nada menos que con la hija del sultán. Es decir, el orígen de cuanta historia rosa se ha escrito después acerca del pobre que se gana la lotería y se casa con una supermodelo, majomenos. (Mensaje por demás cuestionable, pues la idea es que uno trabaje y se gane un lugar en la sociedad, no que se siente a esperar la lotería, pero eso es otra historia)
Pues el hecho es que entre los libros de cuentos infantiles en español que le leo a mi hijo hay una versión, por supuesto hipercorta, del cuento de Aladino y la Lámpara Maravillosa, elaborada nada menos que por la Editorial Gente Nueva, reinterpretada la historia con largueza, como hube de notar.
Resulta que las tres primeras páginas del librillo describen a Aladino como un niño vago, muy vago, que le ponía almíbar en el culo a un burro cargado con fruta para que lo picaran las hormigas y el burro se enloqueciera, coceara y de esa forma se creara un caos en el zoco y Aladino pudiera robar la fruta impunemente. Es decir: vago, cruel con los animales y ladrón.
Por otra parte, resulta también que en estos tiempos le estamos inculcando a mi niño el sano hábito de compartir y de respetar lo ajeno. No debes tomar lo que no es tuyo, es el credo de cada día. Y él lo está tomando muy en serio.
Todo lo anterior ha provocado que yo no haya podido pasar de las consabidas tres primeras páginas del libro, pues mi niño se ha quedado muy preocupado con la historia y cada vez que llegamos a la parte donde Aladino se sienta en un muro a comerse la fruta robada, mi hijo dice “No es tuyo...” y regresa a la página anterior a observar de nuevo el caos de leche derramada, frutas en el suelo y tiendas derribadas por el burro y me vuelve a decir, “No es suyo...”
Creo que voy a crear mi propia historia de la versión original...
Bienvenido. Yo he optado por leer TODO antes y luego dárselos, porque varias veces cometí el error de leerselos sobre la marcha y luego me daba cuenta que el libro merecía una censura.No solo te pasará con Gente Nueva, porque en todas partes se cuecen habas (disney se las trae). Trata de encontrar libros argentinos para niños. Ellos tienen cosas muy buenas.
ResponderEliminarSi, las argentinas y la carne de res...
ResponderEliminarEn serio ahora, los buscaré.
Y yo iba a recomendar algunos libros de cuentos muy lindos, pero mejor me callo porque veo que la conversación lleva destino al Paraíso otra vez...
ResponderEliminarDale, recomienda, que este es para todas las edades
ResponderEliminarRecomendaciones: todo lo de Astrid Lidberg, la autora de Pippa Mediaslargas. Sus libros son maravillosos, así de simple. Y Los Mumines! No te olvides de Los Mumines.
ResponderEliminarSe me ocurre un cuento que lo hará reir, te lo dejo mañana allá en mi cuarto.
pippa tiene que estar. pippa es lo máximo.
ResponderEliminary para cuando esté más grande, no te pierdas papelucho (veo que tienen versiones de audio para público de por allá arriba)http://www.papelucho.cl/papelucho/libros.htm
Los cuentos de Disney pa trauma...entre el pobre Bambi que se queda huérfano y allá va llanto, hasta Simba con el cabrón de su tio (menuda familia)...
ResponderEliminarCharlene, también leo los libros de mis sobrinos antes de llevarlos a la tierra, es la mejor opción!