lunes, 3 de marzo de 2014

Dis-Similitudes de lunes

El tema de la migración de orientales hacia La Habana en la película “Conducta” está tratado de una manera superficial, manipuladora y melodramática.

La migración desde provincias a las capitales, o desde el campo a las ciudades, es un generalizado fenómeno tercermundista. Y se debe, simplemente, a la búsqueda urgente de mejores oportunidades.

En el caso de Cuba, el gobierno inepto e ineficiente nunca ha sido capaz de crear oportunidades para nadie, mucho menos para los ciudadanos de provincia. Ergo, estos migran hacia La Habana, la cual, a su vez, tiene un endémico problema de vivienda, que el dicho gobierno inepto e ineficiente tampoco ha sido capaz de resolver.

Entonces los inmigrantes, con ese agudizado sentido de la supervivencia del que a veces carecen los locales, ahora ocupan muchas de las nuevas y escasas viviendas que se han construido en La Habana. Y siguen llegando.

Y la solución del ya dos veces mencionado gobierno inepto e ineficiente, no es crear las oportunidades necesarias en los lugares de origen de los migrantes, o construir más viviendas: es deportar.

Hay casas en La Habana donde se apilan 4 generaciones. En la población de La Habana, el 16% son orientales.

En Crimea el 58% de la población es Rusa, 24% ucranianos y 12% tártaros de Crimea.

Crimea, al menos estadísticamente, parece rusa.

Hay dos asuntos por resolver ahí: las oportunidades para los orientales, y las casas para los habaneros.

Porque, a los rusos, no hay quién los saque de Crimea.

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