jueves, 13 de junio de 2013

Sin perder la cordura...


Y yo, que ya tuve mi dosis de prohibiciones por lo que me queda de vida, y que a la vez creo que los saggy pants son uno de los pináculos de la falta de swing y la cheada, me pregunto, ¿prohibir una forma de vestir a las personas, aquí, en the land of the free y el home of the brave?

¿O será que están de vuelta los peregrinos del Mayflower y no me enteré?

Y he ahí que estoy entre dos aguas, entre el rechazo que me provoca esa indumentaria y el que me provoca la limitación de las libertades individuales.

Pero, en cualquier caso, nunca se debe dejar a un lado la selectividad, porque hay prohibiciones que vaya, no sé, no sé, hay cosas que rebasan cualquier enmienda a la Constitución...



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