"Ayer estaba sentado en el patio viendo a mis padres envejecidos pero aun luchando y trabajando lo que pueden….. en fin me dio una tristeza del carajo porque me he perdido muchos años de ellos y no los podre cuidar en la recta final, empecé a recordar los tiempos de chama donde eran unos leones tusaos y de ahí salte pa la melancolía cubana, de pinga……..empecé a extrañar mi taller en la casa, la bicicleta china, la casa de la costa, la pesca, el aire de mar, la cama con bolas y huecos en el colchón, el panque duro de la bodega, la yuca, las medias remendadas, la ropa vieja y desteñida, los hornos de carbón, los papalotes de cartón, las cuevas del paredón, la siembra, los chivos, la recogida de macaos, el farol Coleman, el giniguano frito, la rabirrubia, y una infinidad de cosas a veces malas pero que extraño como si fueran buenas. En fin me tome un medasepan y a dormir."
De un e-mail de un amigo
"No hay tijeras que acierten a cortarlo, siempre a juntarse vuelve y a aferrarse. Es el dolor de la separación, que sabe al alma como ninguno"
ResponderEliminarVenía escrito en la primera página de un libro que leí siendo muy pequeñita, cuando no podía siquiera imaginar que un día comprendería demasiado bien lo que significaba.
De todos los descalabros imputables, el haber condenado a tres generaciones al desarraigo y a la distancia es lo menos perdonable.
Exactamente. Tres generaciones desgarradas, unos añorando, otros declarando que ya no tienen que ver con "aquello", como si uno se pudiera arrancar la cubanía.
ResponderEliminarEs un tema pendiente que merece que se lo cuente al blog, mas adelante...