“Mi cuñado está construyendo un establo en su casa de Shelter Island", me dice el coworker, "Mientras excavaban los cimientos, encontraron unas tumbas de indios Shinnecock. Le avisaron a las autoridades y lo que ganaron con ello fue que vinieron unos indios a protestar frente al ayuntamiento. Al final siguieron protestando, y eso a pesar de que se decidió dejar los restos en el lugar. Y menos mal que le permitieron a mi cuñado seguir construyendo su establo.
Mira, yo no entiendo a esa gente, ¿qué mejor les puede pasar a esas tumbas que tener encima una losa de concreto?”
Y, mientras el hombre me miraba con sus ojos azules y ligeramente estrábicos, esperando en vano mi frase de solidaridad con los terribles problemas de su cuñado, yo pensaba que el orine y las bostas de los caballos seguro no son las ofrendas que los indios Shinnecock quisieran para sus ancestros.
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