Fuimos invitados a una megapachanga en casa de un señor que había presentado 4 veces para la ciudadanía americana, y fallado todas, y que en esta quinta vez estaba celebrando el triunfo. Graves problemas con el inglés, me decía sonriente,con los ojos brillantes y una cerveza helada en la mano.
Alegría, luces, música, piscina iluminada, comida abundante, buena compañía, tarde-noche tibia-fresca. Qué más se podía pedir, pensaba yo mientras el señor salía de la casa con la estrella de la noche en sus manos: el documento extendido por los U.S. Citizenship and Immigration Services.
Mientras todos sonreíamos, y lo felicitábamos de nuevo, la primera persona que tomó el documento en sus manos, una rubia pequeñaja y tetona, levantó la vista, sonrojada, y le dijo:
"Oye, pero lo que dice aquí es que NO aprobaste el exámen..."
Y en medio del espeso silencio que siguió, el hombre tomó el domuento, ajustó la distancia para burlar la presbicia, leyó la sentencia, puso el documento sobre una mesa cercana y dijo con su acento caribeño:
"Pueh yo no voa pará la hijoeputa fiehta poresa vaina, la próxima vé será..."
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