viernes, 9 de enero de 2015

La discreta muerte de un ególatra

"¿Del tirano? Del tirano
Di todo, ¡di más!; y clava
Con furia de mano esclava
Sobre su oprobio al tirano."

Martí


Una vida de bravatas.

Amenazando, denostando, hablando, hablando, hablando, por horas, tres, cuatro, cinco, siete horas, siempre invocando un apocalipsis redentor, demandando, que digo, exigiendo sacrificio tras sacrificio tras sacrificio, mercachifle ofreciendo a cambio la patria o la muerte, o lo que es peor, el socialismo o la muerte. Nunca esperanza, siempre la muerte. Hablando, hablando, obsesivamente, sobre un solo tema, todos los días, en cada ocasión, en la televisión, en el radio, en entrevistas, en arengas, en libros, en discursos, en su país, en ajenos, en ciudades, en pueblos, en escuelas, en estadios, en la plaza secuestrada, en sus periódicos, hablando, hablando, hablando, siempre hablando, sobre el enemigo, su imprescindible enemigo, su némesis, el enorme, su Goliath privado, la causa de todos sus males, el implacable, el feroz, ese monstruo imperialista que ha matado a muchos niños, y que Martí lo había dicho, y Maceo. Que los mambises lo sabían, y que los taínos lo intuyeron.

Años hablando. Lustros, décadas, medio siglo, hablando, de lo mismo. Tres generaciones hablando. De lo mismo. Una vida.

Y se le gastó. Se le gastó la vida en ello. En hablar. De lo mismo. Y entonces ahora, como en último acto de un vaudeville barato, cuando el enemigo ahora es amigo, cuando por fin todos quieren escucharlo decir algo, ahora ya no habla.

Ya no puede.

Inclusive parece que ahora, que se quedó sin voz y sin enemigo, ahora, pues ya se muere.

4 comentarios:

  1. Tarde pa'mi. Ya me da lo mismo. Si hubiera ocurrido hace 20 o 30 años, pero ahora, ahora preferiría que siguiera consumiendo lentamente mientras todo se desploma a su alrededor y que pudiera escuchar la más atronadora trompetilla masiva a toda su mierdorragía y que alcanzara a ver, mientras le cambian el saquito de mierda desbordado, como se derrumba todo por lo que nos hizo sufrir tanto.

    ResponderEliminar
  2. POEMAMA DE BENEDETTI ACERCA MUERTE DEL TIRANO

    Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren
    Obituario con hurras
    Vamos a festejarlo
    vengan todos
    los inocentes
    los damnificados los que gritan de noche
    los que sueñan de día
    los que sufren el cuerpo
    los que alojan fantasmas
    los que pisan descalzos
    los que blasfeman y arden
    los pobres congelados
    los que quieren a alguien
    los que nunca se olvidan
    vamos a festejarlo
    vengan todos
    el crápula se ha muerto
    se acabó el alma negra
    el ladrón
    el cochino
    se acabó para siempre
    hurra
    que vengan todos
    vamos a festejarlo
    a no decir
    la muerte
    siempre lo borra todo
    todo lo purifica
    cualquier día
    la muerte
    no borra nada
    quedan
    siempre las cicatrices
    hurra
    murió el cretino
    vamos a festejarlo
    a no llorar de vicio
    que lloren sus iguales
    y se traguen sus lágrimas
    se acabó el monstruo prócer
    se acabó para siempre
    vamos a festejarlo
    a no ponernos tibios
    a no creer que éste
    es un muerto cualquiera
    vamos a festejarlo
    a no volvernos flojos
    a no olvidar que éste
    es un muerto de mierda.
    Mario Benedetti

    ResponderEliminar
  3. Andres, mas o menos lo que pienso. Anonimo, mostro Benedetti, gracias por ponerlo

    ResponderEliminar
  4. Gracias a ti por lo que escribes. Gracias por enviarmes tus trabajos al mail

    ResponderEliminar