A riesgo de sonar racista,
asumo el riesgo, y digo que, conociendo ya de primera mano la
idiosincracia y preferencias locales, y puesto entonces a escoger,
resulta que tener ascendencia hispana, y cubanía bien llevada, además de poseer natural acceso a toda esa cultura nuestra, y a este maravilloso
lenguaje que es el Español, es un orgullo y un tremendísimo privilegio.
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