Y he ahí la
esencia del hombre de negocios exitoso, pragmático
y cínico, como buen hombre de negocios, o como un político.
Toda la filosofía
del buen negocio queda resumida en esa frase, donde cabe cualquier cosa: desde impuestos light,
hasta devolución de propiedades.
Si alguien esperaba
otra cosa de un empresario de ese calibre, pues es un ingenuo. Y si
alguien esperaba que el gobierno cubano no negociara con ese hombre,
pues puede llevarse una gran sorpresa.
De tal manera, poco a poco, llegarán Bacardí, ATT, las aerolíneas, los mineros, los ganaderos,
compañías pesqueras, constructoras, armadoras de autos, en fin,
llegarán los que van a hacer que la postrada maquinaria de la
economía cubana, por fin, eche a andar.
Pero,
lamentablemente, lo que sigue faltando en esta historia, es la
participación de los cubanos en ese proceso, y los beneficios que
tendrían que recibir los ciudadanos cubanos en términos de calidad
de vida y poder adquisitivo.
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