Desde que llegamos a USA nos llamó la atención que los menús en restaurantes y cafeterías son extensos, larguísimos. Mi esposa y yo pensamos, en nuestra modesta opinión de ex-restaurateurs, que algunos pudieran ser reducidos algo menos abrumador y confuso. Pero quizás eso vaya acorde con la mentalidad consumista estadounidense, segun la cual todo debe ser grande, copioso, abundante, y mientras más grande, copioso y abundante, mejor.
Claro que eso crea muchas opciones y eso no está mal. El lunes, por ejemplo, mientras esperaba mi turno a ser atendido en una cafetería cercana a mi trabajo, escuché a una señora pedir lo siguiente:
"Una omelette de claras de huevo, en pan de centeno kosher tostado, con mayonesa light y queso suizo bajo en grasa...."
O, como se diría allende en mi barrio, pan con tortilla.
Asi es mi querida Maria, nada como pedir unas tapas y ya uno sabe que lo que viene es bueno...
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