lunes, 3 de enero de 2011

2011, El Pequeño Hermano y abajo los Castro, por supuesto.

Y heme aquí en este año recién estrenado, con un día frío, pero bien soleado. Y con menos nieve, gracias a una lluvia dominguera.

He estado siguiendo el blog de Ernesto Morales Licea, joven periodista cubano que trae una bocanada de aire fresco a la a veces aburrida blogósfera cubana, reportando, primero y con valentía, desde Cuba y ahora, recién emigrado, desde Miami. Bien por él y bienvenido.

Su último post me ha hecho recordar mis propios inicios en el exilio cuando, respondiendo al inevitable “Bueno, ¿y qué te parece?”, le dije a unos amigos que yo sabía que estábamos jodidos en Cuba, pero sólo en el extranjero uno se percata de cuán jodidos estamos. Cuantificando el desastre, he ahí el problema.

En fin, año brand new y, para que se mantenga el espíritu, abajo Raúl, Fidel, su descendencia, memoria, huella, imagen y semejanza, que sean rápidamente olvidados, que se jodan, que se mueran con dolor y en masa pal carajo, que se los lleve la chingada, La Huesuda, La Calaca, Ikú y que borren sus nombres de los libros, amén, cojones…

Y ahora, a trabajar.

2 comentarios:

  1. Yo espero que le vaya de caramelo en Miami, y que mantenga la cabeza firme sobre los hombros, que cuando uno se inclina demasiado hacia la derecha o la izquiera la raya queda virada.

    Y abajo Guarapo, claro.

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  2. Eso te quedó estelar, lo de la raya. Y defintivamente estoy de acuerdo, ya tenemos suficientes ideólogos de los extremos por acá...

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