Marco Rubio les cayó del cielo a los Republicanos y al Tea Party.
Joven, descendiente de hispanos, cubanos por más señas, conservador y bien parecido. Una suerte de Obama del bando contrario.
A pesar de ser ahijado político de Jeb Bush, no era muy conocido. Pero, de repente, personajes del calibre de Dick Cheney, Giuliani y Sara Palin le dieron todo su apoyo y ahora da la impresión de que en esta historia no es Marco Rubio quién precisa del apoyo republicano; son el GOP y el Tea Party quienes se suben al tren de Rubio.
Y en este país, donde cualquiera puede subir o desplomarse de manera vertiginosa, donde las personas son convertidas en personajes de la noche a la mañana, no han pasado ni 24 horas de la elección y ya se habla de Marco Rubio para vice Presidente de USA. Hasta en los buscadores de Internet, al teclear la palabra Marco, este aparece en tercer lugar, sólo precedido por Marco Polo... y la esposa de Marco Rubio (de muy buen ver, por cierto).
A ver que sucede de la mañana a la noche, si es olvidado o si es lo suficientemente hábil para mantenerse en los protagónicos de los dos años que vienen, que prometen ser muy interesantes.
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