lunes, 21 de septiembre de 2015

La papa ayuda, el Papa no tanto

No puedo sustraerme a la idea de que nada ha funcionado para propiciar en Cuba el cambio que acá afuera se quiere que tenga lugar, ese cambio que los cubanos de adentro no tienen el menor interés en que suceda.

No ha funcionado ni el bloqueo/embargo, ni Obama, ni los numerosos gestos y acciones de acercamiento del gobierno de los Estados Unidos que, visto el caso, parecen más contoneo de trasero de hembra en celo que la proverbial mano extendida.

Nada, insisto, ha funcionado. Vamos, ni siquiera el retiro del tirano mayor, pues el sistema de poder hereditario y la gerontocracia se las han arreglado para mantener intactos el discurso y el método. También ha fracasado la Unión Europea y su errática política de ahora sí-ahora no; han fracasado igualmente el aislamiento y la inclusión; el hambre y la croquetada; la disidencia y el exilio.

Han embarrancado en La Habana incluso tres Papas, cuyas visitas y ameboides discursos solo han servido para un par de titulares en las agencias de noticias, para que sus seguidores caigan en éxtasis de fe, y para aligerar las cárceles cubanas de su carga de delincuentes comunes.

Ni agotamiento biológico, ni catástrofe económica, ni bloqueos, ni aperturas. Ninguna variante, entonces, funciona; y no funciona por una simple razón: el mal cubano tiene que curarse desde adentro. Si los cubanos siguen aceptando, y por tanto apoyando tácitamente, la porquería de vida que llevan, nada cambiará en un país que, en un lento tránsito hacia una cosa mixta entre capitalismo tímido y dictadura sesentera del siglo XXI, cada vez más se parece a las naciones arquetipos del fracaso social y económico.

Quizás la eliminación de la ley de Ajuste, posibilidad que ya asoma en el horizonte de acontecimientos cubano-americanos, cambie la perspectiva de los cubanos, que ya no contarían con ese potencial escape de su mediocre realidad.

En todo caso, continúa la represión, la arenga tonta, y la ineptitud oficial. Nada ha cambiado, a pesar de los ingenuos saltitos de entusiasmo que muchos pegan en ambos lados del Estrecho.

2 comentarios:

  1. Opino igual que tu.. la gente se conforma con repetir como papagayos que el Papa es un Jefe de Estado blah blah blah y los compromisos y demas que arrastra.. Yo no veo absolutamente nada beneficioso . ni a largo (15 anos de la primera visita papal) ni a corto plazo, lamentablmente..
    Muy bien escrito @

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