sábado, 21 de marzo de 2015

Una gota atraviesa el parabrisas

Arranco el carro, y me voy manejando calle abajo.

Una cuadra antes de llegar al semáforo, una gruesa gota trepa al borde inferior del parabrisas del auto, y sube, reptando veloz. Deja tras de sí un sinuoso rastro húmedo, llega agotada al borde superior, y desaparece. El transparente y brillante trazo adelgaza con rapidez y se desvanece. La luz roja me detiene.

Eso es calculable, me digo.

Tendría que conocer, claro, en primer lugar, la tensión superficial del líquido, que obviamente no es agua, sino un poco de esta, con la adición de líquido limpiador del parabrisas, sales descongelantes que han caído sobre el carro, y alguna pizca de mierda de gaviota. O sea, una mezcla cuyas propiedades no están ordenadamente tabuladas en ninguna parte.

Luego, necesito saber la masa inicial de la gota, más la velocidad crítica que la hizo moverse –o sea, la velocidad crítica que alcanzó el carro-, y así conocer la fuerza que, en el equilibrio, sería igual a la masa de la gota por la gravedad por el coseno del ángulo del parabrisas, dato que tampoco conozco.

Me hace falta enterarme también de la velocidad inicial del viento -llamémosla Vo-, pues preciso estimar la variación de la turbulencia con la aceleración; además, me hace falta conocer la temperatura del aire, y del líquido, por aquello de las viscosidades.

Aun me faltaría el coeficiente de rozamiento del vidrio, y tener en cuenta que la gota comenzó con una masa inicial Mo y terminó desapareciendo, o sea Mf =0, así como que su movimiento se inició a una velocidad crítica Vo, ya mencionada, pero que también el carro siguió acelerando, y que después desaceleró, por lo que la velocidad primero aumentó, y después disminuyó y con ello también varió la fuerza de empuje, por lo que ahora tenemos variación de la turbulencia con la velocidad, que hizo que el recorrido de la gota no fuera recto, y que su velocidad de desplazamiento por el cristal no fuera constante; una delta Masa de la gota de agua, que fue de Mo a cero, y una velocidad del aire que va de Vo, a una V máxima, a Vf –final- y nada de eso varía necesariamente de manera lineal.

O sea, que si se quiere describir por qué la gota atravesó el vidrio como lo hizo, y asumiendo que no se esté dejando fuera algún factor de esos que hacen que los puentes se caigan, se colocan todos esos datos en un sistema de ecuaciones, probablemente diferencial y…

El claxon del carro a mis espaldas tronó con exasperación, desesperado porque yo acabara de moverme con la luz verde ya iluminando el semáforo.

Creo que tengo que dejar de observar las cosas que suceden en el parabrisas.

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