De lo que se ha visto hasta ahora en materia de rebeliones contra dictaduras en países árabes, lo más parecido a lo que pudiera pasar en Cuba es Libia.
Pero sólo parecido porque, como más o menos dijera una periodista del Wall Street J, los dictadores en jaque son niños de teta al lado de los dinosaurios cubanos.
Y los cubanos somos corderos castrados comparados con aquellos que están cambiando sus países.
El senador Marco Rubio se estrenó proponiendo una ley que reduzca los vuelos a Cuba porque, ay!, se desvirtua la condición de exilio político de los cubanos. Su propuesta fue rechazada pero sirvió para acuñarlo como más de lo mismo, de lo que está , por suerte, en extinción: el exilio “duro”.
No digo nada nuevo al escribir que ese dicho de “perro no come perro” no aplica a los cubanos. Los cubanos nos despedazamos entre nosotros mismos y después nos asombramos de que ya hayan pasado 50 años de dictadura, que no haya cohesión entre los cubanos, que no seamos capaces de formar una comunidad, pero clamamos por cambios sin pensar que, si mañana los Castro dejan el poder, habrá un vacío espantoso en la política cubana, porque no hay una alternativa inmediata, ni mucho menos un liderazgo de oposición.
El fracaso de Rubio también sirvió para leer en la monótona blogósfera cubana a los patrioteros de siempre, a los que se oponen a los viajes a Cuba, a los que quieren a abolir la Ley de Ajuste porque los que se acogen a ella, según ellos, son unos descarados. Parece que con el exilio se olvidan que llegaron aquí como unos desarrapados, con el rabo entre las patas y dos varas de hambre y sin embargo ahora se purificaron; ya no son exiliados de estómago sino de corazón.
Yo les tengo una propuesta a esos a los héroes de Internet, puros de espíritu de café con leche que, ahora que están a salvo en Mamita Yunai, pretenden que el resto de los cubanos se jodan: Váyanse a Cuba, inicien una revuelta, derroquen a Fidel, invéntense un lider, transformen al pais y resuelvan el problema cubano.
Y así, de paso, pueden demostrar que el estómago también alberga ideales.
Eso es lo que parece cuando el voleibolista cubano Leonel Marshall salta tras la pelota.
Con esos impresionantes saltos de 50 pulgadas, 1.20 metros mas o menos, está considerado por muchos el mejor jugador de voli del mundo, lo que es mucho decir. Ojalá sus rodillas y tobillos soporten ese régimen por muchos años.
Los puentes en la Autopista Habana-Pinar del Rio que no llevan a ninguna parte son parte de mi niñez. En cada uno de aquellos angustiosos viajes a visitar a la familia aquellas enigmáticas estructuras eran, junto a la Cordillera de los Organos que iba creciendo en el horizonte, mis referencias geográficas para saber que el viaje ya duraba menos.
Debe ser muy extraño para un niño crecer como estadounidense (o como cualquier otra nacionalidad, para el caso) y tener padres cubanos. Claro, puedo imaginar casos peores, quizas crecer como chino teniendo padres judíos.
El caso es que mi hijo está en plena etapa de aprendizaje, en esa maravillosa etapa entre los dos y tres años. Aprende en español e inglés y los mezcla a voluntad.
Y cuando quiere algo que sabe es inalcanzable, como mi billetera o aporrear el teclado de la computadora, rápidamente echa mano de lo aprendido y suelta un: Please, please, o favor...
El primer libro que leí en mi vida fue "Un Capitán de 15 años", de Julio Verne. Lo encontré en mi escuela primaria, en un armario arrinconado y polvoriento. La maestra me animó a conservar el libro, que lo leyera, me dijo, y eso fue lo que hice: lo abrí y donde se abrió, por el segundo o tercer capítulo, comencé a leer (cuando lo releí en alguna de las enésimas veces, lo hice desde el principio). Fue mi primera gran aventura y mi primer encuentro con la letra dobre L al principio de la oración, y yo no sabía que quería decir. Tenía 6 años. Hoy veo el logo de Google, honrando el natalicio de ese genio escritor gracias al cual me convertí en un lector voraz,. Feliz recuerdo de Julio Verne, rara avis en estos tiempos de Internet.
Y Maria de los Angeles Santana, grande entre las grandes actrices cubanas, falleció a los 96 años. Muchos no la recordaban por su nombre, pero bastaba con decir Remigia, la alcaldesa en San Nicolas del Peladero, y todo estaba dicho. Cubanaza donde las hubiera, se le va a extrañar.
Hace unos siete u ocho años desperté una mañana y decidí no volver a fumar.
Ya me molestaba estar esclavizado de un horario de vicio: desde el primer cigarro en la mañana, en ayunas y disfrutando del sabroso mareo nicotínico, de la suave taquicardia, hasta completar una cajetilla completa justo antes de acostarme en la noche. Y la peste a humo en ropa, auto y oficina, y aquella muchacha que que besé y su cara de decepción cuando dijo "Sabe a cigarro...". Ya eran demasiadas cosas. Y años, 20 de ellos a razón de 20 al día. Tan intoxicado estaba que pasó un par de meses y todavía mi piel olía a humo.
Un tiempo después de dejar el cigarro vencí mi terror y me hice una placa de pulmones: limpios como cristales. Y pensé entonces que me estaban dando otra oportunidad y, si bien hasta el día de hoy no he perdido los deseos de fumar, nunca mas fumé ni lo haré otra vez.
Hace unos días por fin tomé otra decisión en este afán de robarle unos añitos a Iku: cambiar radicalmente mi dieta.
Si bien dejar de fumar es simple, pues todo lo que hay que hacer es eso, no fumar, cambiar la dieta es muy complejo y difícil.
Yo soy amante de la carne, los embutidos, los quesos, el pan, la mantequilla, la mayonesa, los pasteles de guayaba y la malta, con o sin leche condensada. Para colmo, me creo gourmet. Y, para más colmos, no soy consumidor de frutas, verduras o ensaladas. Ahora todo cambió. Todo lo que amaba ha salido de mi dieta y todo lo que no gustaba ha entrado de manera triunfal. Estoy a base de frutas, ensaladas, sopas y pescado, quizas pollo de vez en cuando.
Dos cosas he notado en estos días: mi panza se ha comenzado a desinflamar y me dieron diarreas.
Yo creo que estoy en pleno proceso de desintoxicación y voy a mantener este régimen ascético hasta que mi colesterol alcance un nivel normal. Después de eso, dieta balanceada: de todo, pero sin exagerar.
Le tienen terror a la gente comunicada e informada. Ese anormal que aparece en la genial caricatura de Garrincha ni siquiere concibe que una red social sea exactamente para eso, socializar y comunicar.
Yoani con su teléfono y su computadora los ha puesto a correr, los hace temblar y ellos movilizan todo su poderoso aparato represivo para tratar de contenerla. Y me imagino que el talibán que da la conferencia debe estar preparando una actualización urgente después de haber visto lo que ha sucedido en Egipto y Túnez.
Estoy escribiendo esto con mucha ira y eso no me deja pensar con calma, pero a la vez estoy orgulloso de que la gente joven haya encontrado esa brecha que nadie puede tapar, a no ser que desmantelen Internet y la red de celulares en Cuba.
Y yo sí me disparé el video completo. Uf, que tipo más petulante y desagradable.
Nada más parecido a esa gente que las Brigadas de Respuesta Rápida de los comunistas, esos grupos paramilitares que molieron a cabillazos a los manifestantes del Maleconazo.
Remedando a un lejano amigo, digo que el idioma español fue asesinado en cierto país caribeño y está siendo enterrado en USA. Sólo hay que escuchar a los ¿hispanoparlantes? o ver la televisión en español, ¡o el radio, por Dios!, por no mencionar los periodicuchos en español que circulan aqui en NY.
Por sólo mencionar algunas perlas:
Te llamo pa´trá: Te devuelvo la llamada.
Registración: El registro del auto, la tarjeta de circulación
Calculación: Cálculo
Parisear: Divertirse, fiestar, parrandear
Vaquear: Aspirar la alfombra
Macheado (a) Bien combinado en su vestimenta
Lo peor es que la mayoría de las personas que usan esas palabras (y muchas otras que ahora no recuerdo), desvirtuando su propio idioma, tampoco hablan bien el inglés.
Me recuerda eso el gallego en USA que llama a su padre en España y le dice: "Papá, es que ya se me está olvidando el español y el inglés pues no lo hablo...". Y el padre responde: "Ay hijo, pues regresa antes de que te quedes mudo..."
Recientemente me he encontrado, cada vez con mayor frecuencia, el término turismo negro, que se refiere a los turistas que buscan emociones fuertes en lugares violentos o con historias tenebrosas, como campos de concentración o la frontera norte de México.
Desde que llegamos a USA nos llamó la atención que los menús en restaurantes y cafeterías son extensos, larguísimos. Mi esposa y yo pensamos, en nuestra modesta opinión de ex-restaurateurs, que algunos pudieran ser reducidos algo menos abrumador y confuso. Pero quizás eso vaya acorde con la mentalidad consumista estadounidense, segun la cual todo debe ser grande, copioso, abundante, y mientras más grande, copioso y abundante, mejor.
Claro que eso crea muchas opciones y eso no está mal. El lunes, por ejemplo, mientras esperaba mi turno a ser atendido en una cafetería cercana a mi trabajo, escuché a una señora pedir lo siguiente:
"Una omelette de claras de huevo, en pan de centeno kosher tostado, con mayonesa light y queso suizo bajo en grasa...."
O, como se diría allende en mi barrio, pan con tortilla.
De lo que se ha visto hasta ahora en materia de rebeliones contra dictaduras en países árabes, lo más parecido a lo que pudiera pasar en Cuba es Libia.
