viernes, 31 de mayo de 2013

Suavecito es como me gusta más...

Hay cosas que no tienen desperdicio. Por ejemplo, invitar a un“espacio de debate” a un viceministro de cultura y a un psicólogo oficialista, “celebrity” de la TV cubana.

El tema, tampoco para desperdiciar, sobre todo porque el título era prometedor: Cambio de la mentalidad en Cuba. Pero, predeciblemente, parece que no pasó de la promesa, y el reportero incluyó, muy atinadamente, signos de interrogación..

Y por lo que se lee, todo giró alrededor de hasta cuanto se debe cambiar pero, sobre todo, como frenar la velocidad del cambio.

Y he ahí que el psicólogo Calviño regaló esta espesa frase, que tiene más yerba que un solar yermo:

“El cambio no significa que cambiemos la economía y ya, todo se va a dar. La producción de cambios objetivos reales cambia la subjetividad, pero hay dos problemas: uno, que hay que producir esos cambios; dos, que no podemos prever qué subjetividad se va a generar. No hay ecuación.

Lo que sí necesitamos es la mediación de posibilidades y condiciones que favorezcan que la gente sea feliz; favorecer nuevos sistemas de relaciones sociales, de trabajo, de producción. Pero solo favorecer, no podemos teledirigirlos”


Por otra parte, el liberto Esteban Morales, al parecer también presente, se declaró disidente, y no contrarrevolucionario, aclaró feliz, sin percatarse de nuevo que hace un buen tiempo que contrarrevolucionario, en Cuba, es lo más revolucionario que se puede hacer.

Yo creo que la próxima vez mejor no invitan a nadie.

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