viernes, 19 de septiembre de 2014

Problema nostrum

El problema, obviamente, no es buenafé.

Buenafé es sólo un duo mediocre que canta canciones empalagosas con música fácil y letras seudopoéticas que han calado en buena parte de la juventud cubana, su único público, y cuya alternativa es el regetón.

El problema es el haber crecido con la idea de que es romántico e inspirador ir a escuchar conciertos donde decir que la cosa está mala es un acto de suprema rebeldía, a la vez que una pancarta con la imágen del Ché ondea en el escenario.

El problema es emigrar por hambre, lo cuál es entendible, pero no adecentar la mente, lo cual es inadmisible.

El problema es el mal gusto, la nostalgia, los buenos recuerdos, la indiferencia, la indecencia, la doctrina, el hombre nuevo, el yo no me meto en política, pero mejor vivo en los Estados Unidos.

El problema está en invocar enmiendas y libertades, que son el fundamento de este gran país, para camuflar que dos tipos, o tres o cuatro, vengan a hacer dinero a costa de la nostalgia. Libertades que, por supuesto, no les pertenecen.

Y claro, el problema es la indecencia (¿ya lo había mencionado?) de quién lucra con todo eso, aunque en última instancia, ese es el capitalismo: vender lo que la gente compra.

El problema también es, por supuesto, la quinta columna: los que apañan, edulcoran, maquillan, comulgan, los que siendo lacayos se venden como reformistas, los que aprendieron a redactar con gran vuelo para narrar la infamia como si fuera cosa inteligente, los que hablan de fomentar lazos cuando se trata de cobrar en dólares, los que desde los magnánimos Estados Unidos hacen un reportaje en vivo de un concierto mediocre, porque Cuba sí, yanquis no.

Y el problema es la nación. Fragmentada, sin líderes, sin valores, sin un día patrio, ajena a sí misma, con la sociedad y la economía en harapos, sin incidencia en nada que valga la pena, sin científicos ni intelectuales de clase mundial, sin haber hecho nunca un aporte tecnológico a un mundo hiperdinámico del que la separan décadas. Nación dividida en un par de trozos que van a la deriva, una nación que apenas tiene importancia, que ni siquiera es capaz de ser nación. Nación que es apenas un gentilicio.

El problema obviamente es todo eso, y es uno solo. El problema somos nosotros, los cubanos.

Y a mí me da pena.

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