Es de nuevo esta época del año, y debo decir-escribir-repetir que yo estoy, por principios y finales, en
contra de bloqueos, prohibiciones y embargos. Nada que impida el
libre flujo de las cosas es bueno, sobre todo si esas cosas tienen
que ver con la economía y el bienestar.
Dicho esto, me alegro que
la mayoría de los gobiernos de los países del planeta piense igual
que yo sobre este asunto, y que hayan instruido a sus embajadores en
la ONU a votar en contra de la tonta tozudez del gobierno americano
que, por razones de pura inercia política, mantiene el bloqueo
económico contra Cuba.
Es imperativo, entonces,
que acaben de levantar o abolir o anular el bloqueo a Cuba, porque,
además de no tener sentido, ya me duelen los huevos de estar escuchando
sobre el bloqueo.
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