Absurdo primero:
La casi extinta industria
azucarera cubana tuvo el privilegio de contar con al menos cuatro
(¡cuatro!) centros de investigación, lo cual no evitó tener
extraños resultados como son, entre otros, la disminución constante
del rendimiento de la caña de azúcar, las tablas de bagazo y la
muerte lenta pero definitiva de una industria tan tradicional como
tradicionalmente ineficiente.
Absurdo segundo:
Hay una cosa en Cuba
que se llama “Centro de Estudios Che Guevara“. Veamos a que se
dedica:
“El Centro de
Estudios Che Guevara es la institución encargada de promover el
estudio y conocimiento del pensamiento, la vida y la obra del
comandante Ernesto Che Guevara, ante las actuales y futuras
generaciones, tanto dentro como fuera de Cuba, por la trascendencia y
validez de su legado teórico-práctico y ético, para los presentes
y nuevos proyectos de emancipación humana“
Pudiera uno
emborronar varias pantallas en la computadora acerca de ese párrafo
grandilocuente, pero pienso que no es necesario, ni atractivo.
Sólo debo decir
que, si se considera que Ernesto Guevara murió hace casi 50 años en
un mundo radicalmente diferente al actual, que nunca hizo nada que
realmente valiera la pena, que su legado es fundamentalmente de
muerte, intolerancia, extremismo, guerra y delirio utópico, que nada
de lo que dijo, pensó o escribió es relevante ni interesa a muchas
personas, y que si resucitara probablemente se volvería a morir al
darse cuenta de que vida y muerte tan inútiles tuvo, sólo debo
decir entonces que probablemente van a crear algo similar para Fidel
Castro, lo cual a su vez creará mas plazas para mueleros
desempleados.
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