martes, 6 de septiembre de 2016

Atraco

No es que yo piense que las cosas deban ser gratis.

Vamos: yo sé, nosotros los cubanos sabemos, que lo gratis no funciona.

Un auto, una casa, una chuleta, me las venden porque quieren mi dinero. Eso está bien. Eso es intercambio, de mi dinero por algo de calidad, que eleva mi nivel de vida, y viceversa. Incluso, a veces solo es algo Made in China, adocenado, barato, pero al final uno paga por ello un precio razonable y el comerciante, y el fabricante, y sus empleados se hacen con una parte de mi dinero. Y eso, insisto, está bien.

También pienso que el que estudió universidad en Cuba debe pagar por recibir las notas y el plan de estudio para ser usados en el extranjero. ¿Por qué no? Es un servicio más por el que hay que pagar.

Tomo como ejemplo que, en fecha reciente, mi alma mater, allende en Europa del Este, me envió a Nueva York mi plan de estudios y notas, un par de papeles que me sirvieron para validar mi ingeniería, y hasta una maestría adicional a la que ya tenía, todo por apenas cuarenta euros, envío incluido.

Pero Cuba, por su parte, con la misma indecencia que propone un carro de segunda, y de uso, en cientos de miles de dólares, vende el mismo trozo de papel con información que, por demás, nos pertenece, y lo hace a un precio exorbitante.

Cuba, a sus nacionales los despoja, los atraca a pleno sol, con esa estafa que arma el desgobierno cubano a través de esa cosa llamada consultoría jurídica, cosa de nombre rimbombante en paisito mierdero, y que no es más que otro pedazo de la fachada del conglomerado de instituciones y regulaciones que no tienen otro propósito que esquilmar a los cubanos exiliados que aun tienen a su familia como rehén en Cuba.

Casi seiscientos dólares ($600) por sus notas y plan de estudio, por un par de cuartillas de papel, ha tenido que pagar mi hija allá en Cuba. No me jodan.

No digo nada nuevo al recordar aquí que el desgobierno cubano es escandalosamente incapaz de hacer funcionar algun tipo de economía. Muy al contrario, ha demolido las infraestructuras, ha aniquilado la voluntad individual; se ha dedicado, como puta venida a menos, a ser el mantenido del mecenas de turno.

Tal parece que lo que sí se le da a ese bodrio es la esterilización de tierras; tal parece que por allá las lluvias siempre hacen daño, que el clima siempre es adverso, que las semillas no germinan, que los animales no copulan, que los peces también han huido a otros lugares, donde los saben pescar.

Entonces, aplastado por su descomunal ineptitud, el desgobierno, en su desesperada búsqueda de dinero ajeno, nos explota a los que hemos tenido la oportunidad para rehacer nuestras vidas, y el talento para ganar el dinero necesario, lejos de toda aquella porquería de país, pero que aun, por desgracia, tenemos allá a alguien que nos necesita

Mi buena noticia es que cada vez me queda menos tiempo para cerrar, de una vez y por todas, ese capítulo. Mis hijas vienen en camino y, el día que por fin lleguen a los Estados Unidos, el desgobierno cubano perderá a este vasallo y su diezmo.

Mientras, me resingo en la madre de todos ellos.

2 comentarios:

  1. Qué barbaridad... Cada día inventan algo más para sacarle dinero a la gente. Cuando yo vine en el 96 todavía no habían descubierto el filón de oro de los universitarios. Bueno, yo traje mi certificación de notas (un papelito churrupiero con cuño casi invisible)y me lo validaron en una agencia de California sin problemas. pero eso fue hace 20 años...Felicidades a tus hijas y espro que lleguen pronto!!

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