lunes, 6 de mayo de 2013

Informe contra mi mismo, de Eliseo Alberto Diego “Lichi”


Llegué con más de 15 años de retraso a este libro magnífico, que una amiga tuvo el buen tino de recomendarme. Es como mi biblia, me escribió.

Lo compré entonces con cierto escepticismo, y lo leí ávidamente en aviones. Comencé a leerlo mientras mi avión volaba de Nueva York a Miami, y lo terminé al dia siguiente mientras regresaba, justo antes de que el piloto anunciara que estábamos a punto de aterrizar en Nueva York.

De todo lo que se pueda decir sobre este libro lúcido, lo que más me impresionó es su vigencia, y hasta clarividencia. Se queda uno con la sensación de que ya no hay mucho más que decir, que Lichi lo dijo todo.

Es un libro que seduce, además, porque no es predecible. Es un tipo que se pone a conversar y te cuenta sus ideas, te lee un par de cartas de amigos y te cuenta un par de anécdotas. Me dejó una extraña nostalgia por no haber tenido la oportunidad de conocerlo, y el pesar de que ya no esté por aqui para que me siga contando historias.

Y mientras ansiosos y desmelenados turistas centroeuropeos y asiáticos parloteaban excitados ante el skyline de Manhattan, yo leí la última página, con un nudo en la garganta, y quizá fui el pasajero más triste que aterrizó el viernes en el JFK.

2 comentarios:

  1. Lo tengo cerca y a cada rato lo hojeo. El mismo desasosiego cada una de ellas..

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  2. Lo tengo cerca y a cada rato lo hojeo. El mismo desasosiego cada una de ellas..

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