Recordaba algunas de esas frases tontas y altisonantes del discurso de la doctrina, tales como “hay que ser vertical y transparente”. O aquella de “hay que ser alegre pero profundo”.
La primera siempre me sugirió la imágen de un florero y la segunda la de un toto.
Cosas de la mente ociosa.
Lo recurrente de este tema ya me está dando mala espina. Qué, soplan aires de abstinencia por los niuyores?
ResponderEliminarJe, je, es que , you know, el toto es ominipresente, es como ese cuento del ruso, el americano y el cubano mirando las cataratas del Niágara. El primero piensa en hidroelectricas, energia, el segundo en turismio, negocios y el cubano en quimbar...
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