Norberto Fuentes es un hombre inteligente. Quizás sea cosa de familia, pues su hermano es físico y su hermana es arquitecta devenida en artesana. Es, además, astuto, de otra manera no se habría colado en la cúpula del dinosauriato, aunque haya elegido padrinos equivocados.
Tiene esa extraña habilidad para colocarse en el centro de la polémica o, de no existir ésta, la crea. Y no le importa lo que digan de él, el asunto es que hablen, y así se mantiene como un producto vendible.
Claro, eso conlleva riesgos, como el de hablar mierda, como se puede constatar en esta entrevista que le concedió a El País. Le hace poco favor a su cartelito de experto en asuntos cubanos pues da la impresión que perdió el “toque”.
¿O será que, de nuevo, quiere estar en el centro de la polémica?
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