miércoles, 27 de abril de 2011

Dulce Norberto Pitoniso

Norberto Fuentes es un hombre inteligente. Quizás sea cosa de familia, pues su hermano es físico y su hermana es arquitecta devenida en artesana. Es, además, astuto, de otra manera no se habría colado en la cúpula del dinosauriato, aunque haya elegido padrinos equivocados.

Tiene esa extraña habilidad para colocarse en el centro de la polémica o, de no existir ésta, la crea. Y no le importa lo que digan de él, el asunto es que hablen, y así se mantiene como un producto vendible.

Claro, eso conlleva riesgos, como el de hablar mierda, como se puede constatar en esta entrevista que le concedió a El País. Le hace poco favor a su cartelito de experto en asuntos cubanos pues da la impresión que perdió el “toque”.

¿O será que, de nuevo, quiere estar en el centro de la polémica?

jueves, 21 de abril de 2011

Penúltimas colectas

Penúltimos Días, un blog-portal de noticias sobre Cuba que administra Ernesto Hernández Busto, es un excelente proyecto y EHB merece todo el reconocimiento por ello. PD se ha vuelto para muchos como el cafecito de la mañana y, además de interesante, es útil, porque ahorra mucho tiempo de navegación en la red buscando noticias sobre Cuba.

Yo reconozco la buena idea que tiene EHB de tratar de convertir a PD en un negocio, pero es embarazoso ver sus peticiones para que los lectores donen dinero, que van desde notas con un ligero toque de humor hasta amenazas de recesos, cierre, conversión del sitio a uno por suscripción, etc.

La “gracia” de PD es su espontaneidad, su frescura, su no alineación a un consejo editorial. Es para los cubanos lo que en su momento fue The Huffington Post para los americanos.

Personalmente no creo que PD, de convertirse en un sitio por suscripción, tenga éxito. Por otra parte, me parece que es difícil que EHB convenza a alguien de que es un hambreado héroe de Internet que no puede sobrevivir sin suscripciones, sobre todo cuando lo que hizo con éstas en su momento, como él mismo anunció, fue comprar una computadora Mac, ¡una Mac!, para editar su blog. Sus viajes y participaciones en reuniones y convenciones en varios países tampoco contribuyen a una imagen de austeridad, si bien es lógico suponer que estos son financiados, al menos en parte, por los anfitriones.

Pienso que PD ya tiene un lugar cimero en el asunto cubano dentro y fuera de Cuba. El espaldarazo se lo ha dado el propio gobierno cubano, al tratar de desprestigiar al sitio y a su autor. Ya es PD, además de un sitio obligado de referencia sobre Cuba, evidentemente una piedra en cada zapato del régimen.

Yo, como lector, le deseo larga vida a PD. Y ojalá EHB tenga los medios y la paciencia para sostener el sitio lo que, indudablemente, le va a rendir rendir grandes dividendos en el futuro, además del prestigio que ya ha ganado. Y ojalá renuncie a ese “o donas o cierro”, que no le hace ningún favor.

Yo, cada vez que he necesitado un poco de humildad, me recuerdo a mí mismo que los cementerios están llenos de personas imprescindibles.

miércoles, 20 de abril de 2011

Llegó la "Generación Y" al Comité Central!!

Albricias!!! Llegaron los pinos nuevos al Comité Central del Partido Comunista de Cuba!!!

El Gran Hermano Vendedor


Últimamente he notado que me persiguen los anuncios comerciales. Resulta que hace unos días me compré unos jeans marca Lee por Internet e hice una búsqueda sobre botas resistentes al agua.

Y ahora, cuando entro a varias de las páginas que visito regularmete, aparecen recuadros anunciando jeans Lee y botas Hi-Tec.

Creepy.

Voy a probar entrar a algun sitio porno a ver si consigo que unas bellas tetas o unas buenas nalgas me acompañen en mis surfeos por la güeb...

lunes, 18 de abril de 2011

Sin vaselina ni carácter retroactivo

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí"
 Augusto Monterroso


Yo tenía una esperanza latiendo en el subconsciente, como una de esas lamparitas diminutas que permanecen encendidas toda la noche en la casa, por si te dan ganas de orinar en la madrugada no te vayas a tropezar con un juguete artero y te partas la crisma.

Era tenue mi esperanza, tan tenue, que se me olvidó seguir las noticias a ver que decían en ese aquelarre de dinosaurios, ese congreso de comunistas mohosos, que decidió este fin de semana que es inhumano tan sólo pensar que otra cosa que no sea socialismo es lo que el pueblo cubano necesita.Y hoy lunes me tropezé con el Informe Central al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Me bastó leer por encima, muy por encimita, la diatriba del General Castro para encontrar los pilares de la dictadura que sigue: cuarta página, último párrafo, justo después de la arenga inicial, y ya el General deja claro que las proposiciones que respaldaron la concentración de la propiedad (léase propiedad privada, iniciativa individual, libre mercado) se dejaron fuera. De eso nada, monada.

Y el segundo hallazgo de esa mi somera lectura, éste verdaderamente ridículo y que, si no fuera tan trágico, sería cómico, es que han arribado (después de 53 años en el poder) a la conclusión de que es conveniente que los cargos políticos y estatales fundamentales sólo sean desempeñados por dos períodos consecutivos de 5 años, SIN EMBARGO, se hace notar que no se cuenta con una reserva de sustitutos debidamente preparada. Es decir, un mínimo de 10 años más de dinosauriato. Abajo el telón.

En fin, mientras mi foquito de esperanza destella por última vez y se funde, lo único verdaderamente razonable que leo es que, en lugar de subsidiar masivamente productos, como hacen ahora, se pasará progresivamente al apoyo de personas sin otro sostén. Es decir, la base de un sistema de seguridad social como el que existe en los países que funcionan.

And that´s all, folk. Nos vemos en 10 años.

jueves, 14 de abril de 2011

Petróleo para el dragón...

Si algo fue omnipresente durante mi vida en Cuba fue el “no hay”. Y dentro de los “no hay”, el petróleo fue quizas el ausente más llorado.

Prácticamente todo el petróleo se importaba de la ex-URSS y se canjeaba por naranjas, azúcar, legumbres o que se yo que más. El canje era generoso y dejaba pingües “sobrantes” del combustible y el dinosaurio, que es malo para la economía pero que no es totalmente idiota, los vendía a terceros países al precio del día. Y ahora, post toda esa época de vacas gordas, parece que hay petróleo en Cuba. Petróleo en serio. Inclusive hay quién dice que las reservas pueden llegar a ser similares a las de USA.

Yo creo que eso es una buena noticia, pues es una riqueza inesperada y de suma importancia en un mundo donde cada vez hay menos petróleo y donde los precios no tienen techo que los detenga. Pero no me imagino al dinosaurio convertido en magnate petrolero. Probablemente Cuba se convertiría en una Venezuela o México, petroeconomías que sólo saben extraer, vender y dilapidar y que no tienen nada más que soporte sus economías.

Yo tengo la esperanza de ver al menos el comienzo de la petro-etapa para mi país. Y también espero que ya no haya dinosaurio y que haya sentido común y menos tercermundismo.

Pero es que yo soy un optimista del carajo.

miércoles, 13 de abril de 2011

De la realidad, la ficción y la libertad

En estos lloviznosos días hay dos noticias que me llaman la atención. La primera es el hallazgo, aquí en el barrio, de los restos de, hasta ahora, 10 personas asesinadas supuestamente por un asesino en serie.

Para que después, cuando pongan la próxima película de extraterrestres, se diga que Hollywood exagera.

Por otro lado leo que Donald Trump, ese exitoso empresario, millonario, excéntrico y ególatra personaje que siempre encuentra una manera de estar en las noticias, ahora está metido en una cruzada para encontrar y hacer pública el acta de nacimiento de Barack Obama, pues hay quién dice que éste no es nacido en territorio USA, lo cual lo invalidaría para ser presidente.Y nadie se mete con Trump, es su derecho. 

Para que después, en la próxima mesa informativa o como se llame, metan la cabeza en un cubo cuando se hable de libertades.

lunes, 11 de abril de 2011

Sábado al fin...

… pensé cuando me fui a dormir el viernes en la noche. Un sábado anticipado y esperado como cosa buena, pues era el cumpleaños de mi esposa y, coincidentemente, nos iríamos al Zoológico del Bronx, a un encuentro con familias de un grupo al que pertenecemos. La entrada al zoo y el almuerzo, a cuenta del grupo. Nada mal.

Al parecer mi hijo tuvo su corazonada también y decidió aprovechar al máximo ese glorioso sábado, por lo que se despertó a las 6 y 20 de la mañana, casi dos horas antes de lo que se despierta normalmente y, como es habitual en él, fue de cero a cien en menos de 30 segundos. Teniendo en cuenta el cumpleaños de la mamá, pues hice caso omiso de esa arenilla que se deposita en mis ojos cuando no duermo lo suficiente y me levanté a vigilar carreras y volteretas, mientras me preparaba un té doble y me tomaba 1000 mg de aspirina, remedio que infaliblemente me lleva de regreso al mundo real.

Mientras me tomaba el té, repasaba el perfecto plan que habíamos trazado para este tremendo día: debíamos estar a las 12 del mediodía en el Zoo para participar en el almuerzo y escuchar algún motivador speech y después a ver la jirafa, un animal que mi hijo identifica aunque sea en dibujos abstractos. Saldríamos entonces a las 10 de la casa y, durante el viaje, mi hijo tomaría su imprescindible siesta y llegaría feliz y descansado al Zoo y pasaríamos un día maravilloso. Un plan sencillo y foolproof. Así pues salímos a las 10 y 20 de la mañana, cargamos unos 45 dólares de gasolina, pagamos 2 dólares en la caseta de cobro para salir de nuestra isla y, 30 minutos más tarde, entramos en Terra Incognita.

Todo el glamour de Nueva York está en Manhattan. El resto son zonas densamente pobladas y autopistas, que aquí se llaman highways, turnpikes, Interstates y parkways (los americanos manejan en parkways y parquean en driveways, cosas del lenguaje...). Y puentes, muchos puentes pues Nueva York está sobre islas, hay que recordar. En uno de esos puentes abonamos 6.50 dolares y entramos en el Bronx. 

Fue entonces que comencé a observar el GPS en la pantalla de mi teléfono, primero con curiosidad y después con estupor. Sobre un detallado mapa del sur del Bronx, un punto azul y regordete marcaba nuestra posición, rodeado de un círculo azuloso que abarcaba un área del tamaño de Santos Suárez. “Parece una teta cianótica”, alcancé a pensar antes de comenzar a preocuparme. El punto regordete nos ubicaba a casi 500 metros fuera de nuestra ubicación, casi en medio del East River. “Creo que vamos a pasar algo de trabajo para encontrar la dirección...”, le anticipé a mi esposa, que su vez me anticipó una mediodía agitado: mi niño aún estaba a 100 por hora y nada de la supuesta siesta. Mierda de GPS, dejé escapar con un ligero gruñido.

Comencé entonces a leer frenéticamente los innumerables letreros que anunciaban lugares, parkways y highways e interstates, buscando una pista que dijera Zoológico o por lo menos Zoo. Pero no apareció ninguna, En su lugar, lo que apareció fue uno de esos cruces de autopista sobre autopista sobre autopista, que parecen un plato de espaquetis. Ahora sí estamos jodidos, pensé y decidí que, a falta de GPS, había que aplicar el sentido comun. Y tomé uno de los espaguetis que decía Norte.

Pasados unos 10 minutos los carteles comenzaron anunciar lugares que de alguna manera... uhmmm... it rings a bell... Autopista a New Heaven... New Heaven... ¡Coño, New Heaven , Connecticut! Y después de un par de enreveresadas vueltas, enfilamos en sentido contrario, justo antes de abandonar el gran estado de New York e irnos a parar a casa del carajo a Connecticut., lugar que sólo conozco por referencias de Mark Twain.

Esta vez sí funcionó. Los letreros comenzaron a mostrar cada vez con mayor frecuencia la palabra Bronx y, como dijera algun esperpento, ya estábamos en el camino correcto.

El Bronx es cualquier cosa menos glamour; tiene ese aire de marginalidad de San Miguel del Padrón, La Lisa o Centro Habana. Es, en esencia, un lugar feo. Muy feo. Toscos edificos de ladrillos rojos, adocenados negocios con anuncios bilingües, banderas portoriqueñas y dominicanas en ventanas enrejadas y mucha gente deambulando en las aceras. La salsa boricua, a nivel de estruendo, salía por una de las ventanas y se escuchaba aún por encima del intenso tráfico El Barrio en su máxima expresión.

Finalmente, entre atascos y asombros, y con mi hijo más despierto que nunca, llegamos a las 11:50 am al Zoo, que se antoja anacrónico en medio de tanto concreto. 13 dólares nos ganaron el acceso al parqueo, donde una concurrida mesa identificaba a los organizadores de nuestra reunión. Manillitas en la muñeca para no pagar la entrada y poder además disfrutar (¿disfrutar?) de un almuerzo muy a lo gringo, con hot dogs y unas hamburguesas de color casi negro que parecían... cualquier cosa. El pabellón, sin embargo, muy bonito, justo al lado de un estanque con flamencos, cisnes y cuatro o cinco más variedades de aves. “Mira. Papi, flamencos!”, le dije a mi hijo, y el sentenció “Pato...” y. “Mira, cisnes!”, “Pato...” y “Mira, aquellos... pájaros!”, “Pato...”

Y fue entonces que, justo al final del almuerzo y speech, comenzaron los estragos de la siesta no tomada. “Vamos a ver la jodida jirafa”, le dije a mi esposa después de 5 minutos de tratar de consolar el llanto de mi hijo. Y para allá fuimos, entre el llanto y algún que otro grito del niño, y las jirafas que comparten un área del zoo con las avestruces, “Pato...”, clasificó de inmediato mi hjo a las avestruces y a sus amadas jirafas, al fin vistas en vivo... “Vacas”. Y empezó a llorar desconsoladamente.

“Nos vamos...”, decidimos después de 10 minutos de perreta y, desconsolados todos, salimos del Zoo, en ese soleado, fresco y hermoso día, mientras que algunas personas miraban de soslayo al niño perdido en llanto y llegamos al fin al carro... que estaba ponchado. De la goma delantera derecha y yo lo que me estoy cagando en... no, no, calma, que hoy es el cumpleaños de mi esposa.

Monté la gomita de respuesto, que parece de bicicleta y con el Jesús en los labios durante el viaje de regreso, que no se fuera a joder también la gomita subdesarrollada esa, mi hijo dormido, 6,50 tablas en el primer puente, 2 cañitas en el segundo, debe ser un tremendo negocio ser dueño de un jodido puente, 15 pesos por el ponche y 5 de propina al que montó la goma de nuevo y llegando a la casa sin más percances y mi hijo recargado por la siesta tardía, a 100 de nuevo, y uno pensando en la hora en que se acabará este sábado de mierda y al fin se duerme el niño, 5 horas después, suspiros y ver una película que llegó del Netflix, “Burn after reading” y el disco está jodido, no lo lee el aparato y sólo nos quedó reírnos a carcajadas por un sábado a la zurda.

Y nos fuimos a dormir temprano, para conjurar cualquier otra cosa que nos esperara antes de la medianoche.

miércoles, 6 de abril de 2011

Propongo disfrutar esta jornada...

... y las declaraciones de Pablo Milanés en Uruguay.

Claro, me hubiera gustado escucharlas en vivo, por aquello de los matices y las infllexiones. Inclusive no descarto que, de regreso en Cuba o en el mismo Uruguay, le ponga maquillaje suavizante a sus palabras. O que ofrezca un concierto y vuelva a cantar aquelllo de "¡¡Será mejor hundirnos en el mar/ que antes traicionar/ la gloria/ que se ha viviiiiiiiido!!"

Pero, en cualquier caso, es de lo más claro y valiente que ha declarado un bardo del régimen y lo coloca a un mar de distancia del laxo/laxante Silvio Rodríguez. O de cualquier otro, para el caso.

Bien por Pablo

Rascándome el cogote...

...lo cual no ayuda ciertamente a que la calvicie no siga avanzando, me pregunto a que viene tanta destapadera de chivatos en Cuba.

Normalmente el gobierno lo hacía cuando se lamía las heridas de una derrota. Ahora parece algo así como si dijera "Pa´que tú vea que yo no soy bobo ná..."

Como si hiciera falta ser un genio para suponer que entre los disidentes uno de cada 10 es chiva.

martes, 5 de abril de 2011

Soltando amarras

Una amiga (más que amiga pues fue amante, un año compartimos juntos) falleció en fecha reciente. Pudo más el cáncer que su jovialidad y deseos de vivir.

Y el pasado fin de semana, mientras actualizaba la lista de contactos en mi correo electrónico y en mi teléfono, encontré su nombre. Y la borré de la lista.

Fue como tapiar una puerta, como encender una pira, algo terriblemente irreversible. Muy rara sensación.

lunes, 4 de abril de 2011

De adolescentes y coprofagia adquirida

Leía en Penultimos Días una nota que habla de adolescentes cubanos que quieren una fiesta de quince o un celular que tome fotos o que se deleitan con un Ipod.

La nota tiene la velada intención de hacer ver cuán vanos son los adolescentes cubanos, caramba, que no son combativos, ajenos ellos a lo trascendental, a lo sublime, a cosas La Libertad o El Mercado o La Fuerza de La Gravedad.

Y es que hay gente que se olvidó de su adolescencia, de las pequeñas cosas que entonces eran lo más importante. Y ahora, de adultos, se atracan y se atracan y nunca se sacian.  

viernes, 1 de abril de 2011