Leyendo sobre la última producción de los servicios de (des)información cubanos, unos programas donde se trata de hacer ver que los ciberdisidentes cubanos son ciberdemonios pagados por el Imperio, recordé una anecdota y evoqué una imagen.
La anécdota:
Años ha, un amigo que trabajaba en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en La Habana fue asignado a un equipo de trabajo muy especial: el que tenía como misión investigar el supuesto virus que supuestamente provocaba las neuropatías periférica y optica que padeció buena parte de la población cubana en los años 90.
Según mi amigo aquella misión era harto dificil: debían demostrar que en la secuencia genética del virus, en lugar de A, C, G y T, estaban las letras U, S, A...
La imágen:
Como se contorsiona el rabo cortado de una lagartija.
Eso es precisamente lo que está pasando con el gobierno cubano: se contorsiona, se retuerce, tiembla, y todo porque una decena de ciudadanos decidió escribir lo que piensa, usando para ello los medios electrónicos.
Y si eso no son estertores de miedo, me cambio el nombre.
Si no fuera porque en Cuba el absurdo se ha vuelto la norma tu anécdota parecería un cuento chino. Sin embargo, es apenas una nadería comparada con otros entuertos que se cuentan por ahí.
ResponderEliminarLa brecha, tal y como yo lo veo, se hace cada vez mayor. Ya no somos los que vivimos fuera los únicos que vemos y decimos, dentro de la Isla hay un despertar que va lento pero seguro y tendrá consecuencias, de eso estoy segura.